Los encuestadores ahora dicen que Mauricio Macri gana el ballotage con 55% de los votos. Los inversores recuperaron el tiempo perdido trayendo dólares del exterior, apostando a las acciones y bonos en pesos y redoblando sus apuestas al mercado de dólar futuro.
Las cifras hablan. El dólar libre perdió 1,40% de su valor sin que el Banco Central tenga que intervenir defendiéndolo.
El Discount en pesos que indexa por el costo de vida, aumentó 16,4% porque se apuesta a un sinceramiento de la inflación en los indicadores oficiales.
El Cupón PBI en pesos, que paga renta si la economía crece más de 3,2% en el año y en el mejor de los casos puede pagar renta a fines de 2017, aumentó 19 por ciento. Los inversores creen que apenas la Argentina amague crecer va a subir su valor y toman posiciones anticipadamente.
Las acciones fueron las más beneficiadas con el cambio de expectativas. Pampa Energía, la controlante de Edenor, que técnicamente está quebrada, aumentó en la última semana casi 24 por ciento. Entre los bancos, Macro subió en los cinco días post elecciones, 30 por ciento. El índice Merval de las acciones líderes aumentó 19,20% en ese lapso.
Ante esta situación se dio la paradoja que el Banco Central viendo que el dólar libre no les va a crear problemas porque hay confianza en el Gobierno que viene, decidieron endurecer las operaciones de mercado futuro que fue uno de los diques de contención de la suba de la moneda de Estados Unidos.
Para atenuar la debacle que han dejado las apuestas del dólar a fin de marzo a $10,60 mientras en el exterior a ese plazo se pagaba $15 y permitía asegurar fortunas a los jugadores, cambiaron las reglas de juego.
Hasta la semana pasada, las operaciones a futuro se podían garantizar con títulos de la deuda y otros activos. Debían cubrir 10% a 12% de la operación. Estaban haciendo un gran negocio de una renta casi segura sin mover un solo peso en efectivo.
Ahora, las nuevas operaciones deberán ser garantizadas con un depósito en pesos equivalente a 20% de lo que se juega. Esto no va a variar el negocio, aunque le va a quitar rentabilidad. De todas maneras, el gran mal ya está hecho porque es una certeza de que el próximo Gobierno va a llevar el tipo de cambio a un nivel bastante más elevado que el actual, lo que significará pérdidas cercanas a $80 mil millones que se deberán cubrir con una emisión que puede obligar a una devaluación mayor a la pensada para que la relación reservas – pesos no sea desequilibrada.
El dato a favor, es que las subas del mercado se produjeron con dinero que llegó del exterior porque se dio vuelta el circuito de operaciones de «contado con liquidación». Así la Bolsa que negociaba alrededor de $180 millones diarios llegó a negociar casi 600 millones. En los mercados de bonos los negocios también se triplicaron.
Esta semana se espera que continúe el «efecto Macri» en la plaza financiera, más allá de alguna toma de ganancias. El discurso de la Presidente del miércoles y las promesas desesperadas de Daniel Scioli, no muestran un ánimo de victoria y eso refuerza las esperanzas de los jugadores. Hay modelos que ahuyentan al dinero. Scioli está tratando de demostrar que es alguien confiable para invertir aunque el discurso oficial provoque el efecto contrario, informó Infobae.
A lo que nadie va a renunciar en octubre es a la compra de dólar ahorro que está batiendo todos los récords de venta. Bienvenido cualquier subsidio.
