En vísperas de que se conozca el dato oficial de la inflación de febrero, que tanto estimaciones privadas como el Gobierno ubican entre 5,8% y 6,2%, diversas consultoras coinciden en que marzo será un mes en el que los precios no mermarán en su escalada inflacionaria. A tal punto que prevén que alcance el 7%, no solo por la tendencia al alza registrada durante los primeros días –sobre todo en productos panificados, cereales y pastas–, sino por los factores que históricamente han caracterizado al tercer mes del calendario: el cambio de estación y el inicio de clases, a lo que se suman los aumentos ya pautados en casi todos los servicios regulados.
De este modo, queda cada vez más lejos -según publica La Nación– el pronóstico del ministro de Economía, Sergio Massa, de que la inflación a partir de marzo iba a empezar “con un 3 adelante”.
En la primera semana de marzo, la suba de precios de los alimentos y bebidas promedió 1,4%, de acuerdo con el relevamiento semanal que realiza la consultora LGC. Si bien la cifra representa una desaceleración de 0,24 puntos porcentuales respecto de la semana anterior, ya se avizora alta para la proyección de la inflación general, que estará marcada por el aumento de las prepagas, las tarifas de gas, luz y agua, las cuotas de colegios privados, el transporte, los combustibles y los servicios de telefonía e internet.
Respecto de la variación de las últimas cuatro semanas, el índice de alimentos y bebidas presentó una inflación de 6,4%, y de 5,4% punta a punta en el mismo período.
Según LCG, la evolución de precios en el rubro más sensible para los hogares de menores ingresos durante los primeros días de marzo estuvo compuesta por las siguientes categorías: productos panificados, cereales y pastas (3,65%), comidas para llevar (2,15%), frutas (2,07%), bebidas e infusiones para consumir en el hogar (1,29%), carnes (0,92%), lácteos y huevos (0,68%), condimentos y otros productos alimenticios (0,63%), aceites (0,53%), verduras (0,04%) y azúcar, miel, dulces y cacao (-0,57%).
“Después de seis semanas, carnes aumentó menos que el promedio y productos panificados recuperó la punta, aportando 0,54 puntos porcentuales al incremento total”, afirmaron en la consultora.
Sin embargo, pese que se advirtió una moderación en la suba de los productos vacunos, que tuvo su pico en febrero por la sequía, continúa encabezando la variación de las últimas cuatro semanas, con un 11,4%, seguido de panificados (8,3%) y lácteos y huevos (7,9%).
En cuanto a las proyecciones de inflación general, además de alimentos y bebidas, hay que considerar otras variables que influyen especialmente este mes. “Con el fin de las vacaciones y el inicio del año lectivo, marzo suele ser un mes en el que por su propia dinámica los precios se recalientan”, afirmaron en la consultora EcoGo. Y agregaron: “Las subas en bienes y servicios regulados contribuyen en este sentido con un aporte a la inflación que, según nuestras estimaciones, sería de 1,9 puntos porcentuales”.
Por su parte, Santiago Manoukian, de Ecolatina, afirmó: “Tras el rebote en los precios que vimos en el primer bimestre del año, cuando la inflación pasó del 5% mensual en noviembre y diciembre al 6% en enero y febrero, estamos promediando marzo, que suele ser un mes con una inflación superior a la de los demás meses del año, producto de factores estacionales, particularmente en indumentaria y educación, por el cambio de estación y el inicio de clases”.
“En este sentido, se entiende la decisión oficial de incluir más rubros bajo el paraguas de Precios Justos. Por ejemplo, en educación se intenta moderar este impacto y prorratear gastos, porque una mayor aceleración de precios le imprime mayor tensión al programa económico del Gobierno”, añadió.
Consultado acerca de otras razones que influirán en la medición de este mes, Manoukian destacó “el impacto de la sequía sobre algunos alimentos frescos, que si bien el Gobierno intenta incluirlos dentro de Precios Justos, (el rubro) tienen un comportamiento propio, que se ve muy afectado por el clima, los factores biológicos y la fuerte dispersión que tienen los productores a lo largo y ancho del país para hacer un acuerdo amplio y robusto, lo que además revela un alto grado de informalidad en el sector”. Así, las consultoras relevadas estiman que la inflación de marzo oscilaría entre el 6,5% y el 7%.
Los meses que vienen
Las consultoras coinciden en que la meta del Gobierno de promediar una inflación en torno al 60% para 2023 está cada vez lejos, si continúa la tendencia del primer trimestre.
“No vemos una desaceleración de la inflación. Tal vez [en los próximos meses] no sea tan fuerte como marzo, pero va a estar más cerca del 6%. Por ahora no estamos encontrando factores que nos hagan pensar que esto se va a revertir. Hay muchos precios de tarifas y servicios regulados que ya están indexados, a lo que hay que sumar los aumentos de salarios”, expresó María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos.
“El Gobierno no usa el tipo de cambio como un ancla desinflacionaria. Si bien se está moviendo lentamente por debajo de la inflación, sigue siendo un elemento que retroalimenta la dinámica. También hay que considerar las restricciones a las importaciones, la brecha cambiaria y las expectativas de devaluación en el medio de la transición electoral, que son factores que van a seguir presionando en los próximos meses”, añadió Manoukian.
“Si bien Precios Justos puede contribuir a moderar los aumentos, presenta tres debilidades que le restan la eficacia: primero, rige en supermercados, pero no en comercios de cercanía, donde consumen en mayor medida los hogares más pobres; segundo, está compuesto por productos empaquetados, lo que refleja la dificultad de concretar un acuerdo con sectores productores de alimentos frescos; y tercero, la escasez de divisas va a dificultar el cumplimiento de la parte que le toca al Gobierno, que es garantizar el mayo acceso al mercado cambiario, por lo cual la posibilidad que el acuerdo se resquebraje no son menores”, concluyó.