Las jubilaciones y pensiones del sistema general de la Anses que se percibirán a partir de mañana incluyen un reajuste de 4,18%, según oficializó días atrás el organismo a través de la resolución 320. El índice replica la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo con dos decimales, según el resultado de la medición del Indec, indica La Nación.
El haber mínimo bruto queda, así, en $215.580,82, cifra a la que se suma el bono de $70.000, para completar un total de $285.580,82. Y, una vez descontado el aporte al PAMI, el ingreso que efectivamente se cobra es de $279.113,40.
En tanto, el haber máximo llega este mes a $1.450.654,81 en bruto y a $1.370.082,95 en términos netos (hecho el descuento). Todas las prestaciones, cualquiera sea su monto, suben 4,18%. Por ejemplo, si el ingreso de junio fue de $500.000, el de este mes es de $520.900 en bruto y de $496.113 en mano.
La recomposición y el bono también aplican para las prestaciones no contributivas, como la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) y las pensiones por vejez o invalidez o por ser madre de siete o más hijos. La PUAM queda en $172.464,66 y se agrega el refuerzo de $70.000, que fue dispuesto por el decreto 552.
Con ese adicional se garantiza que el ingreso de los jubilados sea este mes, en bruto, no menor a $285.580,82. Quienes tienen el haber básico percibirán el bono de $70.000 y quienes tienen un haber más alto, pero inferior a $285.580,82, percibirán un monto tal que se complete esa cifra. Por ejemplo, con un ingreso mensual de $250.000 (ya aplicado el aumento por la movilidad de julio) se cobrará un bono de $35.580,82.
El bono y otros adicionales
Según la estadística del sistema publicada por la Subsecretaría de Seguridad Social, aproximadamente el 45% de los beneficiarios del sistema, entre jubilados y pensionados, percibe el bono de $70.000 o de una cifra inferior. Se trata de alrededor de 2,68 millones de personas, la mayoría de las cuales obtuvo su prestación a través de la adhesión a una moratoria por aportes no hechos en su momento. El plus no alcanza a quienes tienen jubilación y pensión, porque la garantía de un ingreso básico, que por este mes es de $285.580,82, rige por persona y no por beneficio.
El monto del refuerzo está congelado en $70.000 desde marzo y cada mes va perdiendo poder de compra. La falta de actualización de esa parte del ingreso hace que las subas de lo que se recibe no vayan siguiendo la inflación mensual, en el caso de quienes la cobran, sino que resulten de porcentajes inferiores.
En julio, mientras que los jubilados sin bonos reciben la suba de 4,18% (fueron los más perjudicados en los últimos años por la fuerte caída del valor de los haberes), los de la mínima perciben un ingreso que es solo 3,1% más alto que el de junio.
Por otra parte, este mes no habrá, en principio, pagos de suplementos surgidos de la ley que establece la garantía –para quienes obtuvieron su prestación sin moratoria– de un ingreso no inferior al 82% del salario mínimo, vital y móvil (SMVM). En junio se cobró ese plus de forma retroactiva, dadas las subas que, tardíamente, se establecieron para el salario mínimo para abril y mayo. El valor de esta referencia de ingresos laborales luego no volvió a actualizarse, por lo que el salario mínimo vigente es de $234.315,12. Como el 82% de ese monto da un número menor al haber mínimo, no se activa la garantía.
De todas maneras, la Secretaría de Trabajo convocó para el día 18 de este mes a una reunión del consejo que decide las variaciones del SMVM. Si hay cambios para los valores de junio y julio, nuevamente podrían tener que pagarse suplementos de manera retroactiva.
Vigencia plena
El aumento de las jubilaciones y pensiones con frecuencia mensual y siguiendo el índice de inflación, por su parte, es una regla establecida por el decreto de necesidad y urgencia 274 del actual Gobierno.
Lo establecido por ese DNU entra plenamente en vigencia este mes. Si bien los ajustes de haberes según la variación del IPC ya se aplican desde abril, lo cierto es que la norma del Poder Ejecutivo definió al segundo trimestre del año como un período de transición; formalmente, en ese período aún estaba vigente la fórmula de movilidad de la ley 27.609, que rigió desde 2021 y que en 2023 llevó a que se perdiera, por la alta inflación, hasta más de un tercio del poder adquisitivo de los haberes.
Desde este mes, y por lo dispuesto en el mismo DNU, los reajustes mensuales y por inflación tienen alcance para las prestaciones por hijo de los trabajadores, que hasta ahora se actualizaban trimestralmente : tanto para la Asignación Universal por Hijo (AUH) para desocupados e informales, como para los cobros del salario familiar que alcanzan a un grupo de empleados formales y de monotributistas. Todos los importes suben un 4,18%.
Reajuste acumulado y poder de compra
Considerando el reajuste de julio, desde el inicio del año los haberes jubilatorios subieron 103,9%. Los aumentos previos fueron de 27,18% (marzo), 27,4% (abril), 11,01% (mayo) y 8,83% (junio).
Hasta mayo (último período del que hay dato oficial de inflación), el aumento fue de 79,9% y la suba promedio de los precios, según el Indec, de 71,9%. Eso refleja, al menos para la estadística (la realidad en cada hogar es diferente), una recuperación del poder de compra si se mira el período de punta a punta. Con lo cobrado por el ingreso previsional, en el quinto mes del año podía comprarse un 4,6% más que en diciembre de 2023.
Sin embargo, esto último no ocurrió con los ingresos más bajos porque, como ya se indicó, el bono que recibe un grupo de jubilados está congelado desde marzo. Desde fines de 2023 ese adicional tuvo un alza de solo 27,27%. Y eso determina que el ingreso total de quienes cobran el haber mínimo más el bono tuvo una suba hasta mayo de 61,9%. Así, en estos casos hubo una caída del poder adquisitivo, en los primeros cinco meses del año, de 5,8%.
Si se considera el período de enero a julio, el aumento acumulado de los haberes propiamente dichos llega a 103,9%, pero la suba del monto integrado por el haber mínimo y el bono es menor: de 77,7%.
En los últimos años, las pérdidas de poder de compra afectaron con mayor fuerza a quienes tienen haberes medio bajos, medios y altos, que quedaron sin compensación extra frente a la inflación. Solo en 2023, las caídas llegaron a 14,2% en el caso de quienes tienen la jubilación mínima (con el bono), a 32,3% para quienes nunca percibieron un adicional, y a 37,4% para un grupo de jubilados y pensionados que cobró bono, pero solo hasta agosto del año pasado y luego dejaron de percibirlo, por una decisión discrecional del gobierno anterior.