Durante este mes, la suba de precios en carnicerías le mete mayor presión al fenómeno inflacionario. En los últimos días, se detectaron subas entre 50$ y 100$ en el kilo de carne.
La explicación sería que no hay tanta oferta y que existe la caída en el consumo del alimento. Por este motivo, los argentinos se guían más por el cerdo y el pollo.
En algunos comercios, los incrementos alcanzaron los 150$ en el kilo, por lo que la presión inflacionaria sigue golpeando más al bolsillo para conseguir la canasta familiar.
En este marco, el gobierno intenta impedir que estas alzas continúen, mediante la utilización de herramientas como el fideicomiso aceitero y triguero, publica Urgente 24. En carnes, rige aun el programa de Precios Populares, que la próxima semana subirá un 2% en sus precios –aproximadamente $16 por kilo- acorde a lo pactado entre Comercio Interior y los frigoríficos exportadores.
Por parte de los comercios minoristas, los aumentos de los últimos días ubican al kilo de carne en torno a los $1.000, con incrementos que oscilan entre los $50 y $100. En febrero, las categorías de consumo en el Mercado de Liniers –novillitos y vaquillonas- tuvieron una suba de 15%, pero no terminaron de reflejarse en los mostradores, porque fue absorbida en parte por los eslabones intermedios del negocio.