La actividad económica cayó 4,9% en el segundo trimestre del año en relación con igual período del año anterior, tras cerrar el segundo trimestre con una contracción del 2,8% respecto del trimestre previo. Eso se debió principalmente al impacto que la sequía extrema tuvo no sólo en el sector externo (bajaron 10,9% las exportaciones), sino también por el efecto multiplicador que deviene de su traslado a puertos y de la inyección de recursos que genera publicó La Nación.
A la contracción general registrada entre abril y junio, contribuyó especialmente el descenso del 1,3% que mostró el consumo privado, que venía de crecer 2,1% en el trimestre previo. Eso había justificado buena parte de crecimiento del 0,7% y 1,3% que la economía había registrado en ese período en relación con el trimestre final del 2022 e igual lapso del año anterior, respectivamente.
Las cifras publicadas recientemente por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) no sorprenden toda vez que sus propios relevamientos preliminares (básicamente el Estimador Mensual de Actividad Económica -EMAE-) ya había registrado caídas interanuales en los tres meses ahora involucrados en esta medición. De hecho, había reportado mermas del 4,4% en abril, del 5,5% en mayo y de 4,4% en junio.
“El dato final fue un poco peor de lo que surgía de los estudios previos (-4.78% EMAE vs -4.88% que salió hoy). Pero el desempeño de los sectores estuvo en línea con lo que ya se sabía”, evaluó a poco de conocidos los datos el economista Andrés Borenstein (Econviews).
“Sin duda la economía acusó el impacto de la sequía , pero también de la aceleración de la inflación a niveles más altos”, evaluó su colega Ramiro Castiñeira, en obvia alusión a la retracción del consumo privado. El director de la consultora Economética recuerda que este freno llega cuando la economía, bien medida, acumula ya 12 años sin crecer. “Es el mayor periodo sin crecimiento en 200 años. Y peor a la década perdida de la década de los 80 porque Argentina dejó de crecer en el mejor contexto internacional con precios de los commodities volando y tasas en mínimos históricos. Perdió una oportunidad histórica, con salarios en el piso y récord de pobreza”, remarcó.
“La actividad muestra signos de agotamiento cada vez más claros: en julio se contrajeron la industria y la construcción, adelantando lo que probablemente haya sido la quinta caída mensual consecutiva a nivel general. A su vez, difícilmente agosto muestre buenos números: a una ya de por sí delicada situación se le sumó la exacerbación de la volatilidad pre y posPASO, que incluyó devaluación, corrida cambiaria, endurecimiento del cepo, e inflación de dos dígitos. En este contexto se enmarca el Plan Platita que busca sostener a una economía que tambalea”, habían observado desde la consultora Invecq.
El informe oficial detalla que, entre los factores vinculados a la demanda, tuvieron un incremento trimestral -en términos desestacionalizados- sólo el consumo público (0,4%) y la formación bruta de capital fijo (3,8%).
Y confirma que el principal golpe lo sufrió la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, cuyo valor agregado descendió 40,2% en el segundo trimestre con respecto a igual período del año anterior, seguido por descensos del 30,5% i.a. en pesca, del 6,3% en electricidad, gas y agua, del 3,7% en transporte y comunicaciones; del 3% en intermediación financiera (por el desplome del crédito) y del 1% en el caso de la industria manufacturera.
El estudio también dejó a la vista que el parate en la actividad se va generalizando: mientras que en los primeros tres meses del año sólo tres sectores cayeron (agricultura, intermediación financiera e impuestos) y 14 crecieron, en el último ya fueron siete los que cerraron en rojo, algo que se estima vinculado con los problemas para importar que enfrentan muchos rubros.
Además, de los 10 que mantienen números positivos, solo son significativas las de la actividad hotelera (+6,4%) y las de minas y canteras (+6,3%), en tanto que para el resto de los sectores son mejoras de monto menor.
Desde Balanz apuntaron que el nivel de contracción registrado en el segundo trimestre fue mayor al 2,5% que esperaba el mercado según el último REM.
“La inversión, componente esencial para mantener la capacidad productiva, marcó una caída del 1,1% respecto a un año atrás, una contracción que no fue mayor producto del crecimiento en equipo de transporte (+18% a/a). Pero en paralelo, maquinaria y equipo, tanto nacional como importado, reflejaron una caída promedio del 7% anual”, observaron desde LGC consultora que prevé que “en lo que resta del año la caída del PBI irá agudizándose”, hasta generar una merma en torno al 3,4% del PBI en el año, según proyectan.