La historia de amor de las dos referentes de las Leonas que decidieron ser madres: “Es lo mejor que nos pasó en la vida”

Charo Luchetti y Piti D’Elía fueron dos emblemas del seleccionado femenino de hockey sobre césped que ganaron títulos mundiales y medallas olímpicas. Pero el destino quiso que algo las uniera más que el deporte: formaron…

jueves 12/05/2022 - 9:17
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Charo Luchetti y Piti D’Elía fueron dos emblemas del seleccionado femenino de hockey sobre césped que ganaron títulos mundiales y medallas olímpicas. Pero el destino quiso que algo las uniera más que el deporte: formaron una pareja y, con el paso de los años, eligieron que querían ser mamás. Así llegó Tomás, y su vida cambió para siempre

El Documento Nacional de Identidad de Rosario Luchetti y Silvina D’Elía debería tener un asterisco. Más allá de los datos útiles y necesarios, un ítem debería indicar que fueron (son) dos grandes defensoras de la marca Argentina. ¿Cómo lo hicieron? Se vistieron con la camiseta de Las Leonas, la selección argentina de hockey sobre césped, durante más de una década y dejaron todo para llegar a ser campeonas del mundo y subirse a un podio en los Juegos Olímpicos.

Para Charo y Piti representar los colores de su patria lo era todo. Así se conocieron, siendo todavía categoría junior. Y con el paso del tiempo, el amor por su deporte se convirtió en un amor de pareja que las llevó a querer formar una familia. Hace poco más de dos meses, tras un proceso en el que D’Elía aportó sus óvulos y Luchetti fue la madre gestante, nació Tomás. Esa fecha, la del 7 de marzo de 2022, marcó sus vidas para siempre, según publica Infobae.

“Cuando tiene los ojitos abiertos, conectás la mirada y ya está. Se te pasa el sueño, el cansancio. Es increíble. Muy feliz, sobre todo de que se haya hecho realidad. Cada día que pasa lo quiero más y me cuesta mucho despegarme de él. Cuando no estoy un rato con él ya lo extraño”, dijo Charo.

Luchetti dio detalles de cómo fue el proceso para quedar embarazada, cómo un llamado para volver al seleccionado le puso una pausa a su deseo de ser mamá (pero sólo por unos meses) y el futuro de una familia que se instaló en Mendoza para disfrutar su nueva vida, pero con el hockey siempre presente.

»Estoy feliz. Contenta y disfrutándolo mucho. Desde el 2018 que venía con el deseo de que esto sucediera. Obviamente, no hay que dejar de lado que hay momentos más duros, porque es muy demandante, como decíamos recién, pero es todo disfrute. Cuando tiene los ojitos abiertos, conectás la mirada y ya está. Se te pasa el sueño, el cansancio… Es increíble. Muy feliz, sobre todo de que se haya hecho realidad más que nada», comentó Luchetti sobre su nueva etapa como madre.

De su pareja, contó que se conocieron jugando al hockey: »Yo en el seleccionado arranqué el proceso junior en el 2003 y ella en el 2000, me parece. Desde ahí compartimos cancha y seleccionado hasta el 2019, que nos retiramos. Y bueno, ni hablar cuando empezamos a ser pareja y compartir más la vida. Fue raro, porque después de muchos años de compartir el seleccionado, nos encontramos desde otro lugar».

»Y con el tiempo de estar juntas, comenzamos a charlar sobre el hecho de ser madres. Nosotras siempre desde un lado muy natural, como desde lo que queremos y lo encaramos con convicción, como todo lo que hacemos en la vida. Cuando lo empezamos a pensar, yo tuve un deseo muy fuerte en el cuerpo, quería ser mamá, y Piti siempre desde ese lado me apoyó, y empezamos con las averiguaciones en la obra social, las coberturas del tratamiento, análisis, todo lo que hay protocolarmente para hacer esto», agregó.

Pero sufrieron un giro inesperado: »Y lo loco es que cuando en el 2018 tomamos la decisión de hacerlo, en diciembre de 2018 yo ya tenía la autorización y todo el papelerío que hay que tener para encarar el tratamiento, el día que me llama la doctora para darme el OK de que ya lo podíamos encarar, ese mismo día me llama el Chapa Retegui para decirme que quería juntarse para tomar un café porque agarraba el seleccionado de vuelta y quería convocarme, a ver si estaba o no estaba».

»Le pedí a él que me diera unos días, para evaluarlo y pensarlo, y bueno, en ese momento elegí postergar la maternidad para volver al seleccionado porque el fin y el objetivo era Tokio. Y la verdad era que me parecía un lindo fin para mi carrera después de haberle dedicado tantos años. Tenía mucha fe de que podíamos ir por el oro en Tokio, así que fue muy tentador. Pero bueno, al final las cosas no se dieron de esa manera, la pandemia nos postergó mucho todo, se hizo muy denso», explicó.

»Y bueno, en febrero de 2019, por decisión del cuerpo técnico yo dejó de ser parte del equipo, por un montón de cuestiones, eso queda en la intimidad del cuerpo técnico y mía, pero la realidad es que, desde mi lugar, creo que no estaba brindando lo mejor para el equipo porque mi cabeza, mi corazón y mi cuerpo estaban en otro lado. Y bueno, acá estamos con Tomás», agregó.

Sobre el deseo de ser madre, comentó que no lo tenía presente: »La realidad es que, cuando empecé con el deseo de la maternidad, lo empecé a manifestar, a charlar. Fue en el 2018 cuando empecé a decir “che, tengo ganas de ser madre”. Sin saber lo que había que hacer, o lo que implicaba. Nunca fui una persona que desde chica se quiso casar o tener hijos. Yo soy muy del momento. Creo que mi mayor energía y la mayor parte de mi vida más joven se la dedique con mucha pasión al seleccionado y estaba muy abocada a eso».

El proceso para tener a Tomás no fue fácil, con una gran cantidad de información, dijo: »Cuando nosotros empezamos con esto, dijimos “bueno, hay que buscar un banco de donantes…” y una doctora nos dijo que había un método que se llamaba “método ropa”, donde tu pareja es como la donante del óvulo y vos podés ser la gestante. Y cuando nos plantearon esto, nos pareció una opción linda, como que las dos podamos ser parte más profundamente».

»Así que decidimos hacerlo de esa manera, con el óvulo de Piti, yo siendo la gestante, y la única parte dura de eso fue que ella tuvo que darse unas inyecciones para estimularse y generar más óvulos, para el momento de la extracción, y por ahí los primeros pinchazos no eran lo más copado, porque te da cosa pincharte la panza, y en algunos momentos no se sentía bien, estuvo media revuelta y mareada, pero eso fue lo más raro o incómodo», sostuvo.

Por otro lado, comenta sobre el embarazo: »Lo súper disfruté muchísimo. La realidad es que no tuve muchos días de sentirme mal, de mareos o con la presión baja, pero lo recuerdo como un embarazo en el que pude hacer de todo. No me detuvo, no me frenó mucho en mi vida. La verdad es que me dejó hacer de todo. Yo siempre digo que el seleccionado nos formó para la guerra, lo digo en todos lados. Nos preparó para todos. La verdad es que uno está tan acostumbrado a sentirse de una manera y decir “bueno, no pasa nada, sigo”, que por ahí eso me ayudó».

Y en el medio del embarazo, la pareja decidió mudarse a Mendoza: »Vino la pandemia, no nos copó más vivir en Capital. Bueno, Piti es de Mendoza y hace rato venía planteando la posibilidad de volver a sus tierras y a mí me gustó la aventura, el desafío. Ya había estado por Mendoza para acompañarla a visitar a la familia y es un lugar que me gusta mucho, otro ritmo de vida. Es otro clima, otro paisaje, más cercano a la naturaleza».

Sobre el nacimiento de Tomás, señaló que: »Con el paso del tiempo dimensiono más. Es más, tengo una foto de la cesárea, donde lo están sacando a él de la panza, la tengo esa imagen en la cabeza 100 por ciento, pero cuando la miro, no tiene explicación. Es re loco. A medida que pasa el tiempo, lo dimensiono».

»Hoy justo hablábamos de eso con Piti: el tema del vínculo es porque paso mucho tiempo con él o porque realmente hubo algo extra porque lo tuve en la panza, le das la teta y es como una conexión que no sé, a mí es como que cada día que pasa, lo quiero más y me cuesta mucho despegarme de él. Cuando no estoy un rato con él, ya lo extraño. Es una conexión medio enferma, también (risas)», continuó.

En relación a las expectativas de seguir agrandando a la familia, con Piti como madre gestante, dijo: »La idea, el plan, para decirlo de alguna manera, es un poco ese. Yo estaba con mucho deseo de gestar y tener, y ella me decía “bueno, en un futuro puede ser al revés, si yo quiero tener, hacemos con tus óvulos…”, pero esa es la idea. Y sino, tal vez evaluaremos que yo sea la gestante de nuevo».

El paso por el seleccionado fue crucial, aunque hoy no cuenta con demasiado contacto, explicó que: »Ahora muy cerquita tienen el Mundial y veo la intención de formar de vuelta un lindo equipo. Siento eso, no tengo ni idea. Hablo desde lo que percibo, porque tampoco estoy mucho en contacto con las chicas o mirando tanto. Pero con estos últimos cambios que hubo, creo que las cosas están más estabilizadas, un poco más calmas las aguas».

»Y las últimas veces que las vi, vi un equipo más tranquilo dentro de la cancha, o por lo menos eso me transmitieron. Me da ilusión de que en este Mundial hagan un buen papel», remarcó.

Sobre este tema y el futuro con el hockey, Charo no descarta seguir alimentando esa pasión por el deporte: »El hockey siempre está, es como un motor, un cable a tierra. Es lo que me gustó siempre. Acá me abrió las puertas el club Vistalba, que estuve trabajando en la Séptima y Sexta División. Este año con la llegada de Tomás era seguir, pero los primeros meses prioricé estar con él».

Y finalizó: »Pero me volvieron las ganas, así que en la segunda mitad del año, si todavía tengo las ganas, tal vez me pruebe a jugar un añito más. Tengo ganas de jugar, no de entrenar. Pero sí, a futuro, tengo ganas de estar en la cancha. Tengo ganas de seguir vinculada al hockey. Me gusta el desafío».

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