Con su segundo ataque directo a Israel en menos de cinco meses, Irán cruzó una línea roja y abrió la puerta a una regionalización total del conflicto en Medio Oriente.
El gobierno iraní lanzó un poderoso ataque contra Israel no solo para demostrar su poderío, sino fundamentalmente para recuperar la iniciativa después de las durísimas derrotas que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) le aplicaron al grupo islámico libanés Hezbollah, su principal aliado en el área, armado y financiado por Teherán.
La muerte del líder del grupo terrorista, Hassan Nasrallah, los continuos bombardeos de los últimos días y la invasión terrestre del ejército israelí el lunes en la frontera del sur del Líbano dejaron a Teherán en una posición de absoluta debilidad ante sus aliados, los numerosos “grupos proxy”, como el propio Hezbollah, Hamas, los hutíes yemenitas o los grupos chiítas de Siria e Irak. Estos grupos armados vienen sosteniendo todo el peso de la guerra con la ayuda iraní.
“La falta de respuesta hubiese implicado un debilitamiento de su imagen en la región. Israel venía tomando la iniciativa y ahora Teherán responde para mostrar fuerza”, dijo a TN el coordinador del Núcleo de Estudios en Medio Oriente de la Universidad Austral, Said Chaya.
Irán busca recuperar la iniciativa en la región
La decisión del gobierno iraní es de un riesgo absoluto. Los más de 180 misiles lanzados hoy contra Israel, según dijo el portal Ynet, son solo el principio de una nueva fase de la guerra. En abril pasado, el primer ataque iraní sobre territorio israelí no provocó víctimas fatales ni daños graves. Israel, entonces fuertemente presionado por la Casa Blanca, optó por no responder.
Esta vez la decisión del gobierno de Benjamin Netanyahu puede ser distinta. A menos de una semana del primer aniversario de los brutales ataques de Hamas del 7 de octubre, que dio inicio al actual conflicto, Israel debe decidir ahora si responde o retrocede, en medio de una cada vez más fuerte presión interna y de los Estados Unidos para alcanzar un acuerdo en Gaza que permita un cese el fuego y la liberación del centenar de cautivos aún en manos de distintos grupos palestinos.
Pero esta vez el escenario es diferente. El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, fue contundente: el ataque iraní “tendrá consecuencias. Tenemos planes y actuaremos en el momento y lugar que elegimos”, dijo.
“Estamos ante la declaración de guerra abierta de Irán contra Israel. Es de esperar (una respuesta) contra objetivos estratégicos. Con este ataque, se pierde una oportunidad de detener el conflicto en Medio Oriente”, afirmó a TN el presidente de la Unión Mundial del partido Meretz, Darío Teitelbaum.
Para Teherán, según analistas, el ataque de hoy se trata de una cuestión de “prestigio” ante sus socios para mantener su influencia en la región. “Irán siempre fue un actor de enorme iniciativa regional, pero hasta ahora la iniciativa era de Israel. Esto implica un nuevo reordenamiento regional”, dijo Chaya.
Ali Vaez, especialista de Irán del Crisis Group, dijo a TN que “los dirigentes de Irán se arriesgaron al lanzar ataques directos contra Israel en abril. Ahora asumieron un riesgo aún mayor que probablemente refleja la profundidad del dilema en el que se ha visto atrapado su liderazgo a medida que socios clave quedaron gravemente debilitados. No responder habría derrumbado aún más su credibilidad ante estos aliados, dando la impresión de que el régimen está feliz de permanecer al margen mientras los líderes de Hamas son asesinados en su territorio, el liderazgo de Hezbollah es diezmado y las operaciones israelíes comienzan en el Líbano”, indicó.
Para Chaya, esta aceleración del conflicto podría provocar una intervención activa estadounidense con un escenario mucho más complejo. “Vamos a ver si Joe Biden sigue recurriendo a la diplomacia o vamos a un escenario de guerra abierta”, indicó. Por lo pronto, ordenó a sus Fuerzas Armadas derribar los misiles iraníes que caigan sobre Israel.
La “nueva fase” de la guerra recién comienza. Los Guardianes de la Revolución amenazaron a Israel con una “respuesta devastadora” en caso de un ataque israelí. “Irán da por cerrado el asunto. Pero eso no depende de Teherán, sino de Israel y Estados Unidos; y por todo lo que hemos visto en Gaza, el Líbano e incluso en Yemen en respuesta a los ataques hutíes, es probable que esto esté lejos de terminar”, afirmó Vaez.