El caso ocurrió el 14 de diciembre de 2018 en una vivienda del barrio Quirno Costa y la mujer está imputada por homicidio. Este martes declararon seis testigos, en su mayoría los profesionales del hospital que concurrieron a la emergencia.
Según informa Consello Patagónico en la primera jornada del juicio se escucharon las presentaciones del caso que investiga la fiscal Cecilia Codina y la procuradora fiscal Eve Ponce. La imputada identificada con las iniciales de A.R. es una habitante de la avenida 10 de Noviembre y está acusada por el delito de homicidio.
La primera testigo fue la médica de urgencias del 107 del Hospital Regional, quien recordó que aquel 14 de diciembre llegaron al domicilio y un hombre les indicó como llegar a un baño del primer piso. También se encontraban el chofer de la ambulancia, una enfermera y otra mujer que los recibió en el descanso de la escalera.
Ya en el baño la mujer estaba sentada en el inodoro, llena de sangre. La médica ordenó a suban una silla de ruedas para bajarla hasta la ambulancia. “Atrás del inodoro había una bolsa con un nudo” y la mujer “tenía sangre en las manos y en la zona abdominal”, aseguró.
La testigo describió que la imputada estaba lúcida y cuando “le pregunté si sabía que estaba embarazada, no contestó nada”. Luego se dijo “si había practicado maniobras abortivas, se tapó la cara y empezó a llorar”.
La segunda testigo fue la enfermera, quien sostuvo que “la paciente se encontraba pálida y sudorosa y parecía que iba a entrar en shock”. Afirmó que fueron dos veces a la vivienda, la primera como lo describió la la doctora de guardia, y la segunda vez a buscar la bolsa con la criatura. Manifestó que “le hicieron maniobras de resucitación, pero no presentaba signos de vida”.
El chofer de la ambulancia, en tanto, relató que “reciben un llamado por un aborto en curso”, llegaron, subieron la paciente a la ambulancia y la trasladaron a la guardia del centro asistencial. Después recibieron otro llamado de la base que faltaba el bebé con la placenta y que tenían que regresar al domicilio.
El trabajador recordó que subió al baño junto a la médica, quien retiró “una bolsa de plástico con un nudo y cuando la abre era una bebé arrollada en una campera negra”.
La tocoginecóloga del Hospital Regional declaró que la paciente llegó descompensada por un aborto domiciliario. Recordó que “se encontraba lúcida, consciente y que el sangrado era normal por un parto reciente”. Ésta se encontraba en período de puerperio y en un estado de embarazo avanzado.
“Cuando le pregunta qué había pasado con el bebé, primero no le contesta y después le dijo que estaba atrás del inodoro”. También le comentó que “sabía que estaba embarazada, pero no se lo dijo a nadie porque era un embarazo no querido”.
La pediatra que recibió a la bebé afirmó que estaba “sin respiración, ni pulso y que ya estaba fría y pálida”. En último término se escuchó al oficial de policía que participó de las diligencias del caso.
