Es un dato muy malo para la economía. Macri había dicho apenas 24 horas antes que «la inflación ya está bajando». Sin embargo, este mes superó al 2,6% de diciembre.
Cuando todo el mercado especulaba que el primer dato del año iba a reflejar una inflación a la baja a partir de las palabras de Macri, el Indec reportó que dicho índice se elevó al 2,9% en enero, superando de esta manera en tres décimas al resultado de diciembre. Con un agravante en la Capital, donde el índice de precios rozó los cuatro puntos. No parece casual que en la Ciudad la indigencia se haya duplicado.
Sucede que un día antes de publicarse el informe, el presidente llamativamente afirmó que la inflación «ya está bajando», lo que dio a entender que ya conocía con anterioridad el reporte del instituto de estadísticas.
Sin embargo, el dato que fue calificado por distintos economistas como «horrible», demuestra que se interrumpe el sendero descendente que venía transitando la inflación desde el pico de septiembre, cuando pasó del 6,5% al 2,6% indicado en el último mes del 2018. De esta manera, marca un nuevo récord interanual del 49,3% al comparar con el mismo mes del año anterior.
El dato es grave porque pone en tela de juicio el sentido del enorme sacrificio que hizo la sociedad, con el único objetivo visible de equilibrar el déficit para bajar la inflación. El año pasado el dólar duplicó su valor, subió la tasa de interés a más del 70% y se repusieron y extendieron las retenciones. El costo fue disparar una recesión brutal que hoy se está cobrando un promedio de 80 comercios cerrados por día y 25 pymes.
La consultora ACM de Javier Alvaredo analizó que «si bien a partir de junio esperamos niveles de inflación que rompan el piso de 2,5% de inflación mensual, aún resulta demasiado optimista esperar que la inflación se estabilice en un nivel similar al 23% que se aprobó en la Ley de Presupuesto Nacional 2019, y más aún respecto del 20% estimado por el FMI» y estimó que «en este escenario la inflación en 2019 mostraría una desaceleración en torno al 31% en diciembre, con un costo en términos de actividad que puede llegar al 2% del PBI».
El mal desempeño del índice de precios se explica por una suba del 7,4% en «Comunicación», 3,7% en «Restaurantes y hoteles» que suele ser habitual en el verano, el 3,5% en «Recreación y cultura» y «Bebidas alcohólicas y tabaco», el 3,4% en «Alimentos y bebidas» y el 3,1% en «Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles».
Lo más destacado es que, contra todos los pronósticos, la inflación núcleo alcanzó el 3% y no tuvo la contracción estimada por los privados preveían un descenso hasta el 2%. Se trata del componente al que más atención le presta el equipo económico de Macri, ya que reflejaría el sendero de los precios más allá de las subas particulares de algún mes en tarifas o transporte.
Los precios regulados, por su parte, subieron un 3,4%, mientras que los estacionales lo hicieron un 1,1%. En tanto, los servicios se incrementaron un 3,5% y los bienes un 2,6%.
«Los efectos de la devaluación no solo ocurren en los meses cercanos. Si bien es más moderado, todavía lo seguimos viendo. Sobre todo teniendo en cuenta que fue la depreciación de la moneda más fuerte desde el 2002», manifestó Gabriel Zelpo, economista en jefe de la consultora Elypsis.