El líder del Sindicato de los Empleados de Comercio en Chubut toma el lugar del histórico dirigente Armando Cavalieri a nivel nacional, que tras décadas en el cargo comienza a abandonar sus tareas en la Confederación General del Trabajo.
Armando Cavalieri es el jefe del Sindicato de Empleados de Comercio desde 1986. Lleva nueve mandatos en cadena y forma parte de esa casta de sindicalistas que se resiste al avance del tiempo. Fue menemista, duhaldista, kirchnerista, macrista y hasta hace poco se consideraba albertista. Siempre le escapó a la palabra “sucesión” para evitar abrir una disputa interna, algo inevitable en un gremio con más de un millón de afiliados y con la obra social más numerosa del país. Sin embargo, ayer, en una reunión privada con dirigentes mercantiles, dio una primera pista sobre su futuro: por primera vez en 40 años no estará en el consejo directivo de la nueva CGT que nacerá el jueves próximo y evalúa no postularse en 2022 para una nueva reelección en Comercio.
La decisión de Cavalieri, que tiene 85 años, fue confirmada a La Nación por dos fuentes gremiales de su círculo íntimo. El jefe mercantil, que comenzó su trayectoria en la CGT en 1980 como secretario de Prensa, dejará ahora el área de Relaciones Institucionales. La representación de Comercio en la central obrera recaerá en José González, el secretario general de la seccional de Comodoro Rivadavia. El otro nombre que se barajaba era el de Carlos Pérez, director de la obra social y mano derecha del líder. Pérez tal vez sea el candidato por el oficialismo para reemplazarlo en el gremio, el año que viene.
Con su noveno mandato en curso y con vigencia hasta 2022, Cavalieri logró neutralizar con éxito la interna que se le abrió inesperadamente hace dos años, cuando venció en las urnas por apenas 461 votos a Ramón Muerza, delegado gremial en los supermercados Coto que se alió al moyanismo con el objetivo de desbancar al viejo líder mercantil.
Invencible puertas adentro del gremio e influyente con funcionarios y empresarios, Cavalieri no anunció su retiro de la actividad gremial, sino solo de la CGT. En el sindicato ninguno de sus hijos sigue su huella, por lo que delegó en Pérez el control de la obra social, que cuenta con más de dos millones de beneficiarios y que representa la verdadera caja junto con la administración del predio de Parque Norte.
Cavalieri forma parte de la CGT desde fines de los 70, aunque con cargo a partir del inicio de los 80. Es uno de los referentes del sector de “los Gordos” (grandes gremios de servicios) y su gran rival interno siempre fue Hugo Moyano.
La reunificación de la CGT
El proceso de reunificación de la CGT se coronará el jueves que viene. Después de un encuentro en UPCN, la cúpula de la central obrera resolvió preliminarmente que el nuevo triunvirato sea integrado por Héctor Daer, Carlos Acuña y alguien del moyanismo, que sería Pablo Moyano. De esta manera, quedó relegado Antonio Caló, jefe de la UOM, que aspiraba integrar la secretaría general en representación de los gremios industriales.
El gran ganador con esta maniobra es Luis Barrionuevo, que mantendrá a Acuña, un alfil suyo, en la conducción. Resta saber qué lugar ocupará el bancario Sergio Palazzo, tras su salida de la CGT hace más de cuatro años. Ese ajedrez se resolvería en los próximos días en diferentes cumbres sindicales en las que los referentes de cada tribu explorarán acuerdos para definir los cargos y el perfil de la nueva central obrera.
Nicolás Balinotti para La Nación