El sociólogo estadounidense James Petras manifestó que los pobladores de Malvinas se han caracterizado por su total dependencia de Inglaterra, material y simbólicamente. Criticó a Alternativa.
– ¿Qué evaluación hace de este resurgimiento del tema Malvinas en la agenda internacional?
–Es un problema histórico que tiene mucha importancia simbólica en relación con la afirmación de la independencia de América Latina en la actualidad. Tenemos la Unión de Naciones Suramericanas, el Mercosur, ambas organizaciones regionales que excluyen la presencia de Europa y los Estados Unidos. Estamos en una fase de proyección del regionalismo y la Argentina es parte de esta nueva ola de afirmación. Entonces, independientemente de si hay petróleo o pesca alrededor de las Islas Malvinas, el hecho es que la presencia de los ingleses, con sus barcos de guerra, es una cosa extraña, porque en este momento América Latina está bajando su dependencia.
Además, las palancas de los Estados Unidos son cada vez más débiles. La política a nivel internacional va por otro lado: por la diversificación de relaciones, la profundización de los intercambios dentro de la región, etcétera. Entonces, Inglaterra, que es hoy un poder de tercera categoría pero que todavía se cree parte del viejo imperio, utiliza las Malvinas como una bandera chauvinista para los conservadores y laboralistas que todavía sueñan con el pasado, tal como lo hizo Margaret Thatcher. Por este sueño del pasado buscan las Malvinas, una colonia perdida.
En este contexto, entonces, debemos considerar este debate como una forma de lucha simbólica: Inglaterra que tiene la ilusión de que todavía representa una fuerza mundial, y la Argentina que está afirmando la autonomía de la región y su propio papel dentro de este proyecto autonomista.
–Intelectuales argentinos presentaron un documento crítico a la estrategia de reclamo por la soberanía de Malvinas, haciendo foco en el respeto a la autodeterminación de los kelpers. ¿Cómo se ubica la voluntad de los isleños en este escenario?
–Pero, ¿qué son los kelpers? Y lo pregunto de forma retórica. Los kelpers viven de las subvenciones de Inglaterra, están sometidos a la propaganda de Inglaterra. Hablar de la autodeterminación de los kelpers es una broma de mal gusto, son una colonia. Es como decir que en Sudáfrica los blancos tienen el derecho de autodeterminación por el solo hecho de ocupar un territorio. Si uno considera a las Malvinas como una extensión del Atlántico Sur, dentro de un marco regional de América Latina, es la misma cosa, es inventar un pueblo que no existe en relación a la autonomía y la independencia. En cada instancia está dentro, y ha internalizado la hegemonía inglesa. Hablar de autodeterminación no tiene ningún sentido. No tienen historias de independencia, ni cultura de independencia. Chupan de la teta de Inglaterra desde el comienzo.
–¿Lo sorprendió el respaldo internacional al reclamo argentino?
–Es una expresión más del regionalismo que ha crecido, del aumento del comercio entre los países, de la mayor intensidad de las relaciones bilaterales y multilaterales. Los países de la región han fortalecido los lazos comerciales y económicos, en rechazo a la dominación; han expresado esta solidaridad con la Argentina.
–Se cumplen 30 años del conflicto bélico en las Islas Malvinas. ¿Cómo recuerda ese triste episodio?
–Fue una aventura mal planificada y simplemente una forma de distraer el fracaso del mandato de la dictadura. Fue una forma de desviar la atención cuando el régimen dictatorial estaba muy debilitado internamente y con poca proyección para el futuro, tanto por la falta de respaldo político, como por su claro fracaso económico.
Fuente: Tiempo Argentino