El gobierno norteamericano planea comprar millones de barriles para quitar petróleo barato del mercado. Al mismo tiempo, incrementarán sus reservas.
Como un gesto para la industria petrolera norteamericana y para impulsar el precio internacional del petróleo, el gobierno de Estados Unidos analiza hacerse con casi 80 millones de barriles de petróleo. La administración de Donald Trump planea sacar un doble o triple beneficio de la crisis de precios actual que atraviesa la industria.
La estrategia consiste en comprar cerca de 78 millones de barriles a un bajo costo y de esta manera no solo incrementar las reservas del país, sino también evitar que otros países aprovechen la depreciación del crudo con las mismas intenciones.
En paralelo, desde el gobierno esperan que un masivo retiro de barriles del mercado también ayude a recomponer el precio y a que las petroleras locales puedan después vender su producción a una cifra mayor.
Otra de las alternativas que barajan es reducir impuestos y regalías a algunas compañías que se vieron más afectadas por el desplome de los precios.
Aun no trascendió ni cuál será la reducción ni tampoco por cuánto tiempo será, pero ya generó rechazos no solo por los demócratas sino también por los republicanos que consideran que las tazas actuales son demasiado bajas.