Nueve de cada diez personas consultadas muestran preocupación por la inflación, las tarifas, el desempleo e incluso una híper.
Según publica el diario Página 12, la disparada del dólar, los insólitos costos de los servicios y la aceleración de la inflación sumergen al gobierno de Mauricio Macri en uno de sus peores momentos en la opinión pública. El nivel de confianza en el gobierno cayó, por primera vez, por debajo del 30 por ciento de los consultados. Casi siete de cada diez personas piensa que el rumbo de la economía es equivocado y sólo la franja acérrima adherente al macrismo opina todavía que la culpa es del kirchnerismo. Seis de cada diez ciudadanos afirman que la responsabilidad de lo que pasa es del gobierno nacional.
Con ese trasfondo, son muy pocos los que tienen expectativas en que las cosas mejoren y hay una sólida mayoría que opina que la solución a lo que pasa requiere de cambiar el rumbo, no solo achicar el gabinete. La causa por las fotocopias de los cuadernos golpea a buena parte de la clase política y empresaria, pero más a Cristina Fernández de Kirchner, apuntada por la Justicia y los grandes medios. Aun así, el voto opositor le saca una enorme ventaja al voto oficialista, básicamente porque las preocupaciones centrales están en la economía, no en la corrupción.
Las conclusiones surgen del estudio mensual, exclusivo para PáginaI12, que realiza el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total el CEOP entrevistó a 1200 personas de todo el país, respetando la proporción por edad, sexo y nivel económico-social. También respetó la proporción entre grandes ciudades y pequeños conglomerados. Las entrevistas fueron telefónicas y la encuesta se terminó de procesar este viernes.
Es la economía
“Lo que según el presidente Mauricio Macri parecería ser apenas una tormenta de verano –analiza Bacman– se convirtió en una verdadera crisis, con consecuencias económicas, sociales y hasta políticas. Para empezar solo basta mencionar que nueve de cada 10 argentinos están preocupados por alguna cuestión que se relaciona de una u otra manera con la economía. Puede ser la inflación. O la marcha de la economía en su conjunto, donde la gente percibe un gobierno que corre detrás de los problemas buscando paliativos de corto alcance para solucionarlos. O el impagable costo de las tarifas de servicios públicos.Y hasta el fantasma de la desocupación que ha comenzado a agitarse los últimos meses. Desde una perspectiva más de orden cualitativo, estas preocupaciones se convierten en temores. Temor a la hiperinflación, al aumento de la conflictividad social y al desabastecimiento”.