La falta de financiamiento ahoga a algunas firmas. Otras optaron por retirar equipos del país y avanzan en el achique de sus plantillas de empleados.
En la zona hay unos 2.000 trabajadores suspendidos y firmas que avanzan con despidos y retiros.
La inestabilidad macroeconómica del país tiene también sus coletazos en la industria petrolera en especial en lo que hace al acceso al financiamiento para las empresas de servicios especiales que forman parte de su entramado.
La disparada del Riesgo País tiene en jaque a algunas empresas de servicios, y según se supo una de ellas no estaría pudiendo cumplir con el pedido de importación de una nueva torre de perforación que aguarda una operadora para principios del año entrante.
Pero esa no es la única situación compleja entre las empresas de servicios de Vaca Muerta, dado que a la fecha son 13 las torres que fueron dadas de baja en Neuquén, lo cual representa que si no logran ser reincorporadas el año que viene serán cerca de 150 los pozos que no se podrán sumar.
Con una caída de ese tamaño, Vaca Muerta quedará lejos de la meta que se fijó el gobierno neuquino para su desarrollo y que buscaba sumar más de 350 pozos por año.
El año pasado fueron 348 los pozos que se perforaron tanto a Vaca Muerta como hacia recursos de tight gas, pero según los registro de septiembre de este año, faltando tres meses para finalizar el ciclo, sólo se habían sumado 249 pozos.
La menor disponibilidad de sets de fractura, a raíz de la salida del país de varios de estos equipos, puede llegar a ser una complicación para las firmas que deseen completar los pozos que tienen perforados pero sin completar y que llegan a casi un centenar en la formación no convencional.
Tanto las torres como los sets de fractura suelen tener contratos de corto plazo dado que las operadoras buscan de esta forma potenciar la competencia para reducir los costos.
Sin embargo, esta situación de contratos cortos es la que ahora mantiene en vilo la continuidad no sólo del trabajo para estas empresas y sus empleados, sino también sobre su permanencia en el país, dado que buena parte corresponden a firmas extranjeras que en algunos casos ya optaron por redestinar a otros países sus recursos.
En lo que hace al empleo, la mayoría de los 2.000 trabajadores que se encuentran suspendidos en Neuquén son parte de las empresas del segmento de los servicios.
Las firmas más grandes, las internacionales, son las que lideran en la toma de medidas más profundas como es el caso de los retiros voluntarios que estaría ofreciendo Schlumberger, o bien con los acuerdos de desvinculación que otra de las firmas lleva adelante y que más allá de no ser encuadrados como despidos, en la práctica implican menos empleados en sus planillas y en la industria en general.