El viceministro anuló aumentos para la industria contemplados en el programa Gas Plus que había autorizado el secretario de Energía. La medida va a contramano del aumento anunciado por Cristiana al GNC para atraer inversiones a un sector que sufre una histórica caída en la producción.
La semana pasada, en el marco del acto por la ampliación de la refinería de Ensenada de YPF, la presidente Cristina Fernández anunció el aumento del 300% del precio del gas en boca de pozo para el segmento de GNC, que pasó de $ 0,15 a $ 0,60 por metro cúbico.
La medida, que aún no está claro cómo afectará a los consumidores debido a que el Gobierno se tomará 30 días para implementar la suba en surtidores, fue empujada por el viceministro de Economía, Axel Kicillof, bendecido unos días antes como nuevo hombre fuerte del sector petrolero por el Decreto 1277, que lo autoriza a fijar los precios de los combustibles, márgenes de ganancias a las empresas y ordenar inversiones.
Al anunciar el aumento, Cristina señaló que la decisión -que en la práctica beneficia sobretodo a YPF que aporta un 54% del GNC- era un gesto hacia las petroleras, a fin de incentivar inversiones para reactivar la producción del fluido, que cayó un 12,5% desde 2006.
Sin embargo, casi al mismo tiempo en que permitió recomponer el precio del GNC, Kicillof ordenó frenar aumentos del valor del Gas Plus -el programa del Gobierno que habilita importes más altos para el gas nuevo- previamente autorizados por Daniel Cameron, secretario de Energía.
Contramarchas
El Gas Plus aporta, en la actualidad, alrededor de 11 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día) de gas, es decir, cerca de un 9% de la producción total de los yacimientos locales, que ronda los 120 MMm3/día, según datos oficiales. La mayor parte de esa oferta queda en manos de Cammesa, la empresa que administra el mercado eléctrica, que paga u$s 4,10 por cada millón de BTU de Gas Plus, un precio sustancialmente mejor que el que reciben en promedio las petroleras, que no supera los 2,50 dólares.
Cammesa firmó con las petroleras de Gas Plus -la mayoría entre 2010 y 2011- contratos de compra de más de dos años de duración, que prevén aumentos del precio a partir del segundo año o tercer año. En algunos casos, Energía autorizó a pagar hasta u$s 5,80 por millón de BTU, la mitad de lo que cuesta traer el fluido desde Bolivia (u$s 11).
Incluso, Cameron publicó el 31 de mayo la nota 3456 de la Secretaría de Energía, que dispuso que Cammesa les pague u$s 5,20 por millón de BTU (la unidad de medida) a las petroleras que vendan gas para usinas térmicas y registren aumentos en su producción.
Y hace dos semanas anunció un aumento inminente del precio del Gas Plus a encumbrados directivos de la industria. «Nos confirmó que, a más tardar el 10 de agosto, Cammesa empezaría a pagar u$s 5,20 por el gas», indicó a LPO el gerente general de una petrolera de Neuquén.
Sin embargo, esta semana Kicillof frenó la implementación de los aumentos hasta que su equipo no repase la letra chica de cada contrato firmados por Cammesa, que opera bajo las órdenes de Juan Manuel Abud, designado gerente general de la administradora en mayo por pedido de viceministro de Economía, y de Paula Español, al frente de la gerencia de Finanzas.
«Averiguamos en Cammesa por qué aún no se ha efectuado el precio del Gas Plus y nos respondieron que Economía ordenó la suspensión de los incrementos hasta nuevo aviso», explicó a este medio otro petrolero consultado.
