El Banco Central del país vecino tiene la inflación en la mira: proyecta suba de precios del 5,7% anual, por encima de su meta del 4,5 por ciento. Para la presidente Dilma Rousseff, no se debe combatir la inflación con políticas que «reduzcan el crecimiento».
El Banco Central de Brasil estimó el jueves que el país crecerá 3,1% en 2013, tras un magro 0,9% en 2012. Sin embargo, la entidad anticipa que la inflación seguirá todavía elevada en un 5,7 por ciento. «El crecimiento proyectado del PIB en 2013 es de 3,1%, por tanto, por encima del crecimiento de 0,9% observado en 2012», señaló el Banco Central en su informe trimestral de proyecciones para la economía, que por primera vez contempla una previsión para este año.
En cuanto al aumento de precios, expresó que «proyecta una inflación de 5,7% en 2013 y de 5,3% en 2014» en su principal escenario, por encima del centro de la meta oficial de 4,5%, aunque dentro del máximo margen de tolerancia, de 6,5 por ciento. En el informe anterior estimaba una inflación todavía por debajo de 5% para este año (4,8%) y el próximo (4,9%).
Una de las últimas declaraciones de la presidente Dilma Rousseff generó controversia. «No estoy de acuerdo con políticas de combate a la inflación que contemplen la reducción del crecimiento económico«, indicó. Rousseff dijo después que la información fue «manipulada» y aseguró que está empeñada en combatir la inflación.
El Banco Central subrayó también su compromiso con el control de los precios al consumo en el informe divulgado el jueves, en el que advierte que «tasas de inflación elevadas reducen el potencial de crecimiento de la economía y también la generación de empleos y renta». La inflación brasileña alcanzó 6,3% en 12 meses en febrero pasado. En 2012 Brasil cerró con inflación de 5,84% y un año antes, de 6,5%.
En el ámbito del crecimiento, el informe del Banco Central destaca que el ritmo de la actividad económica «ganó impulso en el cuarto trimestre de 2012» y también prevé que la demanda del consumo se mantendrá fuerte «en este y los próximos semestres, cuando sufrirá el impacto de los efectos» de los incentivos fiscales, al consumo y a la producción, y reducción de tasas de interés, aplicados por el gobierno desde hace más de un año.