La Argentina es el país de América Latina donde más aumentaron los costos médicos, una situación que profundiza la crisis que atraviesa el sector de la Salud. Para este año, se proyecta un incremento cercano al 60%.
En 2021, los costos médicos se ajustaron un 57,3%, por encima de la inflación, que se estima habrá cerrado en el orden del 51%. La suba fue superior a la de 2020, cuando treparon un 49% -según publica El Cronista-.
Lejos de apaciguarse, este año también se perfila complejo: se espera que suban un 55,8%, en línea con el incremento general de precios proyectado para 2022, que, de acuerdo a los primeros cálculos, tendría un piso del 50% y un techo del 60 por ciento.
A su vez, la región encabeza el alza global, con una suba de los costos médicos del 13% registrada el año pasado. La tendencia se repetiría este: se prevé que América latina liderará el ranking mundial, con un 14% en 2022. Detrás, quedarían Oriente Medio y África, con un 10%; Asia Pacífico y los Estados Unidos, con un 7%, respectivamente; y Europa, con un 6 por ciento.
Los datos se desprenden de la «Encuesta global de tendencias de costos médicos» que realiza la consultora Willis Towers Watson (WTW) todos los años y detalla el escenario por país. El estudio relevó a un total de 209 prestadoras de salud en el mundo, de las cuales cinco corresponden a empresas de medicina prepaga y obra sociales de dirección de la Argentina. El informe anterior, correspondiente a 2021, ya anticipaba los resultados que se observan actualmente.
«Se espera que los costos continúen acelerándose en 2022, debido al avance de la pandemia. En 2020, por el confinamiento, la población hizo un menor uso de los servicios y el gasto fue acotado, lo cual significó un problema para las compañías. Ahora, se enfrentan a otra dificultad: una sobredemanda, en un contexto en el que crece la utilización de las prestaciones y los precios siguen subiendo, lo que genera un doble efecto», analiza Stella Sanyan, directora del Área de Salud de WTW Argentina.
Entre los principales aspectos que inciden en la escalada de los costos, se encuentran factores intrínsecos y externos. Entre los primeros, se destacan los numerosos servicios prescriptos por los profesionales y el uso excesivo que realizan los pacientes de la asistencia.
«En el primer caso, el motor es el médico, que ordena varias prácticas para efectuar el seguimiento. En el segundo caso, los pacientes realizan muchas consultas por iniciativa propia. Esto ocurre, generalmente, porque se hace un uso libre de la cartilla que ofrece la prestadora, con diversas visitas a especialistas de distintas áreas», explica.
En este sentido, influye el engrosamiento de la lista de tratamientos obligatorios que los planes deben cubrir, en un país en el que la cobertura médica es significativamente más amplia que la de otros países. «La Argentina prácticamente no deja ningún servicio fuera. Todo está cubierto sin restricciones. Incluso, los gastos derivados de los casos más delicados están incluidos», considera Sanyan.
En otras naciones, esto no ocurre. «La mayoría de las prestaciones no están alcanzadas por las aseguradoras, por lo cual el usuario debe pagar adicionales para hacer uso de otros servicios», compara. Entre esas prestaciones, se encuentran tratamientos de enfermedades preexistentes, psiquiátricos, oftalmológicos, odontológicos y auditivos, además de consultas por telemedicina -un extra que las compañías de medicina privada locales sumaron durante la cuarentena sin cobros extra-, medicamentos para la diabetes y mamografías.
Otros factores que intervienen en el aumento de los costos son la incorporación de nuevas tecnologías de la salud, los cuidados de pacientes con coronavirus y enfermedades terminales; y los malos hábitos -como un descanso que no resulta reparador, una mala alimentación y la falta de actividad física-, que disparan la mayor cantidad de consultas médicas.
En el plano macro, particularmente en la Argentina, inciden la alta inflación y la devaluación del peso frente al dólar estadounidense. También impulsan el alza los ajustes salariales por paritarias, que equipararon las actualizaciones de las cuotas de los planes.
Los resultados de la encuesta están en sintonía con las advertencias de distintas organizaciones, que, desde hace meses, alertan sobre los siderales aumentos, especialmente, en la provisión de insumos relacionados al COVID-19, que ponen en jaque al sistema.
Según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los productos farmacéuticos subieron un 54% en los últimos 12 meses, contra una inflación del 49,1% en el distrito. De acuerdo a la Unión Argentina de la Salud (UAS), el alza supera el 250% en un año y en algunos casos (como los de uso hospitalario) llega al 1300 por ciento.