La gobernabilidad de Chubut en tono peronista, ¿alcanza?

La cumbre entre Arcioni, los hermanos Sastre y Luque dejó acuerdos que se verán cumplirse o no en los próximos meses, pensando de lleno en el 2023. Los temas fueron apenas un puñado aunque no…

lunes 29/11/2021 - 0:44
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La cumbre entre Arcioni, los hermanos Sastre y Luque dejó acuerdos que se verán cumplirse o no en los próximos meses, pensando de lleno en el 2023.

Los temas fueron apenas un puñado aunque no deja de ser saludable que los principales referentes del peronismo, con potencial para ser candidatos a gobernador en 2023, se hayan reunido con el gobernador Mariano Arcioni para asegurar la “gobernabilidad” para los próximos meses, introduce la columna política De puño y letra de diario El Chubut.

No es que haya una crisis en ciernes, ni peligra la institucionalidad. Pero no puede perderse de vista que el peronismo de Chubut con su candidato principal digitado por el Instituto Patria, salió segundo, y que el Gobierno terminó cuarto aún detrás del PICh, un resultado muy inesperado en el oficialismo, pese a lo que consideran “el esfuerzo que se hizo este año para sanear las cuentas y ponernos al día con los empleados”, dicen en Fontana 50. La pregunta que surge, de inmediato, es si con la “gobernabilidad peronista” es suficiente. Es decir, si con el acuerdo entre los partidos que al final del día adhieren a la trilogía Cristina, Alberto Fernández y Sergio Massa (en ese orden), es suficiente para destrabar las designaciones en el STJ, despejar las suspicacias alrededor del nuevo proyecto de ley de pesca, designar al fiscal anticorrupción, aprobar el endeudamiento que el gobierno giró a la Legislatura a fines de la semana pasada, y otros temas de peso.

Lo que ha ocurrido es que el peronismo completo, sus aliados, sus socios, y sus “primos” del Gobierno provincial, ha salido a abroquelarse por una cuestión de supervivencia. Acaban de perder unas elecciones muy trascendentes contra Juntos por el Cambio, la alianza opositora que ahora tiene fuerza como para pensar en ganar en 2023, y además, hay expectativas de poder en la provincia, pero también en el país. La oposición tiene hoy a los dirigentes de mejor imagen nacional, como Horacio Rodríguez Larreta, o Patricia Bullrich, junto a un radicalismo bien federal que se ha puesto fuerte en muchas provincias, donde sus candidatos encabezaron las boletas del triunfo.

La semana pasada, en nuestra columna habitual (De puño y letra de El Chubut) explicamos que la gobernabilidad empezaba por las conversaciones que -así lo contamos- ya venían existiendo entre varios referentes de la política. Arcioni, Luque, Sastre, y también Nacho Torres, el ganador -por una muy buena diferencia- de las elecciones del 14 de este mes. La primera pregunta que surge entonces es, por qué Torres no estuvo en la «cumbre» del martes en Rawson, café y medialunas de por medio.

“No nos invitaron… la verdad es que deberíamos estar… hablan de gobernabilidad y no convocan a los que ganaron las elecciones…”, dijo un vocero. Aunque se supo que sí hubo comunicaciones entre el gobernador Mariano Arcioni y Torres. El mandatario habría enviado mensajes al senador nacional electo, luego de la cumbre peronista en Rawson. Pero no habría una reunión de inmediato. Hay recambio legislativo, Torres tiene sesiones ordinarias y preparatorias, y además, no está claro que haya coincidencias entre las urgencias del gobierno (endeudamiento, por ejemplo), y la agenda que preocupa a Nacho Torres (cuentas públicas, deuda, seguridad). Sería difícil sumar al flamante ganador al tren de necesidades del colectivo peronista.

¿Fue la cumbre de la “gobernabilidad” una herramienta para defenderse en 2023? Sería natural que así fuera. El escenario político es otro, por lo que el peronismo y el gobierno no pueden pretender mejores resultados electorales, si no cambian algo antes. Y empezaron por el lado de los acuerdos. “Para nosotros es mejor… que nadie crea que en dos años les van a sumar los votos aritméticamente… pero es mejor que esté claro que el peronismo es un solo, junto al gobierno”, dicen en el PRO local, sin evitarse una cuota de ironía.

Finalmente… hay que ver cuáles son los puntos centrales de este “pacto de convivencia” al que habrían arribado Arcioni, Ricardo y Gustavo Sastre, y Juan Pablo Luque.

No hay muchos secretos. El primer acuerdo fue convivir. Consultarse. Hablar. Luque y Sastre tendrían un pacto común de no agresión y de coexistencia pacífica en el peronismo. Para 2023 falta una eternidad y aún resta saber qué nos depara el destino sobre todo en materia económica. Pelear hoy por candidaturas raya la inconciencia política.

Luque y Sastre le habrían pedido al gobernador que los incluya en una «mesa política» permanente. Donde se debatan en un grupo reducido de dirigentes, en un círculo íntimo, las decisiones trascendentes que requieran del voto de Chubut Al Frente (oficialismo) y del peronismo en la Legislatura provincial. Sastre y Luque deben lidiar con las desconfianzas mutuas, pero también con la del gobernador. Aunque lleva ya casi cuatro años gobernando, a Arcioni le cuestan los modos de la política tradicional.

Pasando en limpio, el acuerdo más importante fue el de la integración del Superior Tribunal de Justicia, con el ingreso de cuatro miembros nuevos. Los tres que ya se conocían, Ricardo Napolitani (por el gobierno), el fiscal Daniel Báez (a propuesta de los Sastre), la jueza de faltas de Rawson Silvia Bustos (por la UCR), a quienes se suma Camila Banfi Saavedra, jefa de fiscales de Comodoro, a propuesta de Juan Pablo Luque. Hubo más asuntos en la carpeta de la “gobernabilidad”, como un pedido de Arcioni para nombrar a Federico Massoni como titular de la Oficina Anticorrupción, el tratamiento de un nuevo endeudamiento, o la integración de más peronistas al Gobierno provincial.

Otro de los acuerdos habría sido el paso al costado de Carlos Linares como presidente del PJ. Y trabajar juntos en la construcción de candidaturas hacia 2023.

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