Diego Carbone, el custodio personal de Cristina Kirchner, declaró en el juicio contra Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo.
Los tres están acusados de haber organizado y llevado adelante el atentado contra la exvicepresidenta, ocurrido el 1° de septiembre de 2022.
En su declaración, Carbone explicó que el día del ataque no estaba en el operativo, y que se enteró de lo sucedido porque un compañero de la custodia le mandó un video del momento en que Sabag Montiel le gatilló en la cara a Cristina Kirchner.
Al comienzo de su declaración, el oficial de la Policía Federal Argentina explicó cómo se conformaba la custodia al momento del atentado y aclaró que esa noche no estaba en la puerta del edificio donde vivía CFK porque “no era su función”.
“No hay nada que diga a dónde tengo que ir. Ningún protocolo me dice que tengo que estar las 24 horas pegado a la Presidenta”, remarcó, y detalló que en el momento del ataque estaba en el kinesiólogo: “Tenía una lesión por un mundial de full contact en Brasil que gané, pero del que salí muy lesionado”
Carbone mencionó que la custodia estaba conformada por un jefe, un segundo jefe y oficiales de enlace que hacían turnos “24 por 48″. Y apuntó que, en total, eran unos 10 policías los que escoltaban a Cristina Kirchner.
Además, sostuvo que nunca esperó que una persona apareciera en la casa de la expresidenta con un arma. “Yo le dije una vez a la expresidenta que podía ser un huevazo o un tiro. Nunca pensamos que iba a ser un tiro”, aseguró.
“La seguridad no es absoluta cuando hay traición”
“Uno es falible en todo sentido. La custodia no es absoluta en la seguridad. Tenemos siempre estándares de seguridad y miramos los de otros países. Las custodias más avanzadas son las del Papa, que tuvo un atentado; la de Israel, que tuvo varios; la de Estados Unidos, que tuvo cuatro presidentes muertos y dos heridos, con todos los sistemas de seguridad que tienen”, enumeró Carbone.
Y amplió: “El problema de todo esto es que la seguridad no es absoluta cuando hay traición. Dentro del público no hostil puede haber un infiltrado”.