La fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la investigación del homicidio de Fernando Báez Sosa, ocurrido hace un mes en Villa Gesell, imputó a los ocho detenidos como coautores del brutal asesinato.
Hasta el momento, solo Máximo Thomsen y Ciro Pertossi estaban imputados como autores. Lucas y Luciano Pertossi, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz estaban acusados de ser partícipes necesarios de crimen.
En el nuevo dictamen, la fiscal Zamboni imputó, además, a Alejo Milanesi y a Juan Pedro Guarino, los dos jóvenes que habían sido liberados por falta de mérito, como partícipes necesarios del homicidio.
Las nuevas imputaciones lea serán leídas a los acusados pasado mañana, cuando amplíen su declaración indagatoria después de que el juez de Garantías de Villa Gesell David Mancinelli les dictó la prisión preventivacon la agravante de la alevosía.
La fiscal sumó a la acusación por homicidio doblemente agravado otra por lesiones leves por las agresiones que, en el contexto del ataque y posterior crimen, sufriero n Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y Tomás D´Alessandro, todos amigos de la víctima.
En el dictamen donde había solicitado la prisión preventiva para ocho de los acusados, la fiscal Zamboni había calificado el hecho como homicidio agravado por la participación premeditada de dos o más personas.
«Esta decisión es un baño de confianza de la Justicia. Es lo que vinimos diciendo desde un principio, que todos fueron parte de un mismo plan criminal. Todos tuvieron la misma responsabilidad», sostuvo a LA NACION Fernando Burlando, abogado de la familia de la víctima.
Sobre Guarino y Milanesi, la fiscal Zamboni explicó en su nueva imputación que ambos jóvenes ayudaron a los autores del homicidio «incrementando la superioridad numérica, previo acuerdo a tal fin, cooperando en la huida de los mismos para lograr la impunidad del hecho [por el homicidio].
En esta nueva instancia la fiscal Zamboni sostuvo que Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Lucas Pertossi, Luciano Pertossi y Ayrton Viollaz «acordaron darle muerte a la víctima» para lo cual distribuyeron «funcionalmente el rol de cada uno para la comisión del hecho.
Citó que, a su criterio y según surge de las pruebas recopiladas en su investigación, acordaron darle muerte «cumpliendo de ese modo el plan premeditado, dividiéndose las tareas».
A los cinco primeros les atribuye el ataque, abalanzados por detrás para sorprender a Báez Sosa. «Aprovechando que se encontraba de espaldas e indefenso y actuando sobre seguro en virtud de la superioridad numérica y física», dijo.
La representante del Ministerio Público remarcó que [los acusados] se aprovecharon del estado de indefensión de la víctima y siempre «con el fin de darle muerte y cumplir lo pactado» le aplicaron «varias patadas en su rostro y cabeza».
A los otros tres les asignó el rol de generar una suerte de barrera que impedía a los amigos de Báez Sosa lo defendieran.