La lección del domingo electoral: el peronismo, unido, jamás será vencido

En Jujuy, el peronismo fue dividido y volvió a perder con Gerardo Morales. La historia de divisiones en la provincia venía de la gestión anterior, con el doble comando que existía entre el gobernador peronista…

lunes 10/06/2019 - 8:45
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En Jujuy, el peronismo fue dividido y volvió a perder con Gerardo Morales. La historia de divisiones en la provincia venía de la gestión anterior, con el doble comando que existía entre el gobernador peronista Eduardo Fellner y la líder kirchnerista Milagro Sala. Esa división posibilitó el triunfo del radical en 2015. Hoy se repite.

Según publica A24.com, donde el peronismo se presentó unido le fue bien. El caso más emblemático es el de Entre Ríos. El gobernador Gustavo Bordet cerró una alianza con el kirchnerismo local, pudo bajar la candidatura de su antecesor Sergio Urribarri y logró una difícil unidad en la provincia. Así, dejó atrás la derrota de 2017 y se impuso con el 60% de los votos.

Tuvo que ceder lugares en las listas de legisladores. Pero en todo momento dejó claro que el triunfo era suyo. Incluso, Alberto Fernández intentó viajar a Entre Ríos a celebrar la victoria, pero en el entorno del gobernador le pidieron que no: «Ahora es el turno de él, después podemos sentarnos a negociar».

El ejemplo Entre Ríos es emblemático. Algo parecido terminó pasando en Tucumán. Aunque en la teoría el peronismo fue dividido, finalmente se encolumnó detrás del gobernador Juan Manzur, quien para lograr su reelección debió alinearse a la fórmula Fernández-Fernández: fue uno de los primeros en saludar la candidatura de Alberto; fue el único gobernador que fue a visitarlo cuando estuvo internado; y fue el primero en dedicarles el triunfo a los candidatos peronistas: «Desde Tucumán mandamos un abrazo grande a la fórmula del peronismo a nivel nacional: Alberto Fernandez – Cristina Fernandez de Kirchner», dijo.

Manzur, que había apoyado los armados de de Alternativa Federal, venía segundo en las encuestas. Hasta que decidió hacer un apoyo explícito a Alberto y revirtió la tendencia. De ahí el fervoroso saludo. De ahí que el exgobernador Jorge Alperovich -de origen radical- quedara peleando el tercer puesto.

Chubut fue la única provincia en donde aparecieron dos peronismos competitivos. El del gobernador Mariano Arcioni, cercano a Sergio Massa; y el de Carlos Linares, impulsado por el kirchnerismo. La baja fuerza de Cambiemos en la provincia hizo que, aún dividido, el peronismo lo dejara tercero.

No es casual que Massa haya ido a esa provincia a festejar en plena negociación con el kirchnerismo. Massa pareció mostrar con su presencia lo que pasaría a nivel nacional si el kirchnerismo no acepta sus condiciones: queda latente la chance de no poder volver al poder.

Justamente, desde Chubut, Massa tuvo un cruce mediático en C5N con Alberto Fernández. «Tomemos un café y terminemos esto para ver cómo podemos avanzar», le dijo el candidato peronista.

«Tucumán, Entre Ríos, Chubut, Jujuy y Mendoza; en todas ellas han habido candidatos que representaron al Justicialismo. Lo que queda al final del día es que la suma de la cantidad de votos obtenidos por ellos supera ampliamente a los que tuvieron los que representaron al gobierno nacional», expresaron desde el PJ nacional, siguiendo esta línea, tras la jornada electoral de ayer.

Ahora viene un nuevo desafío para la fórmula Fernández-Fernández. Tendrá que lograr que todos los liderazgos provinciales que se afianzaron en esta maratón de elecciones locales se encolumnen detrás de ellos. Bordet pareció dar una pista de lo que plantearán otros gobernadores: quiere que le dejen armar las listas de legisladores nacionales y que no le «kirchnericen» la campaña nacional en su provincia.

Con ese planteo en la mano, él y otros gobernadores se encaminan hacia la unidad. Todos saben que -a pesar de las diferencias- con el peronismo unido Macri tendrá un camino muy difícil para lograr su reelección.

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