Hace solo 2 meses atrás, la Fundación Capital que comanda Martín Redrado, no descartaba en su reporte semanal la posibilidad de que la inflación del año llegue al 145%.
Corría el mes de mayo que mostró una moderación inflacionaria y junio le siguió con un 6%, marcando el segundo mes de desaceleración en el ritmo de aumento de precios general de la economía, tras el 7,8% de mayo y el pico de 8,4% mensual que se había registrado en abril.
El Gobierno, ahora con precandidato presidencial con nombre y apellido, celebró la «desaceleración» mientras en la vereda de enfrente, Horacio Rodríguez Larreta afirmaba que «es una vergüenza que este gobierno festeje 6% de inflación«…
Pues, de cara a julio, la Fundación Capital afirma que difícilmente se sostendrá en el tiempo, con una emisión monetaria creciente y un riesgo de brecha elevado.
«La baja de la inflación es solo transitoria. Hacia delante, el índice de precios al consumidor volverá a situarse en torno al 8% mensual«, titula y anticipa esta semana bajo la firma de Carlos A. Pérez, director coordinador de la fundación y exgerente general del Banco Central durante la gestión de Martín Redrado.
«Si bien en el corto plazo la reedición de acuerdos de precios permitirá sostener el registro de julio en torno al del mes previo (6% mensual), hacia delante, estos tendrán impacto sólo de corto plazo, tal como vimos en versiones anteriores. Con el riesgo monetario y cambiario latente, la nominalidad volverá al andarivel del 8% mensual. Así, el año concluiría en torno al 140%«, sentencia desde el inicio.
Sobre la moderación de junio afirma que si bien descendió, «sigue siendo un registro por demás elevado, de 100% en términos anualizados«, y afirma que «se destacaron los estacionales, con un muy leve aumento del 1,3% mensual (vs. 6% en mayo), explicando 0,8 puntos de la baja total del IPC (-1,8 puntos). En particular, esto se dio por la disminución en los precios de las frutas y verduras y la muy ligera suba en indumentaria y calzado. Por su parte, la núcleo también se moderó, aunque permaneciendo algo por encima del nivel general, alcanzando un 6,5% (vs 7,8% en mayo) o 112,9% anualizado. Finalmente, los regulados continuaron exhibiendo importantes alzas (7,2% y 9% en mayo), debido a múltiples incrementos en los servicios de electricidad y gas (8% mensual), transporte público (7%), prepagas (5,8%) y servicios de telecomunicaciones (10,9%)«.
En tanto, de cara a julio, afirma que «el factor positivo de los estacionales se revertirá, siendo un mes en el que los servicios asociados al turismo y el ocio suelen ajustar por las vacaciones invernales. Así, los estacionales le sumarían casi un punto y medio al IPC (1,4 p.p. vs. 0,1 p.p. en junio). Por su parte, sin subas en los servicios de gas y electricidad como en meses previos, los regulados podrían reducir su impacto en el IPC. No obstante, con incrementos en las prepagas (8,5% mensual), el transporte público del AMBA (+6%) y las telecomunicaciones (4,5%), los regulados sumarían 0,8 puntos al IPC en julio, por debajo de los 1,3 puntos de junio. De esta forma, para evidenciar una nueva desaceleración en julio, la núcleo debería descender un escalón más«.
En este marco, sostiene que «las autoridades volvieron a apostar al relanzamiento de distintos acuerdos de precios, donde la moneda de cambio para las empresas es tanto la aprobación de SIRAs para importar, como la participación en el programa de financiamiento Ahora 12″. Pero, sostiene, » los acuerdos de precios pueden tener un impacto de corto plazo, de manera similar a lo acontecido a fin del año pasado. Así, el IPC del séptimo mes podría volver a ubicarse en torno al 6%, aunque difícilmente profundice la baja. Asimismo, se trata de una moderación transitoria. Hacia delante, la tendencia es al alza«.
Volver al 8% mensual
La explicación es que «los determinantes de la inflación continúan exhibiendo un sesgo al alza y, en la transición política difícilmente el promedio mensual del IPC permanezca por debajo del 8%«.
Afirma que «los acuerdos pueden tener impacto en el corto plazo, no es sostenible en el tiempo«, y cita lo ocurrido en « el lanzamiento inicial de Precios Justos en noviembre del 2022 (pauta de aumento de entre 4% y 3,5% mensual, dependiendo del producto). En ese momento, el IPC registró subas del 5% mensual en promedio en el último bimestre del año, moderándose significativamente desde los máximos de los meses previos (6,7% promedio mensual julio-octubre). No obstante, ya en enero la tendencia se revirtió, con registros que fueron acelerándose progresivamente (6% enero, 6,6% febrero, y por encima del 7,5% entre marzo y mayo)«.
Además, de otros indicadores como los costos de las empresas, que siguen siendo alta afirma que incluso, y las mayores restricciones de acceso al mercado de cambios en un marco de reservas internaciones en situación delicada, afirma que «la política económica sigue fogoneando a la inflación. La emisión monetaria es y seguirá siendo elevada. Sin financiamiento genuino, el déficit fiscal del segundo semestre será financiado con mayor expansión monetaria, ya sea a través de Adelantos transitorios del BCRA al Tesoro o vía la recompra de títulos en manos de organismos públicos. A modo de referencia, esto podría implicar una asistencia del Banco Central al fisco por unos $3,8 billones en el semestre julio-diciembre«.
Luego, «en las últimas jornadas se evidenció un mayor movimiento de los dólares financieros libres, tras varias semanas de tranquilidad. Si bien por el momento es un alza moderada (+4,5% o +$25 hasta los $540 al viernes), es una variable clave a monitorear en un contexto de elevado riesgo cambiario, con reservas netas muy negativas (en torno a los – u$s7.000 millones), un acuerdo con el FMI que se sigue demorando, y acercándonos al período electoral, donde suele acelerarse la dolarización de los agentes. En efecto, un nuevo episodio de estrés sobre la brecha cambiaria no solo implicaría una nueva aceleración de los precios, que podría incluso ser mayor a la previa, sino que también agudizaría la presión sobre la cotización oficial«.
Y para concluir, sentencia:
«En definitiva, la moderación de la inflación que estamos observando aún no es generalizada y se mantiene por factores que difícilmente se sostengan en el mediano plazo (los bajos aumentos en la carne, la caída en frutas y verduras) y por la reedición de acuerdos de precios. En este marco, julio podría exhibir una suba del IPC en línea con junio (6%), aunque hacia delante prevemos que se vuelva a ubicar en torno al 8% mensual. En efecto, no hay espacio para anclas cambiarias, tarifarias y salariales, tras años de retraso en todas las variables. Asimismo, la emisión seguirá siendo de magnitud y el riesgo cambiario elevado. Así, incluso con la actual desaceleración transitoria, la inflación del año concluirá en torno al 140%«.