Así lo «explican» los economistas nacionales. Desde el Gobierno, el ministro de Producción Dante Sica dijo que algunos sectores ya muestran una recuperación.
«La cifra de 10,1% de desocupación es una ‘buena noticia’. Podría ser mucho peor en este contexto de crisis, pero el mercado ajustó claramente por salarios y no lo ha hecho por cantidades. Es decir, las empresas han tratado de evitar una cesantía de su fuerza de trabajo ocupada», remarcó el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia.
De hecho, si se analizan los números informados por el Indec el miércoles tarde, puede corroborarse que no se percibe destrucción neta de empleo entre el primer trimestre del año pasado y el mismo período de 2019. La tasa de empleo –población ocupada sobre la población total– prácticamente se mantuvo (cayó apenas una décima, del 42,4% al 42,3%).
Según explicó el economista de Ecoledesma, Gabriel Caamaño, «se observa un deterioro de los indicadores laborales, incluido el alza del desempleo», pero «no hay aún destrucción neta de empleo». No obstante, indicó que sí se percibe «una demanda que no satisface el ritmo de crecimiento de la oferta laboral». Lo mismo destacaron Nadin Argañaraz y Bruno Paniguel, del IARAF, quienes plantearon que «lo que se observa en un contexto de baja de ingresos es el aumento de la población económicamente activa (PEA), lo que explica el aumento de la desocupación, ya que no pudieron crearse los nuevos puestos de trabajos demandados».
Respecto del alza de la tasa de actividad, que trepó del 46,7% al 47% en un año, puede deberse a tres factores clave, según Caamaño: la destrucción de ingresos reales, el crecimiento de la subocupación y el mayor ritmo de crecimiento relativo del desempleo entre los jefes de hogar, que mueven a otros miembros del grupo familiar a buscar trabajo.
¿Por qué el empleo aún resiste? Según el economista, son clave la subocupación, la informalidad y el cuentapropismo, que «pueden estar jugando en el corto-mediano plazo de variables de ajuste». De acuerdo con los números del Indec, el porcentaje de trabajadores por cuenta propia subieron del 8,7% al 9% en un año, mientras que los asalariados sin descuentos (informales) crecieron del 10,8% al 11% en el primer trimestre.
Para el titular del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas y dirigente de Unidad Popular, Claudio Lozano, la cifra del 10,1% de desocupación «no evidencia la debilidad del mercado laboral». «Es un indicador incompleto, por eso sumo la desocupación encubierta, que son todos aquellos que estando ocupados en algo menor que no les resuelve sus condiciones de vida, tienen que seguir buscando trabajo. La verdadera realidad del desempleo de la Argentina es el 27,6%, no el 10,1%. y eso es un desastre», manifestó el dirigente, quien agregó: «Hay un ajuste por caída del poder adquisitivo, pero también por debilitamiento general de estructura laboral, en donde se ve una estrategia de supervivencia que se expresa en un aumento sistemático del cuentapropismo».
Según precisó Salvia, la heterogeneidad del mercado de trabajo se agrava en contextos de crisis y los que más protegen sus empleos son los que tienen trabajos formales. «Quienes ven reducido sus salarios y precarizadas sus condiciones son los que ya están en una situación precaria, por lo que empiezan a caer en el subempleo y a tener salarios más bajos. Y este subempleo indigente (changas) también se ve agravado por el empobrecimiento de los sectores medios que demandan estos trabajos», explicó el director del Observatorio Social de la UCA.
Optimismo oficial
El ministro de Producción, Dante Sica, destacó que se está «viendo el impacto de la crisis del año pasado y que preocupa que 1,8 millón de argentinos buscan empleo y no lo encuentran». «Todos tienen que tener acceso a oportunidades», remarcó el ministro, quien aprovechó para aclarar que desde el Gobierno ya comenzaron a percibir una recuperación de la actividad en varios sectores, lo que «va a revertir la curva».
Para Sica, el «verdadero desafío es estructural»: «Incorporar al mercado formal al 35% de los trabajadores y crear las condiciones para que las pymes generen empleo de calidad», detalló. El titular de la cartera productiva sostuvo que para lograr ese objetivo hay que terminar con las crisis y, en ese sentido, el equilibrio fiscal es el verdadero camino. «Luego necesitamos la ley de blanqueo laboral para reconocer derechos de los 4,5 millones de trabajadores informales. Y, en tercer lugar, seguir impulsando el cambio productivo que nos de competitividad y cree oportunidades», aseguró.
Al respecto, el equipo técnico de la diputada K y economista Fernanda Vallejos destacó que la clave para revertir el ciclo recesivo «es el trabajo y la recuperación de los salarios reales y de la capacidad de consumo de los argentinos». «Es la condición fundamental para volver a crecer, para volver a producir, para volver a invertir, para volver a colocar a la Argentina en el camino del desarrollo», remarcaron.