En un proceso que no contó con nuevos testigos ni documentos adicionales a los presentados por la Cámara de Representantes, el oficialismo utilizó su sólida mayoría para evitar la destitución del mandatario.
El Senado de los Estados Unidos absolvió al presidente Donald Trump de abuso de poder y obstrucción del Congreso el miércoles después de un histórico juicio de dos semanas.
El Senado, de mayoría republicana, votó 52-48 para absolver a Trump de la acusación de abuso de poder y 53-47 para absolverlo de la obstrucción del Congreso.
Los cargos fueron aprobados el pasado 18 de diciembre por la Cámara de Representantes controlada por la oposición demócrata.
Más de la mitad de senadores (todos los demócratas y algunos senadores) han expresado su inquietud por la campaña de presión de Trump a Ucrania que derivó en los dos artículos del proceso. Pero están lejos de los dos tercios necesarios en la Cámara Alta para cumplir el estándar de la Constitución para delitos que supondrían una condena y el cese del presidente.
El resultado esperado el miércoles culmina casi cinco meses de proceso de juicio político, que comenzó en la Cámara de Representantes de la presidenta demócrata Nancy Pelosi y terminará en el Senado del republicano Mitch McConnell, y refleja la implacable división partidista de la nación a tres años del inicio de la presidencia de Trump. Tras lograr la apertura del juicio, la oposición no consiguió que el Senado convoque a nuevos testigos que podrían haber comprometido la defensa del mandatario.
Ningún presidente ha sido destituido, y Trump llegó al Capitolio en la víspera para su discurso sobre el Estado de la Unión ansioso por emplearlo como vindicación, un himno político para su candidatura a la reelección. Sus aliados corearon “¡Cuatro años más!”. El presidente no hizo referencia alguna al juicio político, ni tuvo que hacerlo. El ambiente en la Cámara que lo procesó era tenso. Pelosi rompió su copia del discurso cuando terminó la alocución.
La votación del miércoles en la tarde (a partir de las 16 hora local, 21 GMT) se espera rápida. Con John Roberts como juez presidente, los senadores que se comprometieron a hacer una “justicia imparcial” se pondrán de pie en sus escaños al ser llamados y presentarán su voto: “culpable” o “no culpable”.
Por el momento, ningún republicano ha confirmado un voto a favor de la destitución agrega INFOBAE. Entre los cuatro senadores moderados señalados como posibles disidentes, dos han informado que votarán en línea con el partido y otros dos evitaron hacer comentarios. Lisa Murkowski, congresista por Alaska, señaló que la conducta de Trump es “vergonzosa y errónea”, pero añadió: “No puedo votar para condenarlo”.
En el primer artículo del juicio político, Trump está acusado de abuso de poder. En el segundo, de obstrucción al Congreso.
Tanto Bill Clinton en 1999 como Andrew Johnson en 1868 recibieron apoyo bipartidista para mantenerse en el cargo tras el proceso. Richard Nixon renunció antes de enfrentar una revuelta de su propia formación.
Si bien el cierre del juicio político no significa el fin de las pesquisas de los demócratas contra el mandatario (son varias las líneas de investigación), otorga a Trump impulso en su carrera por la reelección tras un tumultuoso primer mandato.
Pese a que nunca tuvo cotas de aprobación superiores al 50% durante su presidencia, y poco más de la mitad de la población apoyaba la destitución, Trump registró su mejor cifra en víspera del veredicto: 49%, según Gallup.