La organización de Máximo Kirchner se desplazaba desde la mañana desde la ex ESMA hacia el microcentro, mientras el Presidente encabezaba una ceremonia en el Ministerio de Ciencia. Después se quedará en Olivos, pero sus ministros y las organizaciones sociales participarán de la manifestación tradicional de los organismos de Derechos Humanos frente a la Casa Rosada.
“Claramente es una demostración de fuerza”. Con esa frase, un referente del kirchnerismo que caminaba junto a Máximo Kirchner resumió el espíritu de la masiva marcha de La Cámpora y varios sectores del PJ bonaerense que se desplazaban esta mañana y hacia el mediodía desde la ex ESMA rumbo a la Plaza de Mayo, por la avenida Del Libertador, en homenaje al Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. En el epicentro de la movilización, el hijo de Cristina Kirchner y el resto de la cúpula camporista, con intendentes, senadores y legisladores se desplazaban sonrientes, entre vitoreos de la multitud que los seguía por los flancos.
En paralelo, el presidente Alberto Fernández encabezaba un acto por el mismo motivo, en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, junto a Daniel Filmus. Desde la semana pasada meditaba qué hacer ante la demostración de poder de La Cámpora, en pleno enfrentamiento político con Cristina Kirchner a raíz de las diferencias por el acuerdo con el FMI y las medidas económicas. Finalmente resolvió hacer su propia actividad, con tono institucional, sin liturgia, y sin alusiones a la interna,en contraste con la rimbombante manifestación callejera que sacudió desde temprano la tranquilidad del feriado en los barrios del norte de Buenos Aires.
Cristina Kirchner, por su parte, en lugar de convocar a la marcha tradicional de las organizaciones de DD.HH., en su Twitter llamó a sumarse a las columnas de la organización que comanda su hijo, en una clara señal sobre su posicionamiento en el tensionado Frente de Todos. “En otro aniversario del 24 de marzo, miles de compañeros y compañeras ya marchan desde la Ex Esma a Plaza de Mayo para volver a abrazarse con Madres y Abuelas. Todos y todas por Memoria, Verdad y Justicia”, dijo.
Por la tarde, el primer mandatario tiene planeado regresar a Olivos. Pero todos los ministros y secretarios de su Gabinete y los movimientos sociales afines, principalmente el Movimiento Evita de Emilio Pérsico, decidieron sumarse a la movilización que se hace todos los años en la Plaza de Mayo, organizada por las organizaciones de Derechos Humanos, afines, o no a La Cámpora. Por la mañana había marchado la izquierda, con consignas fuertes contra el FMI.
Alberto Fernandez El presidente encabezó el acto del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia
“Los soldados de Néstor y Cristina”
La concentración de La Cámpora, convocada para las 9 en las redes oficiales de la agrupación, empezó puntual, a la altura de Libertador y Crisólogo Larralde. Durante las siguientes dos horas se fue nutriendo, al punto de ocupar al menos diez cuadras hacia el norte, en dirección a la General Paz, en el límite con Vicente López. Entre los estruendos de petardos, cañitas voladoras, cánticos que rezaban “Somos los soldados de Néstor y Cristina” y golpeteos de bombos, al frente se posicionó, como estaba previsto, la columna de La Cámpora, con sus distintas seccionales, bonaerenses y provinciales: Pilar, Escobar, Tigre, Hurlingham; Chubut, y Mendoza, entre otras, que ocuparon tres cuadras. Detrás se ubicaron las columnas del PJ, la Corriente de la Militancia, Lealtad, entre otras organizaciones afines.
Máximo Kirchner, el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, la titular de PAMI, Luana Volnovich; los senadores Mariano Recalde, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti; el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde; el ministro de Desarrollo Comunitario, Andrés “Cuervo” Larroque eran solo algunos de varios los referentes de mayor peso que marchaban junto a la multitud, aunque separados de las bases por una cadena humana formada por militantes con pecheras de la organización.
Llamativamente, también estaba junto a ellos el gobernador Axel Kicillof, que últimamente estaba mostrándose más cerca de Alberto Fernández y estaba enfrentado desde las eleccionescon Máximo Kirchner. Sonriente, se tomó muchas fotos con los militantes y se abrazó con los dirigentes, inclusive con el jefe de La Cámpora. Empezaron a moverse hacia el sur, en masa, pasadas las 12. Y hacia las 13 ya habían pasado el paso bajo nivel de Belgrano, a la altura de Juramento.
Planean irrumpir en la Plaza de Mayo hacia las 15, hablar con los medios de comunicación, y escuchar, a las 18, el documento que leerán, como cada 24 de marzo, los referentes de derechos humanos desde el escenario montado frente a la Casa Rosada. No está planeado que Kirchner suba y tome el micrófono. Permanecerá junto a los suyos en la calle, lejos de las columnas de las organizaciones vinculadas al ala moderada del Gobierno. Como se preveía, la conmemoración del terrorismo de Estado, en un contexto convulsionado para el oficialismo, muestra una grieta desde el terreno simbólico, en la calle. A pesar del pedido de algunas organizaciones de Derechos Humanos para que no se “politizara” la marcha, desde la mañana ocurre todo lo contrario, y la jornada aparece como la evidencia más cabal de las diferencias de la coalición de gobierno, hasta ahora aparentemente insalvables.