La expansión de Cristóbal López en energía y medios

El columnista estrella del diario La Nación, Carlos Pagni, describió a Cristóbal López es, con Lázaro Báez, el empresario que más agradecido debe estar por la década ganada. Sin embargo, si se comparan las fortunas…

martes 24/03/2015 - 17:08
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CL1El columnista estrella del diario La Nación, Carlos Pagni, describió a Cristóbal López es, con Lázaro Báez, el empresario que más agradecido debe estar por la década ganada. Sin embargo, si se comparan las fortunas acumuladas y los negocios adquiridos, se advierte que Lázaro es sólo una maqueta de Cristóbal.

La incalculable masa de recursos obtenidos por López en el campo de las apuestas aceleró su desarrollo en otras actividades. Sobre todo, la energía, a la que estuvo ligado en sus orígenes como proveedor de servicios de YPF . Si bien el petróleo es un rubro muy distinto a las tragamonedas, el modelo es siempre el mismo: los Kirchner pusieron a disposición de su amigo zonas completas del Estado, para que él incrementara su riqueza a base de decretos. Cristóbal condensa en su carrera un modo de entender los negocios, la relación de lo público con lo privado, el financiamiento de la política y el enriquecimiento de los líderes políticos, que ha teñido los últimos 12 años de la vida pública argentina.
Los servicios incondicionales que brindó Roberto López, en Lotería Nacional, fueron prestados en Enarsa por Exequiel Espinosa. Cuando Néstor Kirchner lo designó al frente de la nueva empresa estatal, Espinosa seguía figurando como empleado de Cristóbal en la empresa de servicios petroleros Oil M&S. Por culpa de esta superposición López no pudo competir por un negocio estratégico: la administración de la base de datos del subsuelo, que el Estado kirchnerista delegaría en un privado.

Enarsa licitó en 2007 la elaboración de esa plataforma de información, decisiva para la industria energética. La ganadora fue Registros Mineros Argentinos SA. Fue casi una sorpresa saber que esa sociedad estaba formada por empleados de López: Carlos Leone, Raúl Zamora, Osvaldo De Souza, Marcelo Fiordelli, Alfredo Suárez del Solar y Mauro Sánchez. Casi todos eran compañeros de trabajo de Espinosa. Muchos fijaron domicilio en las oficinas de Oil M&S. Había ganado López. Gracias a este concurso para administrar la base de datos del subsuelo, los Kirchner transfirieron a Cristóbal, que es un empresario petrolero, una información que le daba ventajas inapreciables frente a sus competidores. Además, le pagaron 2 millones de dólares por comenzar a organizar la información, 195.000 dólares mensuales por auditorías y otros 360.000 por procesamiento de contenidos. El matrimonio no había descubierto todavía el concepto de «soberanía energética», que comenzó a imponerse en 2012, con la estatización de YPF .

Para la época en que ponía en manos de Cristóbal esa herramienta privilegiada, Kirchner forzaba a Repsol a ceder a otro amigo, el famoso «experto en mercados regulados» Enrique Eskenazi, el 25% de YPF casi sin poner una moneda. En vez de hacer una escena de celos, López comenzó a desplazar competidores. Oil M&S y Serma, su compañía de remediación ambiental, multiplicaron al infinito sus contratos con YPF. En mayo de 2010, Ricardo Celli, el presidente de la cámara del sector, denunció este favoritismo y lo atribuyó a «afinidades kirchneristas» entre los Eskenazi y López.

Con la gestión de Miguel Galuccio esas compañías se expandieron más en YPF. Sólo en la cuenca neuquina Serma tiene convenios en 14 yacimientos. Además Galuccio contrata a Oil M&S servicios de transporte, operación de pozos y tratamiento de residuos.

Los Kirchner siempre vigilaron los movimientos de Oil M&S como si la empresa fuera propia. Al frente de la compañía estuvo durante años Fabián De Souza, un comprovinciano de López. Pero, por si le retaceaban alguna información, el matrimonio instaló en una oficina lindera a la de De Souza a Osvaldo Sanfelice, el célebre «Bochi», que regentea la inmobiliaria en la que, según dicen, trabaja Máximo Kirchner .

En 2011 López pegó un estirón al comprar a Petrobras la refinería San Lorenzo y una red de estaciones de servicios. Esos activos se abonaron con impuestos impagos por un monto de $ 1200 millones. Formidable negocio para el amigo de la Presidenta, ya que la AFIP ofreció un plan de regularización a 10 años con una tasa de interés inferior a la inflación. Cristóbal tuvo acceso de este modo a delicias que el «proyecto nacional y popular» reserva para pocos: por ejemplo, utilizar a la AFIP como banca de fomento.

El escándalo de corrupción que estalló en Brasil alrededor de Petrobras terminó complicando a López. João Augusto Henriques, un gestor de negocios del PMDB brasileño, reveló que en esa operación se pagaron coimas por 10 millones de dólares. La «propina», como la llamó Henriques, circuló a través del Uruguay. Pero las tratativas se realizaron en el hotel Hilton, igual que cuando hubo que arrancar el 50% de los casinos flotantes a los catalanes de Cirsa. Los camareros del Hilton acaso no sepan que si un día se transformaran en escritores, voltearían un gobierno.

El zar de las tragamonedas es obstinado. Ahora compite con Eduardo Eurnekian para comprar lo que queda de Petrobras en la Argentina. La petrolera brasileña debe desprenderse de esos activos para paliar la crisis financiera derivada de su escándalo de corrupción.

López utilizó también al Estado como palanca para enriquecerse con el negocio de la soda solvay, un insumo para la industria del vidrio y de productos de limpieza. Al poco tiempo de que compró Álcalis de la Patagonia, la Aduana prohibió el ingreso de su producto por el puerto de Campana, el más cercano a las productoras de jabones. Los competidores de Cristóbal deberían aumentar sus precios por el mayor costo de los fletes. Después Guillermo Moreno se encargó de agregarles complicaciones con licencias especiales de importación con finalidades estadísticas. El kirchnerismo suministró a su empresario favorito un nuevo coto de caza.

En sus conversaciones con los Kirchner, López siempre sostuvo una doctrina: hay que acumular dinero para la retirada porque los jueces, tarde o temprano, se dan vuelta. Es la enseñanza que los kirchneristas aprendieron de sus mayores menemistas. Cuando, hacia comienzos de 2009, se desató la disputa con el Grupo Clarín, Cristóbal advirtió que a su tesis le faltaba una sección: también había que adquirir medios de comunicación.

A partir de 2011 el amigo de la Presidenta se propuso blindar sus negocios con un anillo periodístico. La adquisición más importante fue el grupo Infobae, que había fundado Daniel Hadad . Para esa transferencia fue necesaria la complicidad de Martín Sabbatella , el titular de la Afsca. El holding que Hadad vendió a López contaba con más emisoras de radio y TV que las que permitía la ley de medios. Y en el momento en que se realizó la transacción los plazos para la adecuación habían vencido. De modo que Hadad debería haber regularizado su situación antes de vender. Pero López pudo quedarse con el multimedios sin objeción alguna por parte del Gobierno. Es más: cuando cerró el contrato, Hadad recibió seguridades de que la AFIP dejaría de investigarlo.
Sabbatella sigue siendo complaciente. López compró también el canal 27 de UHF, que se transformará en una emisora de aire con tecnología digital. Como la posesión de esa señal excede el número de licencias permitidas por la ley, la Afsca emitió una resolución a medida de Cristóbal para que pueda transferirla a quien él determine. ¿Quién se quedará con ese valioso canal de aire? ¿Un extraño o un empleado de López? Hagan sus apuestas.

López puso al frente de C5N, Radio 10 y el resto de las empresas periodísticas al mismo De Souza que le manejaba los negocios petroleros. Un Da Vinci, De Souza. Se trata del hermano de Osvaldo De Souza, socio de la compañía que se quedó con la base de datos energéticos. Osvaldo también es versátil.

Durante años fue el encargado de gerenciar la constructora de Cristóbal, gran beneficiaria de contratos del Estado. Pero el año pasado, por inconvenientes nunca aclarados, fue despedido. El otro De Souza, Fabián, sigue siendo una pieza clave del cristobalkirchnerismo. Desde que vivía Néstor Kirchner se fue convirtiendo en el responsable de la relación cotidiana con la Casa Rosada. Gracias a esa afinidad, este contador de Comodoro Rivadavia pudo inspirar en el ex presidente la primera versión del controvertido blanqueo de capitales que la Presidenta sigue prorrogando. Para varios empresarios que conocen la intimidad material del mundo Kirchner, con el correr de los años De Souza empezó a jugar un papel preponderante: se habría convertido en el guardián de los intereses de la familia en el universo empresarial de López. Es una hipótesis.

En las últimas semanas Cristóbal agregó a su anillo mediático el diario Ámbito Financiero y su subsidiaria, el Buenos Aires Herald. La apropiación de la publicación fundada por Julio Ramos debería plantear alguna contradicción al kirchnerismo. ¿Qué opinará Axel Kicillof de que un banquero maneje también un medio vinculado con las finanzas? López adquirió en su momento una participación en Finansur, que todavía figura como una de sus posesiones en los portales del Grupo Indalo. Pero el Banco Central aún no aprobó esa adquisición, por lo que el control del banco sigue en manos de los Sánchez Córdoba. Menos mal: la condición de financista podría volver más complicada la situación de López ante la justicia de los Estados Unidos, que investiga algunas de sus sociedades por presunto lavado de dinero.

La compra de Ámbito Financiero desató una agria competencia con Daniel Vila y José Luis Manzano. Pero el dueño del diario, Orlando Vignatti, descubrió gracias a un llamado del Gobierno a quién debía vender. Para él fue una alegría: es socio de Vila y Manzano en La Capital de Rosario, y los detesta. Vignatti vendió Ámbito Financiero y el periódico rosarino El Ciudadano. Una página importante para López, que debe proteger su casino en Santa Fe.

El grupo al que se integra Ámbito Financiero ya cuenta con la productora Ideas del Sur, el canal C5N, la AM Radio 10 y las FM Pop, Mega, Vale y One, además del portal Minuto Uno. Radicado en la ciudad de Buenos Aires, ese multimedios opera como gendarme del gran negocio de su dueño: los casinos que debería vigilar la administración Macri. No debería sorprender que, en cualquier momento, se sume también Página 12 a la cadena. López también controla el diario Patagónico, FM del Mar y Canal 9, en Comodoro Rivadavia, la otra sede de sus actividades. Allí libra otra guerra: desde hace años aspira a quedarse con Cerro Dragón, el yacimiento de la familia Bulgheroni. La idea más reciente es que esa joya de la industria petrolera pase a YPF con Oil M&S como contratista principal.

En la construcción del reino de Cristóbal jugaron a favor sus condiciones personales. Desde el primer día fascinó a Kirchner con su discreción. Nunca tuvo reparos en abrir la billetera cuando se necesitaba. Tampoco curiosidad por el destino político del dinero que se le pedía. Aprendió desde un comienzo la lección que se le solía escuchar a Jorge Antonio, santo patrono de todos los «expertos en mercados regulados»: «Quien quiera hacer negocios con el Estado debe saber que su principal activo es el lugar en la mesa del poder».

La percepción intuitiva de esta regla proporcionó a López un destino más venturoso que el de los Eskenazi, que competían con él por el favor del matrimonio gobernante. López y Eskenazi ocuparon una categoría similar: cuando el entonces gobernador de Santa Cruz los conoció ya tenían un pasar acomodado. Es la gran diferencia con Lázaro Báez, un invento absoluto de los Kirchner. Un gobernador que conoce las entrañas del kirchnerismo pecuniario explica, en voz baja, lo siguiente: «Cristóbal se consagró como amigo de la familia cuando murió Néstor. Jamás objetó una coma de lo que se le exigía. Una diferencia abismal con los Eskenazi, que comenzaron a discutir con Máximo por los porcentajes. Así perdieron YPF». En esta versión, la figura de López aparece estilizada. Allegados a los Kirchner aseguran que, en realidad, interpuso cierta resistencia a respetar algunos acuerdos comerciales. Hasta insinúan que fue necesario recurrir a los servicios de Antonio Stiuso para convencerlo. Habladurías. Lo cierto es que al cabo de los años la Presidenta sigue confiando en él.

Esta fidelidad se pone en juego en estos días. Con la imagen de Báez carbonizada, López juega un papel decisivo al lado de los Kirchner: es el responsable de que a toda una arquitectura de negocios no llegue también el desgraciado fin de ciclo.

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