Golpeadas por la inflación, la inestabilidad cambiaria y las complicaciones para importar, la industria y la construcción se encaminan a cerrar un 2023 con cifras para el olvido. En noviembre, exhibieron caídas interanuales de 4,9% en el primer caso y de 2,1% en el segundo; mientras que en la medición intermensual el retroceso fue de 0,6% y 2,2%, indica La Nación.
Siguiendo con los datos que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en su Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM) y en su Indicador Sintético de Actividad de la Construcción (ISAC), confirman lo que los analistas ya proyectaban: 2023 terminará con ambos sectores en baja.
El director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, indicó que la caída de la producción industrial y en el sector de la construcción son indicadores que dan cuenta del menor nivel de actividad que ya se proyectaba para el último trimestre del año. “En particular, en el sector de la construcción la tendencia contractiva se había revertido durante octubre, pero en noviembre volvió a la baja”, agregó.
Para Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, los dos indicadores han sido malos, pero lo de la industria aparece como lo más preocupante. “Si bien no cayó tanto como la construcción en el interanual, cuando se ve la serie desestacionalizada se observa que cae en forma permanente desde junio de 2022. Cuando se descompone este dato aparece un patrón que se dio en gran parte de 2023, que es que mucho de la caída tiene que ver con molienda en general. Esto es por la sequía”, precisó el economista.
Igualmente, Tiscornia analizó que todos los sectores muestran cifras negativas en términos interanuales. “¿Qué está pasando? Yo creo que está pesando mucho la caída del poder adquisitivo; es un factor importante, por los picos de inflación de los últimos meses. También estimo que la falta de productos importados debe haber afectado”, explicó.
En lo que concierne a la construcción, Tiscornia comentó que esta caída mensual desestacionalizada devuelve la actividad al mismo nivel que tenía a principio de 2023. “Al ver los componentes, se observan bajas importantes en asfalto y cemento, lo que podría ligarse a una menor obra pública, que en noviembre puede haber tenido un freno”, precisó el economista.
En coincidencia, Caprarulo destacó que, al analizar el comportamiento en los insumos, se destaca la caída en el consumo del asfalto (-44,7 interanual), del hormigón (-12%) y del cemento (-10,9%). “Estos insumos tienen una gran participación en la obra pública. Su merma es concordante con la caída interanual del 5,8% en el gasto de capital durante ese mes”, afirmó el especialista.
Siguiendo con este contexto, ya la semana pasada el índice de Construya que mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de los productos para el sector que fabrican las empresas que lo conforman, registró un descenso de 14,8% desestacionalizado mensual y se ubicó 17,4% por debajo de diciembre 2022. Esto configuró un cierre de 2023 con un retroceso de 7,9% respecto del año anterior.
El economista Gustavo Vallejo, jefe del Departamento de Estadísticas del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción, comentó que esta situación del sector, que ya se comenzaba a vislumbrar a comienzos de año, “aún no ha impactado de lleno en el nivel de empleo sectorial, que en mayo alcanzó un record histórico y luego disminuyó casi 6% en los seis meses siguientes”.
Vallejo agregó que de los 13 insumos que se utilizan para la elaboración del ISAC, apenas cuatro acumulan un alza a lo largo del año, y en todos los casos desacelerando el ritmo de crecimiento. “El consumo de cemento total registró en noviembre una baja interanual del 10,7%, superando la peor marca de la pandemia que fue de 12,5% en agosto de 2021″, subrayó el especialista.
El panorama para lo que viene dista de ser alentador. “Hacia adelante, tanto en la industria manufacturera como en la construcción proyectamos que se sostenga la caída. Ambos sectores dependen principalmente del mercado interno y en un contexto de caída del salario real y del gasto público no hay condiciones para esperar una mejora”, opinó Caprarulo.