El incendio en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en Bariloche, encendió las alarmas en todo el país. Las autoridades anunciaron que ya se consumieron más de 3500 hectáreas y aunque hay peligro de propagación que podría derivar en la evacuación de los vecinos, las lluvias generaron un alivio momentáneo.
La llegada de las precipitaciones a la zona de Cascada de los Alerces, le dio un respiro a los brigadistas y pobladores que enfrentan un incendio forestal que se encuentra a tan solo dos kilómetros de algunas viviendas.
La familia Mesa, antiguos habitantes de la zona, lidera esfuerzos de limpieza y poda alrededor de sus casas para evitar que el material combustible cercano facilite la propagación de las llamas.“Estamos muy preocupados. Si el fuego baja hasta acá, no sabemos qué puede pasar. Es un infierno”, expresó Juan Mesa, uno de los vecinos afectados.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la región está con índices naranjas por “muy alto riesgo de incendios”, por lo que las autoridades piden extremar los cuidados para evitar consecuencias de gravedad.
El pronóstico meteorológico se cumplió y la lluvia intermitente ayudó a disminuir las temperaturas y la intensidad de las llamas. Sin embargo, los especialistas advirtieron que este alivio es momentáneo. “Hoy tenemos temperaturas de 2 grados en San Carlos de Bariloche y lluvias que continúan mañana, pero el fin de semana volverán los cielos despejados y las altas temperaturas”, explicaron.
“Hoy está ayudando un poco la lluvia; es una bendición. Aflojó mucho la temperatura y ojalá que siga así”, dijo un vecino a TN.
Los brigadistas, apoyados por maquinaria para crear cortafuegos, continúan trabajando para contener el incendio. Mientras tanto, los pobladores, con machetes y motosierras en mano, se preparan para defender sus casas en caso de que las llamas cambien de dirección con los vientos.