En el juicio oral y público contra Oscar Alarcón por el delito de enriquecimiento ilícito, comenzaron a declarar los últimos testigos tras haberse realizado en la mañana de este jueves una inspección ocular por los terrenos y propiedades adquiridos por el imputado.
Luego de la recorrida de las partes por Playa Unión y Rawson, en la Oficina Judicial de Rawson comenzó la ronda de declaraciones de testigo ofrecidos por el defensor Fabián Gabalachis.
La primera fue Carmela Mirenda, esposa de Alarcón que dio cuenta de sus movimientos comerciales en los últimos 20 años que, según lo declarado, permitió la compra de esos inmuebles a nombre de Alarcón.
En su declaración Carmela Mirenda dijo que se dedica al rubro de la librería siendo siempre la titular de la habilitación comercial. Respecto de Alarcón dijo que inició la relación amorosa entre los años 2010 y el 2011, luego de la separación con Raúl Celi con quien tuvo dos hijos, en el año 2008.
Dijo que siempre tuvo una “muy buena relación con su ex cuñada Susana Celi”, propietaria del edificio de la calle Gregorio Mayo y de los cuatro terrenos en Playa Unión. «Ella ofreció venderme el edificio, pero no le di importancia. Me insistió por una cuestión de confianza. Ella necesitaba el dinero para sanear algunas cosas. Me ofreció por un dinero que me convenía y lo puse a nombre de mi marido para no pagar más impuestos. Ahora me arrepiento por los problemas que nos ha traído. Lo hice sin consultar a mis contadores y abogados, pero ahora él (por Alarcón) está metido en este problema», expresó.
Los fiscales apuntaron al estado patrimonial, los movimientos comerciales y los ahorros de Mirenda teniendo en cuenta su patrimonio, balances y las relaciones familiares y comerciales con su ex esposo, Raúl Celi, con el que tuvo dos hijos.
LA HIJA DE LA VENDEDORA
En la continuidad de la ronda de testigos, también declaró Bárbara Tocho, hija de Susana Celi, la vendedora de los terrenos en Playa Unión y el edificio de la calle Gregorio Mayo de Rawson. Dijo que por mandato de su madre fue ella la que vendió esas propiedades a Alarcón en una escribanía de Esquel. Ratificó los dichos de Carmela Mirenda aunque, ante preguntas de los fiscales, fue puesta en duda su credibilidad al punto tal que merecieron varias objeciones del defensor Gabalachis.
EL EX MARIDO Y HERMANO DE LA VENDEDORA
Raúl Celi fue testigo de los fiscales y declaró en función de conocer los movimientos comerciales y de capital de Carmela Mirenda, cuando juntos explotaban una librería hasta que se separaron en el año 2008 y realizaron de común acuerdo la división de bienes, aunque la relación comercial continuó hasta el año 2010.
Se refirió a los ahorros en dólares mediante depósitos en plazo fijo en el Banco Nación, sus renovaciones y el crecimiento patrimonial del matrimonio. Destacó que la relación con su hermana «era muy buena. Yo la quería un montón». Agregó que «cuando me enteré al precio que lo vendió (a Alarcón) me quería agarrar la cabeza. Yo no sé si el señor Alarcón es un palo blanco de mi sobrina», expresó, para agregar que el poder que firmó su hermana en beneficio de Bárbara Tocho fue cuando ya debido a que un tumor cerebral «la hacía perder el conocimiento y ya no reconocía a nadie», dijo Celi sin dar mayores precisiones respecto de las fechas.
El debate continuará el próximo lunes con las declaraciones de ex funcionario de la sucursal Rawson del Banco Nación.