La tensa espera del escrutinio final de las últimas elecciones no sólo tiene en vilo a los principales actores del “dasnevismo” y el “kirchnerismo” sino también a los actuales funcionarios municipales de una ciudad que hoy encara en piloto automático las urgencias institucionales.
“Hay que esperar que pasen los furores que dejaron las urnas y tendremos que sentarnos ambos equipos de gobierno a preparar una transición armoniosa, sin sobresaltos”, confió un secretario en diálogo con Diario Patagónico.
Todavía no está resuelto el escrutinio final provincial y en el gabinete municipal de Comodoro Rivadavia las primeras y segundas líneas de funcionarios ya están pensando en qué van a hacer cuando llegue el 11 de diciembre de 2011.
Por esos días, en el final de un año electoral que ya comenzó a dejar muchas heridas, el equipo de colaboradores del intendente electo Néstor Di Pierro desembarcará en el control del Estado municipal, no sin antes haber participado activamente, entre otros aspectos, en la conformación del presupuesto 2012 de la comuna.
En el camino habrá quedado una interna feroz, no sólo en el plano local donde “buzzistas” y “gaitanistas” aún hoy se están pasando factura de una derrota que pulverizó las expectativas de unos la misma noche del 20 de marzo y que hirió mortalmente las ambiciones de un gobernador que soñó alguna vez con ser, nada menos, presidente de la Nación.
En el plano local, además de la recriminación de falta de apoyo del sector más cercano de Ricardo Gaitán al entorno del intendente Buzzi, la realidad indicó en las urnas que la mayoría de los comodorenses le dieron la espalda no sólo al Modelo Chubut sino y, principalmente, a su actual intendente que apenas alcanzó un porcentaje de votos del 38% en su propio distrito.
(El Patagónico)