Luego de días de incertidumbre con respecto a si la sede de la primera final única en la historia de la copa cambiaría o no por el caos social en el que está sumergido Chile, este martes se decidió que el partido decisivo entre River y Flamengo se juegue este 23 de noviembre en la capital peruana, más precisamente en el estadio Monumental de aquella ciudad.
La amenaza de una marcha organizada por el pueblo chileno en conjunto con barras bravas de los clubes más convocantes de Chile fue la gota que rebalsó el vaso. Este martes se decidió en una reunión llevada a cabo en Asunción entre presidentes de River y Flamengo, como de la Asociación del futbol Argentino y la del brasileño, además del representante del futbol chileno, que la final del torneo más importante de América se jugará en Lima.
El estadio “monumental” albergará el partido decisivo entre River y Flamengo. Con capacidad para 80mil personas, es el más grande del país Inca.
Al salir de la reunión y anunciar el cambio de sede, Alejandro Dominguez, presidente de la CONMEBOL, detalló: “consenso hubo, rápido no fue. Venimos trabajando sobre una ciudad desde hace más de un año y tuvimos que encontrar la ciudad más viable”, además hizo hincapié en la dificultad que acarrea esta situación y que “ambos clubes están haciendo un esfuerzo enorme. Así también manifestó: “estamos en una situación de fuerza mayor. Buscamos la mejor alternativa”.
Aunque, a menos de 20 días de jugarse la final, miles de hinchas que ya habían reservado su alojamiento en la ciudad de Santiago ahora deberán cambiar de destino o, lamentablemente, quedarse afuera.