Ariel Kogan dijo presente en el gobierno de la mano de Martínez, y si bien políticamente es su segundo, es el que conduce la trama de negocios que los vincula al sector de hidrocarburos. Desde comienzo operó como un «virtualsecretario» de Energía en funciones. Los temas importantes de la cartera pasan por él.
Kogan y Martínez se entienden de memoria. Unidos por una larga amistad, los neuquinos forman parte de la conducción de Peronismo Solidario, una de las facciones políticas que tiene el PJ neuquino, opositora a la corriente kirchnerista que lleva como referente al senador Oscar Parrilli.
Fue Martinez quien lo nombró Vicepresidente de Cammesa, la empresa que administra el mercado eléctrico mayorista, aunque antes de eso, Kogan venía de ser el principal interlocutor de las petroleras para definir los detalles del nuevo Plan Gas.
Las ambiciones del dúo saltan, sin embargo, el marco del mercado eléctrico y esa sociedad es conocida en Neuquén por ser lobbysta de las petroleras, en particular de la cámara Pyme del sector.
La salida de Ariel Kogan a la vicepresidencia de Cammesa fue leída como un triunfo en la disputa entre el Ministro de Economía Martin Guzman y Federico Basualdo por el ajuste sobre los subsidios a las tarifas, una pelea en la que, según fuentes del sector, Martinez jugó a favor del discípulo de Stiglitz.
A Kogan se lo señala como el impulsor de la insólita inclusión de dos gasoductos simultáneos para Vaca Muerta, uno con salida al Pacifico y el otro al Atlántico, en la ampliación presupuestaria que firmó hace pocos días Martín Guzmán. La licitación de dos tramos completamente diferentes por el mismo costo resultó incomprensible para la industria y reavivó las sospechas en el mercado por el favoritismo de la secretaría de energía a favor de los neuquinos.
El dato, de por si relevante, cobra mayor dimensión ahora cuando Kogan -y por extensión su amigo íntimo Martínez- se perfila para ser quien abrochará los cabos sueltos que todavía se negocian alrededor de la ley de promoción de inversiones para el sector de hidrocarburos. Por eso, su nombramiento cayó como una provocación entre los funcionarios que se encolumnan tras el modelo de política energética soberana que promueve Cristina Fernández de Kirchner.