«La industria no está preocupada por incentivos fiscales, necesita reglas claras para planes de inversión»

El diputado Darío Martínez adelantó los ejes de la nueva ley de hidrocarburos que propone el gobierno. «Tenemos que armar una ecuación económica donde a todos les vaya bien», aseguró. El diputado Martínez es uno…

sábado 25/01/2020 - 17:25
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El diputado Darío Martínez adelantó los ejes de la nueva ley de hidrocarburos que propone el gobierno. «Tenemos que armar una ecuación económica donde a todos les vaya bien», aseguró.

El diputado Martínez es uno de los referentes del gobierno en materia energética y muchos lo señalan como el gran articulador del proyecto de ley de hidrocarburos que tratará el Congreso en las próximas semanas.

Sin embargo, la coyuntura lo posicionó momentáneamente al frente de la comisión de Presupuesto y Hacienda y durante los próximos días estará dedicado al debate de la ley de reestructuración de deuda que anunció el ministro Martín Guzmán.

«Estamos resolviendo los problema para que la economía crezca y a medida que haya crecimiento vamos a poder afrontar nuestras deudas que son muchas», afirma antes de comenzar la entrevista con LPO, casi intuyendo la primera pregunta de la charla.

¿Cuál es la importancia de la ley para la reestructuración de la deuda? El proyecto habla de muchas generalidades y no delimita un marco preciso sobre el cual negociar.

Así como no le vamos a mentir al pueblo argentino, tampoco le vamos a mentir a los acreedores. La realidad es que nosotros honramos nuestras deudas, pero en las condiciones en las que está el país y cómo estaba generada la deuda se ha tornado impagable. Hoy la economía no alcanza ni siquiera a producir los dólares para afrontar los intereses. Esto es lo que le está planteando el ministro Guzmán al Congreso. Pide una autorización para avanzar en un proceso con mejores condiciones, ya sea intereses, plazos o quita de capital. No es una ley que esconda nada, es la cruda realidad en la cual está la Argentina.

De acuerdo a las primeras conversaciones con la oposición, ¿se vislumbra alguna modificación?

Veremos en la discusión en comisión. Entiendo que todo el arco político, sobre todo los que acaban de ser gobierno, entiende que esta situación es de extrema debilidad económica. Nadie desconoce el proceso de endeudamiento atroz que tuvimos. Con cada uno de los que hablé, entiende que hoy como está la Argentina no puede hacer frente a los pagos de la manera que tenemos los vencimientos y por ende hay que buscar una alternativa. Me parece que vamos a tener una ley bastante consensuada.

¿Eso significa que se aprobará rápidamente?

Yo creo que sí, soy un optimista del gol como Palermo. Tanto en la deuda como en otros temas, la representación política tiene que entender que hay que transformar estas decisiones en políticas de Estado para que después, gobierne quien gobierne, se cumplan las reglas.

¿La sanción servirá como un respaldo para el ministro a la hora de negociar? Sobre todo después del traspié que se vio con la propuesta de la Provincia de Buenos Aires.

No usaría la palabra respaldo porque indicaría un grado de debilidad que no existe. Acá es una cuestión lógica. El ministro plantea la situación y en función de eso vamos a acordar un sendero donde a los acreedores les vamos a decir qué es lo que podemos pagar y en qué términos.

Le vinculo el tema de la deuda con una actividad muy importante para su provincia como es la hidrocarburífera. ¿Sería factible el desarrollo de Vaca Muerta en un escenario de default?

Primero, yo creo que va a haber acuerdo con los acreedores. Segundo, Vaca Muerta tiene un futuro de desarrollo siempre y cuando entendamos que hay que transformar la política energética en una política de mediano y largo plazo que se corra de la coyuntura. Y vengan los gobiernos que vengan, no estemos banquineando. El grado de improvisación de Macri con la política energética, cambiando a los secretarios o al ministro cada seis meses, cambiando las reglas de juego, pasando de ser del más liberal a Stalin en una semana, generó una gran incertidumbre y un grado de desconfianza en la industria que todavía estamos pagando. Vaca Muerta tiene futuro siempre y cuando tengamos reglas claras, en una ecuación económica donde a todos les vaya bien.

Recién habló de la importancia de la fortaleza institucional y de tener un secretario sólido en el área. En este poco más de un mes de gobierno, la secretaria de Energía sufrió varias renuncias y generó incertidumbre en el sector. ¿Le preocupan estas salidas?

Armar un primer equipo en la situación en la que está la Argentina no es sencillo. No es que rápidamente tenes a los jugadores ideales. Pero Sergio (Lanziani) tiene la capacidad para llevar adelante la situación. Es una persona muy experta en materia energética y creo que ha sido un gran acierto haberlo puesto en ese lugar.

Hasta hace una semana parecía que la próxima ley impulsada por el Ejecutivo iba a ser la denominada «ley de Vaca Muerta». Ahora quedó un poco relegada con el último proyecto de Guzmán. ¿Cuándo cree que se terminará presentando?

La coyuntura va marcando y es cierto que resolver el tema de la deuda va a habilitar la discusión del Presupuesto que es la más importante porque le pone sustento económico a la discusión política. Y una vez hecho esto avanzarán todos los demás temas. Uno es la ley de hidrocarburos que yo, como vecino de Neuquén, creo que es la más importante. Pero si le preguntas a algún entrerriano seguramente te hablará de ayudar a los productores de mandarinas y naranjas.

A usted se lo menciona como parte del equipo que está redactando esa ley de Hidrocarburos. ¿Cuál es su rol?

No hay un único autor del proyecto. Yo como neuquino aporto ideas permanentemente y me siento con los ministros y les planteo mi visión de este esquema. Estamos trabajando en equipo, pero en esta ley además de opinar los legisladores y el Poder Ejecutivo, donde está Lanziani, Nielsen, Kulfas y Guzmán, acá también tienen que aportar los trabajadores, la industria y las pymes. Para generar una ecuación económica donde a todos les vaya bien.

¿Ya está redactado?

Estamos conformándolo, opinando y planteando. Por supuesto que hay un eje que se va formando a medida que se hacen los aportes. Estando terminada la ley, cuando la mande el Ejecutivo si es en extraordinarias, también estaremos abiertos a los mejores aportes y vamos a escuchar a todos los sectores políticos.

¿Cuáles son esos ejes principales?

Lo más importante no es cada punto, sino que se entienda de una vez por todas que la política energética en Argentina no es coyuntural sino de mediano y largo plazo. Para darle confiabilidad a la industria y que cuando se invierta, nadie cambie las reglas de juego. Lo más importante es dar previsibilidad a la política energética y no desconfianza por el grado de improvisación de los últimos cuatro años.

¿Cómo le garantiza a los inversores que eso se va a mantener en el tiempo? Sobre todo en un país como el nuestro que ha hecho tantos cambios en su política energética.

Yo creo que en el anterior gobierno peronista, quizás se empezaron a tomar tarde las decisiones correctas en relación a la política energética como la recuperación de YPF. Quizás no se podía hacer antes. Luego de esos años de acierto, llegó Macri y lo primero que hizo fue paralizar completamente Vaca Muerta. Después volvieron a tomar un sendero que le dio impulso y nuevamente cambiaron las reglas de juego para terminar paralizando el sector. Esto es lo que no hay que hacer más. ¿Nos va creer o no la industria? Bueno, si el esquema económico le cierra yo creo que va a invertir. Después le corresponderá a la dirigencia política no hacer estos banquinazos que pasen de un extremo a otro porque se ha generado un grado de desconfianza culpa de estas improvisaciones.

¿La ley también estimulará a las formaciones convencionales?

La ley no plantea convencionales contra no convencionales. Y una cosa no quita la otra. Son discusiones que no tienen mucho sentido. Me parece que necesitamos que la industria se desarrolle en todas las áreas, inclusive en mi provincia tenes convencional y no convencional. Es una discusión que no tiene sentido y no va a estar en la norma. Cuando hablamos de hidrocarburos, hablamos de todos.

Sin embargo, hace pocos días el presidente Alberto Fernández afirmó que habría que darle más importancia a la recuperación terciaria convencional y que Vaca Muerta estaba «sobreestimada».

El presidente dijo que hay que darle importancia a la recuperación terciaria, pero no está diciendo que no hay que dársela al no convencional.

En dicha entrevista Horacio Verbitsky hizo esa afirmación y el presidente respondió: «eso es exactamente así».

Yo creo que Alberto está ocupado y preocupado en desarrollar el convencional en las provincias donde hay convencional y el no convencional en aquellas que lo tengan. No es una cosa o la otra. No son antagónicas.

¿La ley tendrá incentivos fiscales?

Cuando tengamos el proyecto te lo voy a poder contestar. Lo que sí entendemos es que hay que desarrollar el sector y para eso hay que buscar los mecanismos. La industria no está tan preocupada por eso sino que lo que más necesita son reglas de juego claras, porque en función de eso hace sus planes de inversión. Un pozo no convencional produce 30 años. Más que pedirte regímenes de promoción te están pidiendo eso.

Otra de las urgencias que marca la industria es la falta de obras de infraestructura para evacuar la producción como gasoductos. ¿Cómo deberían financiarse esas obras?

Pensé que te preocupaba la falta de hospitales o escuelas. Pero veo que lo que te preocupa es lo que necesitan las empresas.

Estamos hablando de energía diputado, no de salud o educación.

Pero también es importante. Hay una deuda de infraestructura con quienes tienen que padecer el impacto de ese desarrollo tan masivo y de golpe.

¿No le parecen dos debates distintos?

Para poner un equipo a perforar necesitas trabajadores que tienen que venir por una ruta. Necesitas casas para los trabajadores, hospitales para que se atiendan. La industria tiene que entender que hay una licencia social en la cual tienen que poner el hombro. Si Añelo fuese todavía una colonia de chacareros te aseguro que con la salita alcanzaría. Pero hace rato que dejó de ser esa localidad chica. Es importante esa infraestructura para que todos trabajen mejor, ahí si habrá más producción y para sacarla comparto con vos la necesidad de la construcción de los oleoductos y los gasoductos.

¿Esos gasoductos los debería financiar el Estado o los privados?

Se buscarán mecanismos de licitación. Macri antes de terminar su gestión licitó uno que quedó trunco.

El de Neuquén-Salliquelo.

Tal cual, después vos podes discutir las formas, pero hay que avanzar en eso. Son obras importantes.

Sobre todo para el mercado de gas que tiene un gran cuello de botella. ¿Piensa que a raíz de ello la mayoría de las empresas se seguirá volcando al petróleo?

Yo creo que va a ser así por bastante tiempo. Por los próximos años van a estar más volcados a la ventana del petróleo que a la del gas.

¿Qué piensa de la planta para exportar GNL? Hace unos años parecía un escenario viable, pero últimamente cada vez más países se tornaron importantes jugadores en este mercado y provocaron una baja de precios que complica el ingreso de la Argentina. En este marco, ¿habría que insistir con el GNL, hacer gasoductos hacia países limítrofes o usar el gas internamente?

Yo creo que si tenemos una mayor producción vamos a tener otros valores del gas. En una industria paralizada el gas te sobra, un país que empieza a crecer va a demandar más gas. Lo mejor sería exportar valor agregado y no gas, pero no es una cosa o la otra. Si vamos a tener un excedente para exportar a países limítrofes o en barcos regasificadores, será en función de los inversores que pueden aparecer y si les interesa más un tema o el otro. Yo me imagino una Argentina con una industria fuerte demandando mucho gas.

Se mostró a favor de exportar valor agregado. En ese caso, ¿habría que aumentar la capacidad instalada de plantas de fertilizantes?

Es difícil analizar eso. Pero si me preguntas si la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) no debería ser una planta de fertilizantes, yo te digo que sí. La PIAP es una deuda pendiente que se tiene con el pueblo neuquino. Igualmente requiere una inversión importante. Hay que analizar caso por caso y cada región.

El ministro Kulfas planteó la meta de exportar 40.000 millones de dólares adicionales en hidrocarburos, ¿le parece una meta viable?

Es una meta ambiciosa, él seguramente tendrá sus fundamentos. Sería muy bueno. Yo como neuquino mido más que por la producción, por la inversión para generar esa producción. Si vamos a establecer condiciones para que eso sea atractivo y las inversiones estén mirando nuestro país y sobretodo mi región.

¿Qué precio se debería garantizar para que se concreten esas inversiones?

Hay que tener un porcentual de la energía para el mercado interno a un precio que le dé competitividad a nuestra industria y por encima de eso hay que darle a todo precio internacional.

Son conocidas sus intenciones de ser gobernador. ¿Cómo ve el giro político de Omar Gutiérrez? Parece estar muy cercano al nuevo gobierno luego de haber sido «el gobernador preferido» de Macri.

Con Gutiérrez tengo buena relación. Entiendo que el gobierno de la provincia de Neuquén siempre vaya rápidamente al auxilio del ganador y sea un oficialista nato. Porque entiende una lógica que su electorado le pide eso. Ideológicamente tenemos visiones distintas en varios aspectos. Ahora, tengo buena relación y entiendo que él va a tener buena relación con Alberto. En la gestión de Néstor y Cristina hubo una excelente relación con Jorge Sapag. El problema es que si la buena relación es para acompañar políticas neoliberales termina siendo perjudicial para el pueblo argentino y para el pueblo neuquino. Este era nuestro cuestionamiento a Omar. Estar alineado a políticas que nos hacían mal. Hoy felicitamos que esté alineado a políticas que le hacen bien al pueblo argentino y al pueblo neuquino. No es una crítica, al contrario. Si se dieron cuenta tarde, si asumen o no la responsabilidad de haber acompañado leyes que hicieron tanto mal, ya no importa. Está bueno que entiendan que si a la Argentina le va bien, a Neuquén mucho mejor. Porque no hay forma de que le vaya bien a una provincia si le va mal al país.

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