El CEO de la petrolera, en plena pelea con gobernadores, se convirtió en una foto buscada por varios presidenciables y se refugia en la política en su desvelo por sacar la Ley de Hidrocarburos.
Tiene un trato amable, pero si lo confrontan es firme. De eso pueden dar cuenta los gobernadores de las provincias petroleras que están en pie de guerra contra el borrador del proyecto de ley que regula la actividad que promueve el Gobierno e impulsa YPF. Pero también lo saben funcionarios, sindicalistas y trabajadores.
Miguel Galuccio está convencido del objetivo que busca conquistar. «Tengo la piel gruesa y los pantalones largos, si alguien piensa distinto no me da miedo dar el debate.» Ésa es una de las frases que repite el CEO de YPF para explicar su actual posición en la negociación.
El lugar que ocupa, la potencialidad de la empresa que administra, con Vaca Muerta, una de las más grandes reservas mundiales de gas y petróleo no convencionales, como punta de lanza, lo convirtieron en una de las fotos más repetidas de las últimas semanas para todos los que tienen aspiraciones presidenciales el año próximo.
Por sus oficinas ya desfilaron el gobernador Daniel Scioli; el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Todos en los últimos 45 días.
La próxima semana será el turno de Hermes Binner. También visitaron las instalaciones de YPF gobernadores, y senadores y diputados nacionales. El único de los pesos pesados que se animó a criticarlo fue Sergio Massa.
«Recibimos a todos los que les interese conocer lo que estamos haciendo», explicaron a LA NACION fuentes de la petrolera nacionalizada por el Congreso en mayo de 2012. La frase esconde la respuesta para el diputado y jefe del Frente Renovador.
No se trata de gestos inocentes. Galuccio también busca continuar en el cargo más allá de 2015 y para lograrlo debe convencer a todos los aspirantes. Con ese objetivo trabaja.
Cuando llegó hace dos años era un desconocido para la gran mayoría de los argentinos, incluso de la política. Un técnico que regresó al país tras pasar 15 años en el extranjero con el desafío de que el país recupere el autoabastecimiento energético. Ese perfil lo transformó en un actor político atractivo para todos los candidatos a suceder a Cristina Kirchner.
«Tenemos que estar orgullosos de lo que está haciendo. Hemos escuchado mucho sobre Vaca Muerta, pero ver lo que está haciendo superó todas las expectativas», dijo Scioli tras visitar Vaca Muerta, hace 13 días.
Macri también destacó el trabajo de Galuccio. «Hay que evaluar lo que ha hecho. Me resultó un tipo profesional y que sabe del tema», dijo el jefe de Pro a LA NACION, aunque no adelantó si lo mantendrá en el cargo en caso de ser elegido presidente.
Randazzo, otro de los que compiten por ocupar el sillón de Rivadavia, se sumó al listado de los que se sacaron la foto con el CEO de YPF; fue en la presentación de una campaña de concientización sobre el uso de cascos para motos.
Incluso, el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, se reunió en más de una oportunidad con Galuccio, y «Pino» Solanas mandó un equipo de especialistas.
Otro de los precandidatos con el que tiene una excelente relación es el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el «Pato» fue uno de los impulsores de su llegada a la petrolera.
Sólo Massa anticipó que lo reemplazaría. «Ha desnudado un nuevo perfil, se muestra con candidatos y eligió ser un funcionario político y no un técnico», dijo el diputado del Frente Renovador.
La defensa a Galuccio llegó desde el territorio bonaerense. «¿Qué dijo Massa? Si hay un técnico con un equipo idóneo, un hombre de prestigio, ése es Galuccio», dijo anteayer Scioli en declaraciones radiales.
«El desafío que Miguel tiene le implica meterse en la política. Lo que se hizo con YPF es excepcional. Para seguir creciendo hay que alinear voluntades, y eso se logra generando consenso», dijeron a LA NACION fuentes de la empresa.
El ingeniero entrerriano, egresado del ITBA en 1994, preferiría dedicarse tiempo completo a la optimización de la empresa, pero tiene claro que su rol tiene ineludiblemente un componente político. «Lograr una política homogénea se hace a través de leyes. Es técnico, pero necesita convencer a los políticos para conseguir las condiciones necesarias para el autoabastecimiento», confiaron allegados a Galuccio.
Desde la torre que YPF tiene en Puerto Madero, altas fuentes de la petrolera fueron enfáticas a la hora de aclarar el lugar de «el Mago», apodo de Galuccio, en el escenario político: «No está en una carrera política ni es su objetivo. No es candidato a nada».
La batalla con los gobernadores
Hoy el plan de Galuccio se enfrenta a varias provincias petroleras, sobre todo con cuatro gobernadores: Francisco «Paco» Pérez, de Mendoza; Jorge Sapag, de Neuquén; Martín Buzzi, de Chubut, y Alberto Weretilneck, de Río Negro. Los mandatarios, que se oponen a la nueva ley de hidrocarburos, hicieron públicas las quejas en los últimos días.
«Es una batalla importante», explicaron desde la petrolera las fuentes consultadas por LA NACION.
Las provincias no quieren ceder el control de sus recursos naturales, derecho que adquirieron por gestión de Néstor Kirchner, que federalizó el control del subsuelo en 2006.
Pero desde la petrolera no tienen dudas: «La ley es clara: la política energética la define el gobierno nacional. No podemos tener 10 leyes hidrocarburíferas de provincias; si ganan los gobernadores no va a haber inversión».
El tema, que preocupa al Gobierno, aún está lejos de resolverse.