Inauguró, funcionó pocos meses y cerró para siempre: qué ocurrió con el Carrefour del Km4

El 1 de noviembre del 2012, la flamante sucursal de Carrefour situada en avenida José Ingenieros debió cerrar sus puertas dado que presentaba severas fallas edilicias. Al poco tiempo de inaugurar se comenzaron a evidenciar…

martes 25/10/2022 - 22:33
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El 1 de noviembre del 2012, la flamante sucursal de Carrefour situada en avenida José Ingenieros debió cerrar sus puertas dado que presentaba severas fallas edilicias. Al poco tiempo de inaugurar se comenzaron a evidenciar irregularidades que motivaron el repentino cierre y pérdidas millonarias para la empresa francesa. Un estudio de suelo previo arrojó definiciones determinantes, pero la inexperiencia en el suelo comodorense de una constructora de Buenos Aires fue decisiva para el desenlace.

El desembarco de la primera sucursal de Carrefour en la zona norte de Comodoro era todo un acontecimiento para los vecinos. El supermercado abrió sus puertas en 2012 y contaba con patio de comidas y hasta tintorería.

Sin embargo, su repentino cierre a pocos meses de haber inaugurado tomó por sorpresa a la comunidad, o no tanto.

En ese entonces Ricardo Mutio era subsecretario de Fiscalización del Municipio en la gestión de Néstor Di Pierro. Junto al secretario de Seguridad, Carlos Marzó, se presentaron en la sucursal debido a múltiples denuncias por irregularidades a nivel de infraestructura.

“Encontramos a través de la ayuda de los equipos técnicos serias fallas edilicias. Pudimos comprobarlo, estuvimos en el lugar. Era poner un changuito y ver que se deslizaba solo, había un desnivel importante”, recuerda Mutio ante la consulta de EL COMODORENSE.

Fue un 1 de noviembre cuando el entonces funcionario formó parte del operativo de clausura del supermercado, dando aviso a la empresa que tenía la oportunidad de zanjar los problemas edilicios, aunque esto nunca sucedió.

Ricardo Mutio en su función de subsecretario de Fiscalización, durante el operativo de clausura de Carrefour del Km4. (Gentileza El Patagónico)

“Lo que sucede después está ligado a ellos. Les dimos todas las oportunidades de refacciones. Si cumplían con las normas de seguridad dadas para concurrir a comprar con absoluta seguridad, la municipalidad no habría tenido problema en habilitarlo”, precisa.

Pasaron los días y los meses, pero la sucursal nunca volvió a abrir. La mercadería que había allí fue trasladada a otras sucursales y las persianas no se levantaron nunca más.

Al tiempo comenzó a evidenciarse aun más una notoria inclinación en el edificio, que incluso terminó con una parte del suelo derrumbada.

UN TERRENO INESTABLE Y UN ESTUDIO IGNORADO

Los conocedores del suelo comodorense entienden que se deben tomar muchas precauciones a la hora de construir en la ciudad del Petróleo.

Estudios exhaustivos, también el conocimiento de los cauces naturales del agua y el deslizamiento natural del terreno son factores determinantes para una estructura.

En el caso de la sucursal de Carrefour del Km4, antes de su construcción hubo un estudio de suelo que preveía lo inestable del lugar, donde si bien se podía edificar, había que hacerlo con una base especialmente profunda y firme.

El predio de 10.000m² fue utilizado durante pocos meses. Estaba ubicado en un punto estratégico de zona norte, en la avenida José Ingenieros frente a la UNPSJB.

Lo que sucedió en el edificio de 4.000m² de superficie fue parte de un proceso natural llamado asentamiento. “Hay materiales que están debajo que tienen poca compactación o consolidación natural, y cuando le colocan peso arriba, se asienta”, describe el geólogo especialista Daniel González en comunicación con EL COMODORENSE.

“Lo mismo ocurre en la Universidad, donde el estacionamiento frontal donde está el empedrado se hundió 60cm, por eso a la entrada se le agregaron unos 3 o 4 escalones”, grafica quien también es profesor universitario en la carrera de Geología.

La sede de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco cuenta con tres escalones (los primeros) que no estaban al término de su construcción. La explicación yace en el hundimiento del sector de estacionamiento. El edificio no corrió la misma suerte por estar emplazado sobre la restinga.

Para la edificación del supermercado “vino una constructora de Buenos Aires que hizo su trabajo. Después el edificio se movió, se asentó, porque justamente el subsuelo tenía características plásticas”.

Lo que ocurrió posteriormente, y a consecuencia del movimiento de suelo, fue la ruptura de los caños que correspondían a los baños. La pérdida de agua incorporó más líquido al suelo y lo licuó, lo que aceleró el hundimiento.

“Al poco tiempo que lo habían inaugurado, si vos ibas hacia ese sector se te escapaba el carro. Ibas a comprar, dejabas el carrito y se te iba porque el piso estaba inclinado”, recuerda, en consonancia con lo atestiguado por Mutio.

El lado sur del edificio fue el más afectado. Allí se produjo el hundimiento más importante, agravado por la ruptura de caños en la zona de baños.

El peligro de derrumbe en el sector sur del edificio, lo que finalmente se concretó tras su abandono, hizo que el edificio no pudiera utilizarse más sin realizar importantes obras de infraestructura.

Así, el supermercado de la empresa francesa con presencia mundial tuvo pérdidas millonarias por la inauguración y pronto cierre de su flamante sucursal en zona norte.

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