Chela vivía acompañada de Cintia y Boni, sus mascotas. Cuando ella falleció, quedaron en la calle hasta que fueron adoptadas, pero solo de momento, porque esa familia las abandonó. Ahí llegó Julia, quien no dudó en acoger a la perra y gata en su casa. “Ahora van a volver a vivir adentro, tal como Chela los cuidaba”, celebra.
Muchas veces toca que las mascotas partan de este mundo dejando un dolor inmenso en las familias que cuidaban de ellas. Pero otras ocasiones pasa al revés, y los animales quedan solos a la merced del mundo.
Chela era una mujer que vivía con sus dos mascotas: su perra Cintia y su gata Boni. Lamentablemente, un día la mujer pasó a una mejor vida y sus animalitos quedaron solos.
La fortuna parecía sonreírles, pues casi de inmediato consiguieron una familia que las adopte. Pero las cosas no salieron como lo esperado ya que fueron abandonadas.
Cuando Julia Gutiérrez se hizo eco de la situación no dudó en intervenir para darles a Cintia y Boni una vida mejor, tal como Chela hubiera querido.
“Las conozco hace mucho. A su humana la conocí hace años y estos animalitos eran su vida, los amaba con todo el corazón”, cuenta Julia a EL COMODORENSE.
La vecina recuerda a Chela con mucho cariño, y siente pena porque “nunca se habrá imaginado que seres tan oscuros se deshicieran con tanta frialdad de sus animalitos”.
Hoy la perrita y la gata tienen un nuevo hogar, sin Chela, pero con el cariño que merecen. “Ahora van a volver a vivir adentro de casa, tal como Chela los cuidaba”, dice Julia con suma alegría.
La solidaria vecina comodorense también se toma el tiempo para recordar la búsqueda de Ian, el gato de Chela que desapareció el 8 de octubre cuando la mujer falleció. “Es muy arisco, era el más mimado por ella. Vivían en avenida Polonia y Jornada del barrio Roca”, detalla para difundir la búsqueda del felino que falta.
Gracias a ella, hoy Cintia y Boni vuelven a dormir con la tranquilidad de estar en un hogar donde son queridos y mimados. De cierto modo, Chela nunca terminó de irse de su lado, porque el cariño que siempre les dio sigue latente a través de otras manos.
