Cambio de reglas. El gobierno nacional trata de negociar con las operadoras modificaciones en el subsidio que disparó la producción de Vaca Muerta.
A fines del 2016, la resolución 46 del Ministerio de Energía de la Nación le dio nueva vida a Vaca Muerta. El mecanismo de subsidios a la producción de gas establecido hasta 2021 reactivó los proyectos shale, terminó disparando la producción y despejó la posibilidad de que una crisis profunda desembocara en más despidos. Motorizó varios proyectos de operadoras de la cuenca neuquina, pero sobre todo uno, que avanzó como una tromba: Fortín de Piedra, el área en manos de Tecpetrol (Grupo Techint), un desarrollo inédito que en cuestión de meses terminó inyectando 18 millones de metros cúbicos diarios de gas (MMm3/día). Sobre todo en la última semana, este escenario comenzó cambiar de forma drástica: el ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, impone un recorte en los fondos que se repartirán para las empresas beneficiadas.
Es un cimbronazo dentro de la industria en la forma de un intempestivo cambio de reglas. La principal beneficiada por los subsidios fue Tecpetrol. Pero para acceder a ese beneficio invirtió, hasta ahora, unos 1600 millones de dólares.
La resolución que Nación se encuentra modificando por estas horas no aplicaba un tope a la producción del gas subsidiado: hubo una proyección inicial oficializada por las compañías, pero la letra del texto establece que todo el gas que produce una empresa que cuenta con la doble autorización (provincial y nacional) para acceder al beneficio recibirá el subsidio. Se trata de un sendero de precios hasta el 2021, que este año implicó un aporte del Estado para cubrir la diferencia entre el valor de mercado y los u$s 7,50 por cada millón de BTU extraído en Vaca Muerta.
La resolución ideada por el ex ministro de Energía Juan José Aranguren, y que fue parte de un paquete que incluyó la adenda al convenio colectivo de trabajo petrolero, entró en tensión este año, cuando el mayor volumen de gas producido implicaba un megamillonario desembolso.
Todo lo contrario al duro ajuste aplicado por el Gobierno luego de recurrir al auxilio del Fondo Monetario Internacional (FMI), que también le exige dejar de subsidiar la energía. En este contexto, el gobierno neuquino autorizó hasta ahora 17 proyectos. Solo seis están en marcha, y los restantes esperan por la resolución de la secretaría que conduce Javier Iguacel. Las operadoras consultadas no ocultan su malestar ante el nuevo cambio de reglas a punto de plasmarse. Hay unos 700 millones de dólares para este subsidio en un fideicomiso establecido por ley para el 2019. El nuevo reparto de este fondo, en el que Tecpetrol muy probablemente reciba menos por su gas, se suma a la refinanciación de la deuda del anterior plan estímulo.
En un contexto en que Nación debería poner alrededor de 1500 millones de dólares en 2019 para cubrir el subsidio, fuentes consultadas consideran que quizás al brazo petrolero del grupo Techint le reconozcan sólo la mitad de su producción, hoy de 18 MMm3/día. Una chance es que perciba subsidio sólo por 8,5 MMm3 y que el resto de los fondos se repartan entre otras compañías, incluso estableciendo un nuevo sendero de precios. A todas luces un marco que desecha el anterior, en tiempo récord. Un tema central es cómo esto podría llegar a impactar en la cuenca neuquina, y la postura que tomará la principal productora de gas que, por caso, provocó el pleno empleo de la construcción (ocupó 4000 operarios).
Algunos sostienen que, en un contexto de afectación del subsidio, se incline por producir menos. Esto, en un escenario en el que otras operadoras podrían cubrir, si reciben la nueva versión de subsidio en elaboración, la cuota que no produciría Tecpetrol si decidiera desacelerar y “guardar” su gas hasta el momento en que lo crea más conveniente para recuperar su megamillonaria inversión en Neuquén. Algo riesgoso para el gobierno provincial, porque impactaría en la recaudación y la actividad económica.