Argentina tiene un gran problema con la sostenibilidad del sistema jubilatorio presente y futuro. A su vez, sancionó una nueva moratoria previsional para 800.000 personas sin los recursos económicos y financieros para poder enfrentar esta decisión. Por su parte, la jubilación viene perdiendo poder adquisitivo año tras año.
Entre enero de 2011 y febrero de 2023 la jubilación tuvo aumentos en término de dólar. Entre los años 2015 y 2018, y desde 2019 hasta la actualidad, la jubilación mínima perdió valor. Para febrero de 2023, la misma sin bono representó 154 dólares, mientras que con el bono de $15.000 fue de 195 dólares, 240 dólares menos que en 2017, año donde se registró el mayor valor de la jubilación en término de la moneda estadounidense.
Dividiendo el periodo de análisis en tres: 2011-2015, 2016-2019 y 2020-2022, los jubilados que cobran la mínima en dos de los tres periodos estuvieron por debajo de la inflación acumulada. La mayor caída se observó durante la gestión 2016-2019 dónde la jubilación mínima tuvo una pérdida del 166%, seguido por un 112% sin bono durante el periodo 2020-2022. Mientras que, en la gestión 2011-2015 es dónde se observó que el haber mínimo superó a la inflación por un 23%.
Mientras en 2016 había 2,1 aportantes al sistema por cada 1 que cobraba hoy hay a 1,6 aportantes por cada jubilado que cobra. Se necesitarían al menos 3 aportantes activos
La variación anual de la jubilación mínima sin bono fue superior a la inflación durante los años 2012, 2015, 2017, 2020, mientras que en el año 2018 se registró la mayor pérdida, ya que la variación de la jubilación fue del 19,2% e IPC del 47,6 por ciento. En 2023 los aumentos de los haberes mínimos para el primer trimestre fueron del 17,04%, con un IPC acumulado en el mismo periodo del 17,5%.
Respecto de la jubilación mínima en la región, este año a valor dólar, en el puesto 1 se encuentra Ecuador (cuya economía está dolarizada) dónde reciben 450 dólares. En el último lugar se encuentra Venezuela, donde un jubilado cobra 5,8 dólares al mes. Argentina es el octavo de los once países analizados, con 192,8 dólares; mientras que sin bono se encuentra en puesto 10, solo superada por Venezuela.
Durante los ‘90 en Argentina regía el plan de la Convertibilidad. En 1998 un jubilado recibía como mínimo 200 dólares mensuales.
Argentina se encuentra dentro de los últimos puestos a nivel mundial respecto de la sostenibilidad el sistema a futuro
En 8 de los 11 años de la serie de 2011 a 2022, el valor promedio de alquiler de un departamento de 1 ambiente en la Ciudad de Buenos Aires supera al valor de una jubilación mínima. En los últimos 4 años el valor de un alquiler supera a lo que cobra por mes un jubilado como mínimo con y sin bono, aunque por un porcentaje inferior al registrado en 2022.
La particularidad del análisis es que los jubilados de hoy son de una generación con casa propia, evidenciando la preocupación de las generaciones futuras de jubilados sin vivienda propia, ya que con un haber mínimo no sería posible alquilar y afrontar otros gastos como salud o alimentación a la vez.
El valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) fija el valor de la línea de indigencia, es decir las personas que poseen ingresos inferiores a dicho nivel son personas que no cuentan con los ingresos mínimos para alimentarse. Desde el año 2016 al 2023 la cantidad de canastas básicas que podría comprar un jubilado que recibe la mínima (sin bono) oscilaba entre un 2,3 y 4,1, en caso de observar la jubilación más un bono la cantidad de canastas que se pueden adquirir aumenta a 2,9 y 4,5.
Hoy el sistema cuenta con más jubilados que cobran por moratoria sin haber aportado que jubilados que han aportado al sistema
En el año 2023 se registran los niveles más bajos de poder adquisitivo, ya que se puede acceder a sólo 3,2 y 2,5 canastas con y sin bono respectivamente. Principalmente se debe a que, si bien los haberes mínimos aumentaron para enero 2023 un 17,04%, la inflación y aumento de alimentos se dan a un ritmo más acelerado que el aumento de las jubilaciones.
La sostenibilidad del sistema previsional argentino es una gran preocupación presente y futura. La falta de generación de empleo privado hace que se tenga que achicar la pirámide de cobro ampliando la base de beneficiarios. Mientras en 2016 había 2,1 aportantes al sistema por cada 1 que cobraba hoy hay a 1,6 aportantes por cada jubilado que cobra. Se necesitarían al menos 3 aportantes activos.
Argentina se encuentra dentro de los últimos puestos a nivel mundial respecto de la sostenibilidad el sistema. A su vez, hoy el sistema cuenta con más jubilados que cobran por moratoria sin haber aportado que jubilados que han aportado al sistema. El sistema jubilatorio argentino está tomado por la irresponsabilidad política de otorgar derechos justos sin los recursos necesarios para hacer que el beneficio para los que estaban excluidos del sistema no sea un perjuicio para los realizaron aportes.