“Si vives, sueñas; si sueñas, vuelas”, era una frase que identificaba a Santiago Molina, el cordobés que murió de viruela del mono en México. La había fijado en su perfil de redes sociales y fue su impulso para emigrar hace un año a Playa del Carmen.
“Era feliz. Se había ido en busca de un cambio de vida. Le encantaba vivir allá”, cuenta Eugenia Follin, su tía, a TN.
El joven de 28 años llevaba un mes y medio internado en el Hospital General de Playa del Carmen, donde ingresó con los primeros síntomas de la enfermedad. “Comenzó con unos granitos, como si fueran picaduras de mosquito. Después empezó a tener muchos días de fiebre alta. Se descomponía y esas manchitas se le llenaban de líquido y luego se le reventaban”, describió la mujer.
Horas después de su ingreso al centro de salud, Santiago tuvo un primer (y definitivo) diagnóstico: había contraído viruela sísmica.