a24.- El peronismo volvió a entrar en estado de ebullición en medio de una interna que podría cambiar todo. Esta frase en sí misma no sería noticia, porque hace casi 4 años que están paralizados por las disputas de poder entre sus líderes. El tema es que ahora, la interna que cambió el escenario no fue la de Cristina y Alberto, sino la de «Horacio» y «Mauricio». El oficialismo cree que hay chances de que Juntos por el Cambio se rompa y eso podría volver a ponerlos en carrera.
La decisión de Larreta de mostrar autonomía y el contraataque de Macri, emparentándo a «Horacio» con las peores prácticas del kirchnerismo (palabras más, palabras menos es lo que planteó Macri) abren un camino que no se sabe cómo puede terminar. Especialmente porque muchas encuestas empiezan a mostrar un panorama de a tercios, que podría dejar en un virtual empate técnico a Juntos por el Cambio, el Frente de Todos y La Libertad Avanza de Javier Milei.
El trasfondo de la pelea
Mauricio y Horacio no pelean por la Ciudad de Buenos Aires. O no solamente.
Macri es el dueño del PRO: es el fundador del espacio y fue su líder natural durante mucho tiempo. Pero el partido adquirió su vuelo propio gracias al crecimiento de figuras que él mismo promovió: Larreta, Vidal, Marcos Peña, Patricia Bullrich, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Néstor Grindetti. Todos fueron en algún momento parte de sus gabinetes en Ciudad o Nación.
Pero Macri no quiere perder el liderazgo. Aunque dijo que se corre de la pelea presidencial, busca seguir siendo el máximo referente del PRO. No está dispuesto a perder su lugar y así lo hace saber en cada uno de sus movimientos.
Pero a diferencia de otros espacios como el peronismo o el radicalismo, donde las peleas por el liderazgo tienen otros matices, el PRO tiene un organigrama gerencial más similar al de una empresa que al de un partido político. Por eso, no existen estructuras formales en las que se tomen decisiones de manera democráticas. El PRO tiene un dueño y es Macri: los demás son empleados circunstanciales.
Horacio Rodríguez Larreta funcionó durante mucho tiempo como un CEO del espacio. Fue jefe de Gabinete de Macri durante 8 años y se convirtió en su sucesor natural cuando Mauricio fue por la presidencia. Pero el jefe siempre siguió siendo el jefe.
Larreta sabe que para ser presidente necesita construir su propio espacio político. Y ese no puede ser el PRO -del que se siente socio fundador- porque en definitiva el dueño de ese partido es Macri. Por eso, intenta apalancar su candidatura presidencial poniéndose como líder y articulador de la coalición Juntos por el Cambio, instrumento que Macri siempre despreció.
Larreta así se desmarca de su jefe: si Macri domina el PRO, Horacio puede ser el CEO y administrador de los intereses de todos los espacios que componen la coalición. Esto cumple una doble función:
- Por un lado, evita la dependencia exclusiva del PRO que no domina del todo.
- Por el otro, se diferencia de la gestión de Macri que permanentemente ninguneó a sus socios.
Por eso en su momento cerró la alianza con Martín Lousteau y el radicalismo de la Ciudad. Por eso, fortalece día a día sus vínculos con Gerardo Morales, presidente del radicalismo. También tiene puentes con el GEN de Margarita Stolbizer, el Frente Cívico de Córdoba de Luis Juez, sectores del socialismo, con José Luis Espert… y por supuesto, también parte del PRO le responde en oposición a Mauricio Macri.
Mauricio Macri es el dueño del PRO; Larreta quiere adueñarse de Juntos por el Cambio. No se sabe si lo logrará.
Las repercusiones en el peronismo
En el peronismo respiran aliviados. Muchos sectores creen que esta pelea interna de Juntos por el Cambio puede ser terminal. En algunos análisis que se hacen en tertulias trasnochadas se plantean escenarios más o menos así:
- Después de esta jugada de Larreta, Macri da su apoyo definitivo a Bullrich.
- Bullrich lo destroza a Larreta en la interna, dominada principalmente por el voto «halcón».
- Una buena elección de Bullrich aleja el fantasma de que Milei salga primero en las PASO, independientemente de cuál sea la oferta del peronismo.
- La candidatura de Bullrich le resta votos a Milei que se aleja definitivamente del balotaje.
- Bullrich genera el mismo nivel de rechazo que Macri. Cualquier candidato peronista moderado y sin prontuario puede ganarle en segunda vuelta.
Hasta acá, un análisis compartido por varios sectores dentro del oficialismo. En el kirchnerismo se animan a dar un paso más: hasta Cristina puede ganarle a Bullrich si se presenta. No vaya a ser que esta pelea del PRO termine cambiando radicalmente el escenario.
En Juntos por el Cambio hay preocupación. Los más experimentados advierten: «Esto se sabe cómo empieza pero no cómo termina». Se vislumbra por lo menos una semana más de tiroteos mediáticos.
El problema es que nadie sabe si podrá haber un alto el fuego y en qué términos.
Por lo pronto el viernes vuelven los problemas para el oficialismo: se publica el índice de inflación y va a dar en torno al 7%. Quizás la noticia le dé unos días de respiro a una oposición que se desangra y que empieza a exhibir los mismos signos de alerta que el oficialismo.