Los proyectos colectivos, motivados por aspiraciones comunes como la equidad y la mejora de las condiciones de vida, han sido motores de cambio social. La historia de la inmigración galesa en Chubut y la creación de la Compañía Mercantil del Chubut (1885-1934) ofrecen una oportunidad única para explorar cómo una visión compartida puede transformarse en una realidad económica tangible.
La colonización galesa en Argentina ha sido objeto de numerosos estudios, tanto por descendientes de los colonos como por investigadores argentinos y extranjeros.
El artículo del historiador John E. Baur, “The Welsh in Patagonia: An Example of Nationalistic Migration”, publicado en 1954 en The Hispanic American Historical Review (vol. 34, n.º 4, pp. 468-492), enriquece estos estudios al aportar una perspectiva precisa sobre las motivaciones nacionalistas que impulsaron esta migración.
Baur resalta el papel de Michael Daniel Jones como líder de un movimiento que buscaba establecer una nueva patria donde los galeses pudieran vivir conforme a sus tradiciones, lejos de la dominación inglesa. Jones ayudó a fundar la Sociedad de Emigración Galesa, que exploró diversas opciones de asentamiento, como California, Columbia Británica, Australia y Tierra Santa, con el objetivo de encontrar un entorno donde los migrantes pudieran preservar sus valores e identidad cultural.
La elección de la Patagonia como destino fue motivada por el deseo de Michael Daniel Jones y sus seguidores de fundar una Nueva Gales en Sudamérica
La elección de la Patagonia como destino fue motivada por el deseo de Jones y sus seguidores de fundar una Nueva Gales en Sudamérica, considerando que la región ofrecía un territorio escasamente poblado y libre de ocupación directa por una nación soberana.
Baur menciona que la Patagonia, considerada una tierra enigmática, fue explorada durante el período colonial español, con varios intentos infructuosos de colonización, culminando en la expedición de Francisco de Viedma a la bahía de San José en 1779. Tras la independencia argentina, la región entró en una nueva fase de exploración. Entre 1833 y 1834, Robert Fitz Roy y Charles Darwin llevaron a cabo una destacada expedición a la zona.
El territorio elegido por los galeses, el actual Chubut, era inhóspito, con un clima árido y un terreno mayoritariamente llano. El río Chubut, su única fuente de agua, a menudo se secaba en su cauce arcilloso antes de llegar a la costa.
En 1853, las gestiones de dos representantes galeses ante el ministro del Interior, Guillermo Rawson, llevaron a un primer acuerdo que fue rechazado por el Senado en agosto de 1863. Sin embargo, la colonia galesa se estableció dos años después en el valle del río Chubut, gracias a la voluntad del Poder Ejecutivo, que halló soluciones legales para concretar el asentamiento.Desde Gran Bretaña, Michael D. Jones describió la Patagonia como un paraíso para los agricultores, prometiendo tierras fértiles, cosechas abundantes y altos salarios (Foto: Museo Histórico Regional de Gaiman, Compañía Mercantil del Chubut, Rawson, ca. 1915.)
Acogiéndose a las disposiciones vigentes, que otorgaban chacras de 50 hectáreas a cada colono, el acuerdo institucionalizó la migración. Desde Gran Bretaña, Michael D. Jones describió la Patagonia como un paraíso para los agricultores, prometiendo tierras fértiles, cosechas abundantes y altos salarios en una región con escasa mano de obra.
El 28 de julio de 1865, un primer grupo de 153 inmigrantes galeses desembarcó en Golfo Nuevo, hoy Puerto Madryn. A pesar de las extremas dificultades iniciales, marcadas por la falta de alimentos y un clima adverso, los colonos perseveraron en su proyecto. El intercambio con los tehuelches y pampas les permitió acceder a recursos clave y garantizar su subsistencia.
En 1873, la colonia realizó su primera exportación de trigo a Buenos Aires, marcando el inicio de un crecimiento sostenido que atrajo nuevos colonos y promovió la expansión agrícola. Este progreso se basó en la construcción de sistemas de riego autogestionados, sin intervención estatal.
En 1873, la colonia realizó su primera exportación de trigo a Buenos Aires, marcando el inicio de un crecimiento sostenido que atrajo nuevos colonos y promovió la expansión agrícola
En 1885, un grupo de agricultores creó la Compañía Mercantil del Chubut, bajo la forma cooperativa, para enfrentar la explotación impuesta por acopiadores y comerciantes. Esta iniciativa es analizada exhaustivamente por Mirta Vuotto en el libro “La huella galesa en el cooperativismo del siglo XIX. La Compañía Mercantil del Chubut” (Editorial Intercoop, 2024). La autora detalla su gestación, auge y declive hasta su disolución en 1934.
A partir de diversas fuentes, Vuotto reconstruye la historia de la compañía, desde su origen como asociación de productores para asegurar la distribución de su producción y el acceso a bienes de consumo, hasta su consolidación como actor clave en la economía regional. La cooperativa comercializó productos como trigo, cebada y heno, además de artículos industriales como máquinas de escribir y automóviles Ford, de los cuales fue concesionaria exclusiva en la Patagonia.
Lecciones para el presente
La experiencia de la Compañía Mercantil del Chubut ofrece enseñanzas valiosas sobre la importancia de la transparencia, la participación de los socios y la adaptación al entorno cambiante. Aunque sus primeros años estuvieron marcados por un éxito notable, factores internos como la baja capitalización, el deterioro de la gestión y la falta de renovación en los cargos directivos erosionaron los valores cooperativos que la habían distinguido.La experiencia de la Compañía Mercantil del Chubut ofrece enseñanzas valiosas sobre la importancia de la transparencia, la participación de los socios y la adaptación al entorno cambiante (Foto: Museo Histórico Regional de Gaiman, Bowman, H.E. Compañía Mercantil del Chubut, Asistentes a una asamblea en Gaiman 1911)
Estos problemas, sumados a un contexto externo adverso -incluida la crisis de 1929/1930 y la inestabilidad en la Patagonia-, precipitaron su declive y disolución en 1934.
A su destacada contribución cultural, se suma su papel fundamental en la consolidación del territorio argentino. Los galeses no solo impidieron los reclamos chilenos sobre Chubut, sino que también sentaron las bases de una próspera economía regional, introduciendo cultivos de trigo de alta calidad y tecnologías innovadoras.
Los galeses no solo impidieron los reclamos chilenos sobre Chubut, sino que también sentaron las bases de una próspera economía regional
A pesar del paso del tiempo, la experiencia de los galeses, con sus logros y dificultades, sigue siendo una fuente de inspiración. El modelo cooperativo, arraigado en su tradición, ha contribuido significativamente a mejorar la calidad de vida en Chubut. Numerosas empresas, surgidas de este espíritu comunitario, continúan siendo un modelo viable para quienes buscan construir sociedades más justas, inclusivas y sostenibles.