Cuando han pasado tres meses ya del trágico siniestro donde 22 personas perdieron la vida, cuando un avión de la empresa Sol se precipitó a tierra en la meseta rionegrina, Mariela Bolatti, hermana de Adriano, el piloto de la máquina que falleció en la tragedia, escribió una sentida carta recordando al profesional, al amigo, al padre y al hermano que convivían en aquel tipo joven, alegre y angelado que voló por última vez, con alas prestadas, el 18 de marzo último.
“Quiero publicar en una carta lo que siento, lo que aún no puedo resolver, lo que me duele en el corazón, lo que me hace llorar todos los días; pensar que Adriano no está más…”. Mariela Bolatti, le refirió a la Agencia OPI Santa Cruz que sentía la enorme necesidad de expresar lo que a tres meses de la tragedia, siente, ante la falta de su hermano, un hombre joven, alegre, vital y lleno de proyectos, que quedaron esparcidos en medio de la fría meseta patagónica, la triste noche del 18 de mayo de 2011, donde, junto con 21 personas más murieron por causas que aún hoy, no han sido debidamente aclaradas.
Tres meses sin “el tano” Adriano
A tres meses de su partida, quiero recordarlo de esta manera, con amor, con alegría y con esa energía que él tenia.
Hace muy poco me dijeron que los hermanos son los primeros amigos en la vida de una persona, y noté que es cierto; él fue mi primer confidente, el que recreaba con ilusiones, todos mis juegos, el que estaba a mi lado cada noche, el que soñaba desde pequeño con ser piloto y lo compartía conmigo… él era sin dudas, mi otra mitad (mi mejor mitad).
Adriano y su vida
Él era pasional en todo lo que hacia! Disfrutaba de la vida de una manera hermosa, era admirable, todo era un motivo para festejar, para celebrar! Era divertido y sumamente cariñoso, sufría cuando veía a alguien mal y hacia lo imposible para que las personas se lleven bien. Adriano era así, amaba la vida y la disfrutaba con alegría, a cada instante un recuerdo, en cada lugar dejó grabadas sus huellas.
A mis padres se les fue la vida, sus ojos demuestran una tristeza profunda, ya no tienen brillo, pero tienen una gran fuerza de voluntad impulsada por sus tres nietos, Juan Cruz, Máximo y Emma y sus amigos que los acompañan cada día en este gran dolor.
Sus hijos Juan Cruz (9) y Máximo (4) eran sus amores, ellos están muy tristes por no ver mas “al papi” como lo llamaban… ellos son su imagen, tienen sus gestos, su mirada, en ellos vive Adriano, sin dudas.
Adriano y su profesión
El amaba volar, desde pequeño se preparó para esta profesión, siempre quiso ser piloto, alcanzar el cielo… Me llevaba cuatro años y desde que nací no recuerdo otra cosa que los aviones que dibujaba, las idas a Aeroparque para ver despegues y aterrizajes y soñar que tal vez algún día estaría ahí…
Egresó de la Base Aérea del Palomar y comenzó sus primeras horas de vuelo en San Miguel del Monte, luego siguió su instrucción en diferentes lugares. Mientras trabajaba de mecánico de aviones.
LAPA fue una de las empresas que lo albergó con este trabajo, mas adelante Amercian Jet, pero jamás dejó de lado la idea de ser piloto, siempre se preparó para esa pasión.
El era profesional y realmente sabía lo que hacia, el no se subía a un avión si no estaba todo en orden, no arriesgaba su vida ni la del resto solo por volar, entendía lo que estaba haciendo. Transmitía tranquilidad.
En noviembre de 2010, lo llamaron de la empresa SOL, rindió los exámenes correspondientes y aprobó. ¡Estaba feliz! Aprovechaba cada vuelo que hacia a Buenos Aires para poder ver a sus hijos, pues no tenia muchos días libres.
Recuerdo una linda anécdota, sucedída en Abril; vino a Buenos Aires, visitó a sus hijos en la casa de mis padres y se fue a volar. Mas tarde, mamá pensó en llamarlo porque estaba pasando cerca de Aeroparque con los chicos, y Adriano les contó que se encontraba presto a despegar; mis padres se acercaron a la cabecera de la pista y vieron a Adriano desde el otro lado de la reja; él se emocionó mucho, llamó a mi mamá por teléfono y le dijo: “pensar que tantas veces ustedes me trajeron a Aeroparque a ver los aviones y ahora mis padres y mis hijos están del otro lado de la reja, pero esta vez soy yo el piloto”. Cruzaron las miradas, lágrimas por medio y con mucha alegría, Adriano salio a surcar los aires.
El 18 de mayo de 2011, fue su último vuelo, pero no dudo que se subió tan feliz como siempre y que ahora sigue volando con sus propias alas.
Los amigos
Es increíble la cantidad de amigos y de personas que lo quieren bien y cada una cuenta un relato especial sobre él. Todos los adoran y lo recuerdan cada día. Hay un relato especial que me conmovió mucho y es sobre ese día en particular.
Relató Emanuela (amiga de Adriano). Mi primer día de trabajo (18 de mayo de 2011) me recibió Adriano con un gran abrazo y alegría, y entre felicitaciones de uno para con el otro, luego de realizar el briefing, concordar combustible y chequear meteorología… “el tanito” se fue para Córdoba regalándonos esa sonrisa que no la voy a olvidar Jamás.. Ya se había retirado, cuando volvió caminando hacia atrás sobre sus pasos y se asomó por la puerta de la ofi otra vez, como buscando algo; lo miramos y entonces sonrió con un gesto de paz y alegría y así se fué.. aunque no por mucho, ya que a los pocos minutos, y luego de cerrar puertas y despegar, él, desde el LV-CEJ nos llamó a Operaciones, vía radio, para pasarnos el horario de despegue (es una comunicación de rutina), luego de confirmarle lo que nos había informado, nos despedimos con un : “que tengan un lindo vuelo tanito” y el nos respondió con dos o tres segundos de música que puso desde su celular.
Para un piloto, el cielo es su hogar.. y sé que ÉL está bien.. cuidando a todos sus seres queridos, volando libremente..
El accidente
A tres meses del trágico accidente del vuelo 5428 las dudas son muchas aún. Nuestras vidas están llenas de interrogantes. De preguntas sin respuestas. La perdida de un ser querido trae por resultado un gran vacío en todas las familias.
Quiero recordar a las 22 personas que iban en ese vuelo; 22 historias de vida que merecen ser contadas, y familias con sueños perdidos, con vidas truncas.
He tomado contacto con la mayoría de las familias, cada una con su dolor, pero unidos por la justicia y la verdad. Yo quiero darles hoy un gran abrazo a todos los que sufrimos por lo mismo los que pasamos día a día con una angustia que parece no acabar jamás. Aprendiendo a dar nuevos pasos con un piso muy dudoso, no es fácil.
En tres meses pude ver la cara del dolor profundo, la angustia del dolor del alma, el llanto de niños que jamás volverán a ver a sus padres…. sus padres a sus hijos, sus hermanos y amigos….
Claro que no es fácil, pero tampoco muchas personas que están en esto nos ayudan.
Fueron tres meses de especulaciones, de pruebas verdaderas y otras falsas, de personas que se acercan solo porque les interesa el caso o la prensa amarillista, de caras que provocan bronca… de noches sin dormir, de angustias diarias, de tantas cosas que todos vivimos, la vida parece desmoronarse.
Sabemos que hay tiempos que esperar, pero no podemos sostener mentiras ni gente que debería hacerse responsable y no lo hace.
La verdad saldrá a la luz, por el descanso eterno de nuestros seres queridos, por el homenaje hacia ellos, unidos lograremos la verdad, somos una unión de personas que sufrimos por la misma causa, tenemos poder porque estamos unidos y porque solo nos importa la verdad.
Hoy, quiero solamente recordar los nombres de todos, yo los recuerdo cada día, y los tengo presentes, olvidar es morir en vida, yo decido vivir y llevar estos nombres en alto, así que por ellos me levanto cada día:
Emanuel Olivera, Juan Manuela Ruiz, Dario Runjevac, Guillermo Castro, Diego Córdoba, Eduardo Musacchio, Luis Vargas, Andrés Cerioni, Fernando Pulozzi, Jorge Yacones, Marcelo Frías, Carina Mansilla y Santiago Benjamín, Antonio Lopez, Hugo Di Filipo, Gustavo Basaldúa, Ruben De Maria, Juan Raffo, Jésica Fontan, Sara Noemi Tula, Leandro Marcelo Frias y Adriano Bolatti.
Mariela Bolatti