La era de Gustavo Lopetegui y Marcos Peña al frente de la cartera energética no genera muchas esperanzas en las firmas del sector, que auguran un panorama muy complicado para este año ante el recorte de los subsidios de la Resolución 46 al gas de Vaca Muerta.
Las últimas estadísticas del 2018 confirman estos pronósticos, ya que lejos de mostrar un boom hidrocarburífero como se jacta el Gobierno, reflejan una caída en los yacimientos convencionales y en la mayoría de las cuencas, que sólo se compensa parcialmente por unas pocas excepciones a costa de millones de dólares en incentivos.
En rigor, el 93% del incremento en los volúmenes de gas acumulados en los primeros once meses del 2018 es explicado exclusivamente por el yacimiento Fortín de Piedra de la firma Tecpetrol. Justamente, la petrolera de Paolo Rocca fue una de las mayores beneficiadas por las erogaciones estatales, al acaparar la mitad de los incentivos fiscales.
Sin este notable salto del 140% en los volúmenes de esta empresa del Grupo Techint, la producción de gas no hubiese crecido al 5,1% interanual, sino que hubiese permanecido prácticamente en los mismos niveles del 2017, año en el cual ya había registrado un retroceso del 0,9%.
El problema pasa por la maduración de los yacimientos convencionales -ampliamente mayoritarios en la participación de los volúmenes extraídos- que arrojaron una caída del 7%. Así, de las cinco principales Cuencas gasíferas, sólo la Neuquina presentó incrementos en noviembre.
Esto mismo sucede en el caso del petróleo, que redujo un 2% su producción convencional -que significa el 87% del total- y recién al incrementar un 37,7% los fluidos no convencionales pudo anotar un alza total del 1,7% que no llega ni por cerca al compensar la baja del 6,29% del 2017, el peor año desde 1992 en términos de producción.
«Preocupa en el sector la caída de los convencionales porque son y seguirán siendo totalmente preponderantes en la producción por un largo rato. El Gobierno los está desatendiendo con la esperanza de que nos salvamos con Vaca Muerta y eso nos parece muy peligroso», manifestó Andrés Di Pelino, vocero del Centro de Estudio de la Regulación Económica de los Servicios Públicos (Ceres) de la Universidad de Belgrano.
Es que ante el cambio de políticas energéticas, muchos se preguntan si Vaca Muerta mantendrá el mismo dinamismo en los próximos meses. «Daría la impresión de que hoy en día la Argentina no está en condiciones de incrementar la producción sin subsidios. Nosotros siempre estuvimos en contra de desarrollar Vaca Muerta a puro incentivo fiscal porque lo terminan pagando los usuarios, pero la verdad es que no tenemos certeza de que sea viable económicamente», agregó Di Pelino.
Además, el proceso requiere de un notable flujo de inversiones, que si ya fueron afectadas por el nivel de tasa de interés y la vulnerable macroeconomía local, sin dudas terminarán aún más golpeadas ante el menor reparto de fondos del Estado.
«Seguramente esto impactará en las inversiones por el constante cambio en las reglas de juego en una industria de grandes inversiones y plazos. Y por otro lado, sucede que sin estos incentivos hay que replantear el plan de negocios y su rentabilidad que ahora es menor», aseguraron a La Política Online desde una de las petroleras más importantes.