La mejora intermensual, en tanto, fue de sólo el 0,2%, lo que sugiere que no se trata de un fuerte rebote sino de un mero efecto estadístico al comparar con el muy mal mayo de 2018.
Tras meses de fallidos pronósticos oficiales que auguraban el fin de la recesión, la economía argentina rompió una racha de un año entero de caídas consecutivas y mostró un crecimiento del 2,6% en mayo.
Se trata del primer dato económico positivo de envergadura del año que llega justo en la víspera de las elecciones primarias del próximo 11 de agosto, por lo que fue celebrado con gran entusiasmo en la Casa Rosada.
Sin embargo, la comparación intermensual desestacionalizada muestra un leve repunte del 0,2% en relación a abril. Esto sugiere que la economía se mantiene estancada y solamente arroja números positivos por un simple efecto estadístico al comparar con un muy mal mayo del 2018, período en el cual la caída alcanzó el 4,8%.
Para los próximos meses, es probable que se repita el mismo fenómeno de mantenerse estable el PBI, ya que entrará a compararse con los peores meses de la crisis que comenzó el año pasado post devaluación.
No obstante, considerando los lapidarios indicadores del último año, no es un hecho menor que la economía parezca haber encontrado piso, escenario que puede cambiar radicalmente si el dólar sigue subiendo al compás de la incertidumbre electoral.