Primero fueron los geles antibacteriales, los desinfectantes y el papel higiénico. Ahora las cortadoras de pelo y el tinte de cabello están volando de los estantes.
En las últimas semanas, los patrones de compra de los estadounidenses están sirviendo como un reflejo de cómo la pandemia de coronavirus continúa evolucionando y afectando la vida cotidiana.
“Definitivamente se puede ver que a medida que la gente se quedó en casa, su enfoque cambió”, afirmó el presidente ejecutivo de Walmart, Doug McMillon, en el Today Show el viernes.
Después de abastecerse de alimentos y productos consumibles, los compradores recurrieron a rompecabezas, juegos y otras formas atemporales de entretenimiento y educación, indicó.
Ahora, las ventas muestran que, sin la posibilidad de aventurarse a una peluquería, la gente se está poniendo… peluda. “Las personas empiezan a necesitar un corte de pelo”, dijo McMillon. “Ves más afeitadoras y color de pelo y cosas por el estilo. Es interesante observar cómo se desarrolla la dinámica”.
Las ventas de cortapelos aumentaron 166% y los productos para colorear el cabello se incrementaron 23% respecto al mismo período del año anterior, según Nielsen.
Los estadounidenses se han convertido en sus propios barberos y estilistas, ya que los salones de belleza en todo el país han cerrado temporalmente para mantener las medidas de distanciamiento social.
Monique Campbell, propietaria de Endless Extensions en Dallas, le dijo al Dallas Morning News que cerrar es financieramente estresante, pero entiende la situación.
“Al pedirle a un estilista que se acerque a ti o que vayas a ellos, sigue siendo un riesgo muy alto”, afirmó, según el informe. “No quiero ponerme en riesgo -de contraer el coronavirus- solo para asegurarme de que el pelo de alguien quede bonito”.