La cuota inicial de un préstamo UVA aumentó 147 por ciento entre mayo de 2016 y el mismo mes de este año. Así lo estimó el centro de estudios CEPA. Los créditos hipotecarios ajustados por inflación se lanzaron hace tres años como una oportunidad para los argentinos de adquirir una vivienda propia. Pero las tensiones de precios de los últimos años transformaron la oportunidad en un problema para aquellos que realizaron los trámites para obtener uno de estos créditos. El individuo que pagaba 6153 pesos por mes de cuota en mayo 2016 ahora desembolsa 15.212 pesos. La suba de los salarios no alcanzó ni de cerca a compensar el incremento de las cuotas.
El último año se produjo la mayor parte del incremento en las cuotas debido a la fuerte distorsión financiera. La devaluación provocó una acelerada suba de los precios. El documento del Centro de Economía Política de la Argentina (CEPA) registró que la cuota de un crédito UVA marcó un aumento del 55 por ciento. El promedio de las paritarias cerró debajo del 40 por ciento. “Si miramos solo los meses de octubre de 2018 hasta mayo de este año, la cuota se incrementó en unos 4183 pesos. Se trata de 38 por ciento en sólo 8 meses que reflejaron la aceleración del proceso inflacionario”, detalló el estudio.
La cuota del préstamo hipotecario UVA en 37 meses (siendo el préstamo a 240 meses) pasó de representar el 48 por ciento de la cuota de la versión tradicional (sin ajuste por inflación) a representar un 119 por ciento. “Las supuestas ventajas de los préstamos hipotecarios UVA no resultaron”. En enero de este año, en la cuota 33, ya superaba la cuota que ese mismo capital tenía en la modalidad en pesos a tasa fija de la línea “Nación Tu Casa”, precisó el CEPA. El efecto de la inflación para los individuos que solicitaron estás líneas de crédito indexadas fue muy fuerte y los dejó en desventaja respecto de los que tomaron un crédito sin indexar.
“Los préstamos hipotecarios UVA, tal como fueron concebidos por el Gobierno, fracasaron como alternativa para el acceso a la vivienda. Ese fracaso deja al desnudo además la ausencia de una política habitacional”, indicó el informe. “Para aquellos que lograron acceder a la línea de financiación, el problema radica en la ausencia de cláusulas que limiten el ajuste por inflación cuando los ingresos evolucionan por debajo, como viene ocurriendo desde el segundo trimestre del año pasado. Las supuestas ventajas para los tomadores resultaron no ser tales: no hubo un proceso de desinflación como fuera prometido”.
Los créditos hipotecarios UVA dejaron de demandarse el último año por el avance de los precios. Pero no fue la única línea de financiamiento que registra caídas en términos reales. En el último año los créditos al sector privado acumularon bajas en términos reales del 27,7 por ciento en marzo respecto de igual mes del año pasado. Así lo precisó ayer el Banco Central en su informe sobre la evolución de entidades financieras. Esto ofrece nuevas pistas para entender la magnitud de la crisis.
La elevada tasa de interés hace prohibitivo el acceso al financiamiento para el consumo y la inversión productiva. La inflación y la caída del poder de compra desincentiva la solicitud de nuevos créditos para la compra de bienes durables e inmuebles. En el informe se precisó también que los depósitos en pesos del sector privado anotaron una caída interanual del 4,5 por ciento. Los depósitos que si marcaron una fuerte expansión fueron los de moneda extranjera, con un avance del 14,5 por ciento interanual. Esto evidencia otra de las distorsiones de la macroeconomía local que es la fuerte dolarización de los activos –según publica Página 12-.