- Los cuatro tripulantes de la avioneta siniestrada: el copiloto Martín Batista, el piloto Mariano La Torre, y los dos fallecidos, el enfermero Patricio Walmsley y el médico Federico Bassi
“Familia, hoy viajo a Esquel”: El vuelo pertenecía a la empresa de aeroevacuación sanitaria MD Fly. El enfermero, uno de los dos que perdieron la vida, era una eminencia de la especialidad en la Argentina. El piloto es el hijo del Director Médico de la compañía. Cómo sigue la investigación sobre las causas del accidente
El médico Federico Bassi tenía una rutina: cada vez que le aparecía una misión de aeroevacuación sanitaria, mandaba un mensaje de whatsapp al grupo familiar. En el mensaje, le comunicaba a los más cercanos hacia dónde se dirigía, en caso de que alguno no lo pudiera contactar en las horas siguientes, publica hoy Infobae.com.
El martes, cerca de las 19, Bassi envió un mensaje al grupo en el que afirmó: “Familia, en un rato viajo a Esquel”. Fue el último contacto que tuvo con sus seres queridos.
El profesional de 44 años fue una de las dos víctimas fatales del trágico accidente del avión sanitario modelo Learjet 35, matrícula LV-BXU, que se estrelló poco antes de las 23 del martes en las inmediaciones del aeropuerto de Esquel.
Bassi viajó junto a un enfermero de enorme experincia en el rubro, Patricio Walmsley, quien también perdió la vida, y junto al piloto Mariano La Torre y el copiloto Angel Martín Gamboa, quienes se encuentran internados con heridas de consideración.
“La última vez que hablé con mi hermano fue el 3 de mayo, el domingo. Fue el cumpleaños de nuestra mamá e hicimos un zoom con toda la familia. Esa fue la última vez que lo vimos todos”, le explicó a Infobae Sebastián Bassi, mediante una llamada telefónica desde California, EEUU, donde reside desde hace cuatro años.
Federico Bassi nació en Bahía Blanca, pero se radicó desde hace décadas en la ciudad de Quilmes. Desde hace 15 años ejercía como cardiólogo de la Unidad Coronaria del Sanatorio Modelo de Quilmes y desde el 2007 también se desenvolvía en el Hospital Argerich.
Además de su pasión por la medicina, a Bassi también le fascinaba volar. Fue así que obtuvo un grado en Evacuación Aeromédica en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial.
“Viajó varias a veces a Estados Unidos, a Europa, a Panamá. Y una vez llegó a realizar una aeroevacuación médica en la Isla de Mauricio. Creo que ese fue su lugar más extraño. El servicio de su empresa era contratado por los seguros médicos de viajeros internacionales”, recordó su hermano.
Bassi era un fanático absoluto de Bruce Springsteen. Los acordes de la canción “Mrs. McGrath” eran el ringtone de su teléfono. “Incluso, había ido a un recital de él en Chile y llegó a bailar en el escenario. Apareció en un video oficial de Bruce”, recordó su hermano.
El médico estaba en pareja y tenía un hijo de 7 años, Benjamín, producto de una relación anterior. En las últimas horas, los padres del galeno intentaban encontrar la vía para poder trasladarse en medio de la cuarentena obligatoria desde Bahía Blanca a Quilmes para poder acompañar a su pequeño nieto.
Bassi, al igual que los otros tres tripulantes del trágico vuelo, formaba parte de la empresa MD Fly, una compañía que brinda el servicio de Ambulancias Aéreas y Escolta Médica en el país desde 1995.
A su lado en el vuelo viajaba Patricio Walmsley, un enfermero que a lo largo del tiempo se convirtió en una suerte de eminencia entre la Aeroevacuación médica argentina. Su espíritu solidario y sus labores con niños en zonas de guerra de diferentes partes del mundo le habían dado una experiencia que pocos colegas tenían en el país.
“En este rubro seremos con suerte unas 20 o 30 personas y unas tres empresas. Nos conocemos todos, realmente. Y puedo decir que Patricio era quizás uno de los más preparados en la enfermería de aeroevacuación. Trabajó con niños en lugares en plena guerra civil, estuvo en países donde la situación era inimaginable”, explicó Maximiliano Kryst, un colega que trabaja como enfermero en los servicios aéreos de Aerolíneas Argentinas y Austral.
Walmsley era enfermero aeroevacuador desde 2009. Con el pasar del tiempo se especializó en enfermería pediátrica. Entre 2013 y 2018 formó parte de las organizaciones Médicos Sin Fronteras y Save The Children y trabajó en zonas como Haití, República Centroafricana, Níger, República Democrática del Congo. También trabajó dos años como enfermero supervisor clínico de la Unidad de Salud de Emergencia de Save The Children en Reino Unido. Así y todo y pudiendo radicarse en Inglaterra, decidió regresar a su país.
Su trabajo como enfermero aeroevacuador era una pasión. Sin ir más lejos, en 2016 protagonizó una charla en la Ciudad Cultural Konex, donde expuso cómo fue su trabajo durante años en el Congo.
“Es un país en el cual hay un médico cada mil habitantes, una cuarta parte de los que hay en Argentina. Viví en Congo tres años y hacíamos clínica móvil. Llevar un paquete de atención primaria, con todas la áreas de salud incluidas, en 14 motos, durante siete días. Lo que hacíamos era brindar a esas poblaciones agobiadas por saqueos y violaciones al cuerpo humano y a los derechos humanos, una asistencia humanitaria. Lo intentábamos hacer de una manera de calidad”, dijo.
Walmsley, fanático de los deportes náuticos y del ciclismo, se había radicado en el Tigre. No podía dejar de asistir a los demás. Por eso, a raíz de la inmensa merma de vuelos a causa de la pandemia de Coronavirus en todo el mundo, hace unas semanas se había sumado como enfermero en el SAME. Sin embargo, mantenía su guardia con MD Fly.
El martes por la tarde, fue el propio Walmsley quien asumió la guardia para viajar a Esquel a asistir en el traslado de una pequeña niña de 3 años que debía viajar hacia Buenos Aires. Él tomó el viaje entre los tres enfermeros posibles.
De manera paradójica, a las 20:09 del martes, unos pocos minutos después de que el avión Learjet 35 haya despegado del aeropuerto de San Fernando, el enfermero subió una foto a su estado de Whatsapp. “Sanitario a Esquel”, rezaba la leyenda y detrás había una foto suya, dentro de la avioneta y con el barbijo puesto. Es su última imagen con vida.
Mariano La Torre tiene 33 años y acumula más de diez años de experiencia como piloto. Precísamente, es el hijo de Gustavo La Torre, quien es el actual Director Médico de la empresa MD Fly.
Según informó Sergio Cardozo, el director del Hospital de Chubut, el piloto se encuentra internado en estado muy grave: “Tiene el 50% del cuerpo quemado, fracturas de columna cervical y dos vértebras, traumatismo de tórax, fractura en el esternón, contusión pulmonar y hematomas al nivel del intestino. Actualmente está en el quirófano, en estado crítico”, fueron las palabras de la autoridad del Centro de Salud.
El aeropuerto de Esquel cerró después del accidente para ser sometido a investigaciones por parte de la Junta de Seguridad del Transporte. Según pudo averiguar Infobae, la propia empresa MD Fly quería mandar un nuevo avión sanitario, vía Neuquén, para traer al piloto y al copiloto a un centro de salud de mayor complejidad en Buenos Aires. Por lo cual, se estima que algunos empleados puedan estar trayendo a compañeros de trabajo.
El copiloto de la aeronave es Angel Martín Gamboa, de 50 años, quien después de cumplir los 40 decidió abandonar su carrera como agente de ventas para dedicarse a su pasión de la aviación. En 2011 se recibió como piloto y entre 2012 y 2018 fue instructor en la Escuela de Vuelo Fly Tango. Precisamente, desde el mismo 2018 forma parte de la empresa MD Fly.
Según informaron desde el hospital de Esquel, su estado de salud es el menos comprometido de los dos sobrevivientes. Sufrió una fractura en el esternón con una fuerte contusión pulmonar.
Los cuatro tripulantes del avión sanitario viajaban a Esquel para efectuar el traslado de una niña de 3 años llamada Jazmin Amelie Serna Torres, de solo 3 años. La pequeña padece un edema pulmonar y también tiene un problema cardíaco congénito e hidrocefalia. Fue operada a los cinco meses de su nacimiento y viaja periódicamente a Buenos Aires para recibir atención médica.
En el último tiempo, la interrupción de todos sus tratamientos ambulatorios provocó un agravamiento general de su salud, por el que debía viajar de urgencia a un sanatorio porteño para ser revisada y eventualmente ser sometida a una nueva operación.
Emanuel, su papá, estaba con ella en una ambulancia junto a una médica en el momento en que se estrelló el avión sanitario que iba a buscarla a través de la gestión de la obra social del Personal de Televisión, ya que él integra el equipo técnico del Canal 4 de Esquel. “Él está muy mal, vio todo el accidente. Vieron la explosión, sentían el olor a combustible y escuchaban los gritos. Se acercaron a ayudar pero pero había tanta niebla en la pista que no podían ver nada”, contó a Infobae Doreen, la abuela materna de la menor.
Aún se desconocen los motivos exactos del accidente, los cuales están sometidos a un proceso de investigación por parte de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST). Hasta el momento, en lo que todos coinciden es que la visibilidad en las inmediaciones del aeropuerto de Esquel era nula.
“Según el informe que pudimos ver del Metar (Sistema Meteorológico Aeronáutico de Rutina), la visibilidad a la hora del aterrizaje era inferior a los 100 metros debido a la niebla”, le explicó a Infobae una fuente que prefirió mantener su identidad en reserva.
“Se está investigando si estaba activado el ILS (Instrument Landing System) del aeropuerto, lo que les permite a los pilotos poder navegar realizar las funciones en las fases críticas de aterrizaje o despegue cuando la visibilidad es muy mala. Esto permite que la nave pueda ser orientada mediante el instrumental”.
Especialistas de la JST llegarán en las próximas horas al aeropuerto de Esquel para iniciar así una investigación basada en Imágenes que permitan realizar la planimetría del aterrizaje, Motor, sistema de combustible, filtros y accesorios del mismo, sistemas de control de la aeronave y superficies de control de vuelo y aislación de componentes críticos del avión para su posterior ensayo, entre otros aspectos.
Se espera que la JST publique dentro de las próximas 48 horas en sus sitio web oficial un informe básico y al cumplirse un mes del accidente se deberá presentar un informe preliminar, basado en información fáctica comprobada.
De acuerdo al registro de la ANAC, el avión pertenece a la empresa Cabiline, compañía que estaba autorizada para transporte aéreo sanitario, aunque en el listado de empresas Regulares y No Regulares, al 4 de marzo, figuraba como «empresa vencida y/o suspendida transitoriamente».
Según pudo saber este medio, el avión había sido vendido recientemente a MD Fly.