La actividad de la construcción cayó 15,9%, aunque se mantiene aún positivo con un 2,7% de crecimiento interanual.
Según el Indec, la construcción, descendió un 15,9%, la mayor caída en casi dos años. Incluso con eso, el acumulado anual para la serie original del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) se mantiene en terreno positivo, por 2,7 por ciento.
Ambas cifras destacan a sectores particularmente afectados no solo por el ciclo recesivo que experimenta la economía desde mediados de 2018, pero también están específicamente afectados por un alto piso de comparación. A fines de 2017, la industria manufacturera mostraba ciertas señales de recuperación y el sector de la construcción se encontraba en un excelente año en materia inmobiliaria.
En particular, los sectores de producción textil y de la industria metalmecánica encabezaron las bajas tanto por el estancamiento en el ciclo de consumo minorista que se vivía en el primer tramo del año, que luego evolucionó a una fuerte caída, como por el aumento de costos de insumos importados para la producción en el segmento industrial. En noviembre, la tendencia se agudizó, con el bloque de industria textil cayendo un 32,2% respecto de noviembre pasado y la industria metalmecánica (excluyendo el bloque de las automotrices) retrocediendo un 26,2% interanualmente.
En el rubro textil, señala el informe del Indec, “la contracción en el consumo interno de prendas de vestir y otras confecciones ha originado una menor demanda hacia distintos rubros”, mientras que el golpe en metalmecánica se debió a un “menor nivel de demanda interna por parte de las actividades agrícolas, la construcción y los sectores de consumo durable (en particular la línea blanca)”.
En el caso de la industria automotriz puntualmente, la caída durante noviembre fue de 14,8% respecto del año pasado.
El golpe de crisis cambiaria y ciclo recesivo en la industria es evidente cuando se observan los datos más recientes de agregados macroeconómicos del Indec, donde se mide el PBI. Según el organismo estadístico, la industria manufacturera estuvo entre los dos sectores que más cayeron en los primeros tres trimestres del año pasado, con un recorte del 6,6% interanual. El otro fue el consumo minorista, que se desplomó un 8,9% respecto del mismo período del año pasado.
Para la construcción, el golpe fue aún mayor. La caída cercana al 16% fue la más alta desde octubre de 2016. El ajuste en materia de obra pública, combinado con una menor demanda de construcción privada por el crédito hipotecario (que a fines de 2017 vivía su mejor momento), se terminaron de evidenciar. Con todo, la serie acumulada aún refleja rezagos a favor, con un índice 2,7% mayor que el período enero-noviembre de 2017.
La caída en la cantidad de despachos se reflejó con el desplome en insumos de construcción, en especial en el caso del asfalto, que cayó un 55,7% en noviembre respecto del mismo mes de 2017.
La expectativa, tanto para el sector industrial como para el de la construcción, es que los efectos estacionales (la actividad privada en ambos históricamente entra en un freno en los meses de verano) no lleven a datos positivos. Aunque caídas de la magnitud que informó el Indec hoy no son esperables precisamente por el bajo nivel de comparación que se toma.