La inseguridad sigue ganando espacios en las calles

Los constantes asaltos que sufren a diario los vecinos de la ciudad, volvieron a poner la inseguridad pública en el centro de la escena política y social de Comodoro. Hoy no son simples robos, sino…

domingo 08/08/2010 - 14:01
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Los constantes asaltos que sufren a diario los vecinos de la ciudad, volvieron a poner la inseguridad pública en el centro de la escena política y social de Comodoro. Hoy no son simples robos, sino que es llamativa la violencia con que habitualmente se desenvuelven los malvivientes. Además, hace tiempo convulsionan a los sufridos habitantes de los barrios populosos, donde hay jóvenes “matándose” a sangre fría tras los enfrentamientos constantes entre bandas antagónicas.

Las noticias policiales volvieron a estremecer la ciudad, y la discusión se centró nuevamente en la inseguridad que va ganando espacios -sin distinción de horarios o de lugar- dentro del ejido municipal. Es un hecho que el sentimiento de inseguridad no surge de una alucinación colectiva, sino del crecimiento concreto de delitos. Los ciudadanos ya no quieren más promesas, sino que están exigiendo seguridad a los gobernantes y políticas públicas concretas.

Hoy vemos como el movimiento económico alrededor del petróleo, se traduce en un aumento de la población y esto hace que haya nuevas modalidades delictivas, usurpaciones, corrientes migratorias de delincuentes que eligen una ciudad como destino transitorio, quienes aumentan la vulnerabilidad de los ciudadanos. ¿Cuándo habrá verdaderos controles en los accesos de la ciudad?

LA IMPUNIDAD DE LA JUSTICIA

Es menester mencionar la pasividad de la Justicia, donde los presos entran por una puerta y salen por la otra, lo que desemboca en que parte de la población termina pidiendo algo muy peligroso para nuestros hijos, como lo es la “mano dura”.

Hoy, la creciente ola de asesinatos en los distintos barrios de Comodoro es la resultante de esta ciudad sin Ley, donde los delincuentes son apresados y liberados en horas. La impunidad tiene este precio: el “libertinaje”. Esta marea de asaltos, cada vez con mayores dosis de violencia son fecuentes en la calles de la ciudad.

Las malas noticias no le gustan a nadie, pero hoy la realidad es que hay muertes y violencia en las calles y no se puede “suavizar” esa información bajo ningún punto de vista moral.

Por lo bajo se escucha repetir que “es tierra de nadie” o “tierra de delincuentes”, o que Comodoro ya parece lamentablemente una parte de la extensión del conurbano bonaerense y muchos vecinos están optando por armarse y hacer Justicia por mano propia en el peor de los casos. Comodoro lamentablemnete es una ciudad en crecimiento con resabios del conurbano bonaerense.

SOLUCIONES DE FONDO
La verdadera lucha no es contra la inseguridad, sino contra la pobreza en los barrios marginales, pues de esta manera se requiere la articulación de los distintos poderes del Estado para combatirla. Lamentablemente cuando aumenta la pobreza, aumenta la delincuencia. Vemos que para la construcción de una sociedad más justa, la pobreza tiene que ser tratada como un tema de Estado, y no reducirla simplemente a un índice.

Todo esto seguirá invariable mientras la educación no sea una política de fondo, donde los valores morales siguen en un creciente detrimento, como así también la creciente deserción escolar en los barrios periféricos. ¿No sería más saludable actuar más sobre los espacios públicos abandonados, que sobre las personas con dispositivos que prevengan el delito? ¿Dónde se insertan estos jóvenes, sino es en el camino de la droga y la delincuencia? ¿Sirve bajar la edad de imputabilidad?
La solución requiere debates serios. Es hora de revisar por qué han fallado todos y cada uno de  los caminos tradicionales para enfrentar la criminalidad, cuáles son sus causas de fondo y cómo encararlas.

INDIGNACIÓN CIUDADANA
Hoy los comodorenses no le tienen miedo a la falta de trabajo, los accidentes de tránsito o la inflación, puesto que el miedo al delito es el más perseverante y afecta a todos los sectores sociales. No puede ser que los  comodorenses vivamos la incertidumbre de salir de nuestros hogares, por las mañanas, y no saber si volveremos sanos y salvos. ¿Estamos los comodorenses en camino a vivir atemorizados?

La estrategia de minimizar los reclamos por seguridad con el argumento de que es sólo una “sensación de inseguridad”,  se está convirtiendo en un boomerang peligroso que incluye la indignación y la ira de los ciudadanos.

Increíblemente, quien maneja la seguridad de la provincia afirmó muy tibiamente que se bajaron los indeces de delincuencia en Comdoro y que se estaba pensando en un Laboratorio o en una Comisión de criminalística para combatir la inseguridad. Ustedes saben bien en qué terminan las comisiones o los Concejos de Seguridad. ¿Cómo se le explica a quien le robaron una y otra vez, o a quien le asesinaron un hijo, que se está pensando en una Comisión? ¿Por qué no existe un mapa de conflictividad?

Cuando una sociedad se siente insegura, su desconfianza recae en las instituciones. En otras palabras, descreer de la Justicia, de la policía o de los funcionarios encargados de la seguridad, provoca tanto o más temor que los delitos.

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