
Según informó Jornada, la quema de los estupefacientes tuvo lugar este sábado en un horno pirolítico ubicado en el barrio Industrial. La droga había sido secuestrada en distintos operativos y, en algunos casos, ya se habían realizado los juicios orales y públicos correspondientes. En otros expedientes, el proceso judicial continúa, pero conforme a lo establecido en el Código Penal, se toma una muestra certificada de la sustancia antes de proceder con su destrucción total.

El traslado de la droga desde la sede judicial hasta el lugar de incineración estuvo custodiado por un importante despliegue de fuerzas de seguridad. Se pudieron ver varios vehículos y personal armado de la Policía Federal, Prefectura Naval y Gendarmería, garantizando que el operativo se desarrollara sin incidentes.
En el lugar, las cajas con la droga fueron arrojadas al fuego bajo la supervisión del juez federal Enrique Baronetto, quien controló cada etapa del procedimiento hasta que la última parte de la carga quedó completamente destruida.